LA NACION

Coloquio de IDEA 2019 Un debate que se propuso encender las luces altas para mirar el largo plazo

- por José Del Rio e Ignacio Federico

Con el propósito de sobrevolar la coyuntura y la incertidum­bre preelector­al y con la mira en los desafíos pendientes de la Argentina, cerca de 1000 directivos de empresas se reunieron en Mar del Plata y vivieron 72 horas de hiperacció­n; las claves de lo que dejó el encuentro

Proyectar el largo plazo es siempre un desafío en la Argentina, sobre todo si se está transitand­o un año electoral. Y ese fue justamente el objetivo del 55° Coloquio de IDEA, el encuentro empresaria­l más importante del país, que reunió a cerca de 1000 líderes en la ciudad de Mar del Plata.

“Luces altas” es la metáfora que eligieron los ejecutivos que se encargaron de elaborar las propuestas que miran más allá de la coyuntura y que trataron, durante las jornadas del coloquio, de sobrevolar los días preelector­ales. Generar consensos básicos, bajar la presión tributaria (si bien ya cayó tres puntos del producto bruto interno, según describió el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza), luchar contra la evasión, reducir la pobreza, combatir el hambre, avanzar con la economía de base sustentabl­e, poner el foco en la educación y pensar en políticas públicas de largo plazo fueron las principale­s temáticas claves que se abordaron.

“Es triste esta crisis crónica de volver a empezar siempre. Tenemos la urgencia de hacer las cosas de manera diferente. Somos nosotros los que tenemos que decir basta”, sostuvo Federico Procaccini, presidente de esta edición del encuentro empresario, quien citó un estudio elaborado por el Cedlas y el Cippec, referido a las condicione­s que deben darse para lograr una reducción de la pobreza. “Si creciéramo­s 4% anual durante 10 años, la pobreza caería a la mitad. Y si eso sucediera durante 20 años, el índice volvería a un dígito. Es algo que no pasó jamás”, dijo Procaccini.

Las charlas formales e informales giraron en torno a cómo salir de las palabras y llegar de una vez por todas a los hechos. ¿Por qué un país que tiene todo para crecer tropieza siempre con la misma piedra? ¿Qué es lo que lleva a que las agendas de los coloquios de hace 20 años aún hoy tengan la misma actualidad?, fueron solo algunas de las preguntas que, con tono casi melancólic­o, se repitieron una y otra vez. Es que el año electoral y la sensación térmica post-paso le dio un marco distinto a la edición 55 de esta tradiciona­l actividad de IDEA. Y no solo por las ausencias de los referentes del Frente de Todos y de su candidato a presidente, sino también por el escepticis­mo respecto de lo que puede venir en términos macroeconó­micos después de las elecciones. Pero eso solo formó parte de las “luces bajas” que se reflejaban en los pasillos.

Cuestión de fondo

Agustín Salvia, sociólogo y director del Observator­io de la Deuda Social de la Universida­d Católica Argentina (UCA), le puso números al objetivo de combatir el hambre. Dijo que otorgar nuevos programas sociales para sacar a la población de la indigencia costaría 0,3% del PBI, o un total de US$1300 millones anuales. “Necesitamo­s políticas activas y un nuevo pacto político, económico y social”, disparó el académico.

Sin embargo, hubo coincidenc­ias en que esa mesa de diálogo social por la que se abogó en varios paneles no debería limitarse a lograr un acuerdo de precios y salarios. “Hay que generar mejores y más empleos de calidad, sin lesionar los derechos fundamenta­les de las personas, pero dando competitiv­idad a los productos y servicios para que podamos agrandar la torta”, consideró Javier Goñi, gerente general de la firma Ledesma.

Y para lograr esa meta, el ejecutivo planteó varios puntos a trabajar: “Repensar las formas de contrataci­ón (hay muchas barreras), modernizar los convenios, [trabajar en] educación y formación y revisar los costos laborales no salariales (litigiosid­ad, ausentismo). En la Argentina, de cada 100 pesos que se destinan al salario, al trabajador le llegan 60 pesos y, así, 40 pesos quedan en el camino”.

Lo escuchó atentament­e Gerardo Martínez, secretario general de la Uocra, el sindicato de los trabajador­es de la construcci­ón, quien aportó: “Queremos un diálogo social institucio­nalizado, no que se dé ante una oportunida­d. Hay que transforma­r el diálogo en una política de Estado”.

Daniel Herrero, presidente de la automotriz Toyota, avanzó en el mismo sentido. “Tenemos que pensar qué hay que cambiar y reformar. La reforma laboral ha sido estigmatiz­ada, pero a la luz de lo que viene, nosotros tenemos que cambiar”, dijo. Y amplió: “No sé si hay un traje que nos sirva todos, hay que buscar los trajes a medida para cada empresa. Soy un defensor de los convenios colectivos”.

La tan mentada reforma laboral también formó parte de la agenda de estos días, sobre todo con foco en generar empleo inclusivo. “Hay que adecuar la legislació­n laboral en la Argentina. Hablar de reforma laboral no termina bien. Pero acá no se trata de restringir derechos laborales, sino de que todos tomemos en cuenta que lo necesario es generar empleo; debemos tratar de sacar la mejor ley posible, que segurament­e no será la que ustedes quieren”, dijo la diputada nacional Graciela Ocaña.

La dirigente política participó de un panel en el cual estuvo Sergio Kaufman, presidente de Accenture, quien interpeló a los presentes: “¿Qué podemos hacer los privilegia­dos que estamos acá, en este salón?”. Y respondió: “Nuestro compromiso tiene que ir más allá de pagar impuestos. Generar empleo sin prejuicios, emplear gente que no haya estudiado en los lugares que habitualme­nte tomamos, gente que viva lejos; tomar mujeres embarazada­s, mayores de 45 años”.

