Báez se negó a ser trasladado y postergó su declaración en el juicio por la ruta del dinero
Hizo saber que quiere hablar en la etapa final del juicio; se presentó Fariña, quien cruzó a los abogados del empresario
Idas y vueltas, tensión entre los defensores y acusaciones cruzadas. Así se desarrolló ayer la audiencia del juicio oral por la causa conocida como la ruta del dinero, donde se investiga a Lázaro Báez, junto a una veintena de acusados, por el lavado de 60 millones de dólares.
Báez tenía que asistir ayer a los tribunales de Comodoro Py para prestar declaración indagatoria en el juicio, pero se negó a ser trasladado desde el penal de Ezeiza y estuvo ausente. “Esperaba ansioso que declare hoy [por ayer]”, dijo en tono desafiante el financista arrepentido Leonardo Fariña sobre Báez, frente a los jueces del tribunal oral. Mientras surgen diversas especulaciones alrededor de sus intenciones, Báez se hace esperar.
Sus abogadas Elizabeth Gasaro y Tatiana Terzano plantearon al Tribunal Oral Federal Nº 4 (TOF 4) que Báez quiere declarar, pero pidió hacerlo al final, después de los testigos y de los demás acusados.
Frente a los planteos de la defensa de Báez, el juez Néstor Costabel resolvió que, si quiere hablar en su defensa, deberá hacerlo el miércoles que viene, en la próxima audiencia. El hijo del empresario detenido, Leandro Báez, desistió de declarar, al igual que el contador Daniel Pérez Gadín. El abogado Jorge Chueco pidió la postergación y el financista Federico Elaskar no asistió porque sufrió un accidente, explicó su abogado José Manuel Ubeira.
Dolores y Comodoro Py
A diferencia de los demás acusados en este juicio, Fariña sí se sentó ayer en el estrado para ampliar su declaración indagatoria y, una vez más, cruzó a quienes defienden a Báez. El imputado colaborador, que confesó ante el juez federal Sebastián Casanello en 2016 haber participado de las maniobras de lavado, tiene como abogado a Roberto Herrera, que defiende a Víctor Manzanares, el excontador de los Kirchner, en la causa de los cuadernos. En medio de las idas y vueltas de Báez para declarar, quedó expuesta la tensión entre los abogados del dueño de Austral Construcciones y Fariña, quien dijo que esperaba ansioso la declaración de Báez.
La red de abogados que rodea a Báez está involucrada en la causa que instruye el juez Alejo Ramos Padilla en Dolores. En ese expediente, donde se investigan presuntas maniobras de espionaje ilegal, se acumularon declaraciones que apuntaban a la que prestó Fariña en 2016 como arrepentido: el espía Rolando Barreiro, investigado por Ramos Padilla y asesorado por la abogada Terzano, había declarado que le habían dado órdenes para seguir a la abogada Giselle Robles, que defendía a Fariña.
A raíz de esa declaración, en abril Robles pidió ser querellante en la causa de Dolores y dijo que había sido presionada para guionar la declaración de Fariña en contra de exfuncionarios kirchneristas. Robles pasó de ser querellante en Dolores a ser imputada, al igual que su socio Franco Bindi, quien aún forma parte del entorno de abogados de Báez. Fariña sostiene que sus exabogados mienten y “trabajaban para Báez”.
El financista arrepentido reconoció ayer, una vez más, haber expatriado dinero y comprado propiedades, pero desligó a los hijos de Báez de esas operaciones y dijo: “Las órdenes las daba siempre Lázaro”. En un cruce con las abogadas de Báez, Fariña dijo que el empresario mintió cuando expresó que se habían visto solo dos veces y que él pasaba “mucho tiempo con Lázaro”. Las defensoras de Báez lo interrogaron y le preguntaron por el delito precedente, es decir, una materia referida a los contratos de obra pública que recibió Báez.
Una fuente que interviene en esta causa planteó que los abogados de Báez juegan su propia partida: “Están queriendo dejarlo preso a Lázaro. Los mismos abogados de Lázaro son los que fogonearon declaraciones en contra de él en la causa de Dolores”.
El hombre que acumuló contratos de obras públicas durante el gobierno anterior está detenido en el penal de Ezeiza desde 2016. En varias oportunidades pidió su excarcelación, que fue denegada. Su hijo mayor, Martín Báez, quedó detenido en febrero de este año, por haber movido 5 millones de dólares en cuentas del exterior.
Este juicio oral, cuyo objeto es el lavado de 60 millones de dólares a través de una estructura jurídica bancaria y societaria, comenzó hace un año. Hay un total de 25 acusados. Fuentes judiciales estiman que la sentencia se conocerá el año que viene.