Con Andrada y la tensión de jugar en la bombonera
Del clásico mirado de reojo de esta noche, a arriesgar el año en otra noche copera en casa
En diciembre de 2012 surgió la frase. Polémica, tajante: “La Bombonera habló”. Se trató de un mensaje que Daniel Angelici capturó del público, como si fuera cosa juzgada, definitiva. Así, justificó la decisión de la salida de Julio Falcioni, insultado y reprobado, al terminar el primer período del partido con Godoy Cruz, por la última fecha del torneo Inicial. “Decidimos en forma conjunta la no renovación de su contrato, por entender que lo sucedido el sábado iba a tornar dificultoso trabajar con tanta presión”, explicó el dirigente. Y fue más allá: “Lo que pasó el sábado nos hizo reflexionar tanto a él como a nosotros”.
De ayer a hoy, el mundo –y el mundo xeneize, en particular– es otro. Sin embargo, hay un par de asuntos que se mantienen en la intimidad xeneize: Angelici sigue siendo el presidente y el estadio suele enviar mensajes directos, inequívocos. Boca es el líder de la Superliga y esta noche se enfrentará con Racing, el último campeón y uno de los candidatos naturales en repetir el éxito. Se jugará desde las 21.10, en la Bombonera. Es uno de esos choques que paralizan la jornada –la décima fecha, luego del receso por los amistosos de la selección–, pero no siempre es lo que parece. El contexto, en realidad, lo es todo.
La atención xeneize está instalada en otro clásico, también en su casa. El próximo martes, desde las 21.30, buscará revertir el 0-2 del Monumental, con la ilusión de volver a jugar la final de la Copa Libertadores, suerte de doble estímulo. Superar a River –algo que le cuesta en los últimos años– y volver a un destino que parecía propio, como llegó en 2012 y 2018. Desde esta noche hasta el próximo martes, habrá un mar de ansiedad en el medio y un mensaje que, seguramente, se respirará en la Bombonera, el estadio que marca la agenda. ¿Habrá aliento de principio a fin, habrá presiones de principio a fin? Boca jugará con Racing y se medirá con River, con obligaciones diferentes y con el impulso de su público, indispensable en tantas batallas.
Solo repetirá un apellido desde el principio Gustavo Alfaro: Esteban Andrada, el arquero que suele ofrecerle garantías a la estructura, sea local o internacional, sea suplente o titular. Es lo único que no negocia el entrenador, que piensa en cómo cambiar la historia –la reciente y la última batalla– frente a River. El resto será preservado para la final.
Boca es el líder de la Superliga con 21 puntos, producto de seis triunfos y tres empates, viene de vencer a Defensa y Justicia por 1-0 y se enfrentará a un rival directo en la lucha por el título, ya que Racing (16), luego de un flojo inicio de campeonato, hilvanó una serie de cuatro triunfos y dos empates.
Andrada recibió un solo gol en el torneo local, frente a Newell’s, mientras que el resto son jugadores que buscarán ganarse un lugar y otros que son conscientes de que su sitio está en el banco de suplentes. ¿Un ejemplo? Boca cambiará la defensa completa, en el medio campo estará Nicolás Capaldo, que no puede jugar ante River por haber sido expulsado y en el ataque serán titulares el colombiano Sebastián Villa y Franco Soldano, ahora sí, como clásico Nº 9 de área.