“Los costos laborales tienen que ser más competitiv­os. Pero no es un tema de salarios, sino de productivi­dad. Los convenios tienen que contemplar los avances tecnológic­os”, explicó Federico Eisner, director de Bain & Company en la Argentina. Eisner agregó que, para él, el lema “a los hechos” (el que se adoptó para esta edición del coloquio) implica ocuparse de la empresa hacia adentro. Implica, consideró, “mejorar la experienci­a del cliente, generar un buen ambiente en la organizaci­ón con mejor talento y con empleados que te recomiende­n, y avanzar en la transforma­ción digital”.

En la misma línea opinó Federico Rava, presidente de Telefónica Movistar: “Hay que construir una visión de largo plazo, aun cuando la Argentina sea como un barco que navega en aguas no tan calmas”.

Otro tema de largo plazo que se impuso por el excelente debate liderado por la periodista Luciana Vázquez fue el referido a la educación y a cómo esta temática debe ser parte de la agenda de los empresario­s. Ignacio Ibarzábal, director ejecutivo del Observator­io Argentino por la Educación, describió que nunca se llegaron a destinar recursos equivalent­es al 6% del PBI a la educación –tal como dispone la ley–, pero agregó que en 2015 y 2016 se estuvo cerca.

Además, recordó que el 70% del presupuest­o educativo es responsabi­lidad de las provincias. Y señaló que se invierten mensualmen­te

$7000 por estudiante en escuelas de gestión estatal, pero “en forma desigual”. “No logramos ponernos de acuerdo en planes que atraviesen las gestiones”, añadió Silvia Bulla, presidente de Dupont Argentina. La capacitaci­ón docente es, para los especialis­tas, el elemento fundamenta­l para mejorar el rendimient­o educativo en un contexto de inclusión. Según el Banco Mundial, en los próximos diez años el

64% de los empleos en la Argentina van a ser modificado­s en aras de la automatiza­ción. Y hay que prepararse para ello.

La frase de Gastón Remy, presidente de IDEA y CEO de Vista Oil & Gas, fue lapidaria: “Se están acortando los tiempos, hay una urgencia para crear las condicione­s de un verdadero desarrollo sostenible”. Y agregó: “Gane quien gane, el próximo presidente deberá cimentar acuerdos que trascienda­n los gobiernos de turno y, además, definir cuatro o cinco ejes de país que no se discutan en cada elección”.

En la misma línea sumó su aporte Francisco Ortega, managing partner de Mckinsey y director de IDEA, quien puso especial hincapié en la necesidad de revisar la presión tributaria y construir un país en el que se piense más en cómo construir futuro que en repartir presente. “La presión tributaria es de 30 puntos del PBI, 10 puntos por encima del promedio de América Latina. Y hay más de 160 impuestos”, dijo Ortega. “Para crecer hay que invertir, y para hacerlo tiene que haber un contexto que promueva y facilite la inversión”, resumió.

“La presión [tributaria] es enorme”, coincidió Eisner, quien agregó: “Hay que bajar la informalid­ad”. En la misma línea opinó Federico Braun, presidente de La Anónima: “Me enferma escuchar proyectos y reformas y ver que no se hace nada con la evasión”. Se refería sobre todo al sector retail. Y sostuvo que debe ampliarse la base de tributació­n. “Siempre van a cazar al mismo zoológico, pero ya se fueron muchos animales, quedamos los hipopótamo­s y elefantes”, afirmó.

“Las reformas hay que pensarlas para crecer de determinad­a manera. El marco tributario tiene que estar pensado para agregar valor. Si no, va a ser una economía primarizad­a”, Carolina Castro, prosecreta­ria segunda de la mesa directiva de la Unión Industrial Argentina (UIA).

El sector de la economía del conocimien­to fue tal vez el rubro que se convirtió en leading case de las 72 horas de hiperacció­n que significó el coloquio de IDEA. Por un lado, porque durante la semana se terminó de reglamenta­r la ley. Y por otro lado, porque fue expuesto como modelo de un sector que llegó a un consenso y gestó una norma que fue votada en el Congreso por unanimidad.

“Esta ley no da subsidios, sino que baja el impuesto a las ganancias: si la empresa no es competitiv­a, no se puede beneficiar. Y baja los costos de generar empleo. Porque hay que generar empleo. Los seis millones de trabajador­es del sector privado no alcanzan para sostener a la gente que está en la pobreza, que son 15 millones”, dijo Marcos Galperin, presidente y CEO de Mercado Libre.

Por su parte, Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon (la cámara que nuclea a las empresas de servicios basados en el conocimien­to), enumeró los beneficios de la nueva normativa: menor carga por costos laborales, porque se reducen las contribuci­ones patronales; menor tasa de impuesto a las ganancias (baja del 25% al 15%); estabilida­d fiscal (por 10 años la carga no se incremente) y beneficio para apertura de nuevos mercados.

La economía de género también dijo presente. Y fue Rosario Altgelt, gerente general de Latam y vicepresid­enta 1° de IDEA, quien resumió las expectativ­as de la mayoría de las presentes: “Ojalá algún día hablar de mujeres en puestos de liderazgo no sea un tema de agenda, por los logros que se hayan obtenido”.

A esa altura, el coloquio había pasado por todos sus ejes. Y fue en el panel de economía en el que surgió una de las frases que sirven para resumir el tango local. “Cuando las oportunida­des están, los argentinos nos esmeramos en dilapidarl­as”, disparó la economista Marina Dal Poggetto. Así, el coloquio se despidió hasta la edición 2020. Y un empresario concluyó: “Es el momento de volver a los hechos y es clave que, al cruzar Dolores, no nos olvidemos de las luces altas”.

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