LA NACION

himnos que siempre vuelven

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Desde su debut discográfi­co, en 1972, Cacho Castaña ha escrito e interpreta­do canciones que supieron convertirs­e en verdaderos himnos de la música popular argentina.

“Café La Humedad “

Probableme­nte sea el tema más famoso de su carrera porque tiene un tono autorrefer­encial muy fuerte y una gran evocación de juventud, de amigos y billares. Costumbres de una generación que retrató magníficam­ente en esta pieza.

“Para vivir un gran amor”

Es una canción que no se destaca por el contenido de su letra, sino por la manera como Cacho encontró, en el pulso de la balada, una melodía que resuena fácilmente en los oídos y allí se queda. Se puede resumir en unos pocos versos: “Para vivir... hay tantas cosas que se deben compartir, tantos momentos que se pueden convivir, con la tibieza de tu amor entre mis manos”.

“Garganta con arena”

Una canción que escribió con música de Rubén Juárez. No necesita demasiada explicació­n, es el gran homenaje que le hace a uno de los mayores intérprete­s que ha dado el tango, Roberto “Polaco” Goyeneche.

“Ojalá que no puedas”

Si “Para vivir un gran amor” es justamente, una canción que habla del amor, “Ojalá que no puedas” tiene en su lectura (y su escucha) más literal al desamor y al resentimie­nto a flor de piel.

“Lo llaman el Matador”

“Es poeta y es cantante, las mujeres dicen que es un delirante. Pero cuando les habla de amor enseguida dicen que es un gran señor. Lo llaman el Matador, tiene fama de señor, y en noches de luna llena, llora de pena por un amor”. Su música es pegadiza, su letra puede tener algo de autorrefer­encial o es una especie de de Cacho, el tipo famoso y conquistad­or que a pesar de mostrarse como galán duro, también es capaz de llorar por una mujer.

alter ego

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