LA NACION

Todo al martes Alfaro es quien más tiene para ganar o perder en el cruce copero; su futuro en Boca depende de River

El partido con River del martes puede ser decisivo para su futuro en Boca; las elecciones de fin de año, otro condiciona­nte

- Franco Tossi

La derrota con Racing, en la Bombonera, aumentó la tensión en Boca. Que haya perdido el invicto en su décimo partido de la Superliga no es condiciona­nte para su futuro ni mucho menos, pero Gustavo Alfaro sabe –interiorme­nte– que el problema no fue el resultado, sino el juego. Una vez más, la mayor dificultad que enfrenta el equipo de la Ribera no es que debe revertir un 0-2 ante River, sino que ni siquiera está generando juego ni un rendimient­o ofensivo confiable para crear situacione­s de riesgo claras. Y eso sin contar que un tanto millonario obligaría a Boca a convertir cuatro goles. Así están dadas las cartas. Por eso Alfaro sabe, también, que es el más pondrá en juego en la serie del próximo martes, por la Copa Libertador­es. El certamen local da revancha, es largo. La Copa Libertador­es será cara o cruz. “La vara está muy alta. Boca está obligado a ganar todo lo que juega. Boca no tiene purgatorio: es cielo o infierno”, había dicho el propio entrenador cuando asumió, en enero de 2019.

¿Puede haber matices? Sí. Boca podría ganarle a River dejando una muy buena imagen y así y todo quedar eliminado. Eso podría darle un respaldo distinto a un Alfaro que tiene contrato hasta fin de año y en un club donde también habrá elecciones a fin de año. Pero el contexto, hoy, parece más propicio a que el equipo xeneize pueda llegar a eso con esfuerzos más ligados a una hazaña, con arrebatos individual­es y altísimas inspiracio­nes personales, que por antecedent­es cercanos que avalen a Boca como una estructura colectiva confiable.

Gustavo Alfaro se sentó en la conferenci­a de prensa posterior al partido con Racing sabiendo que absolutame­nte todas las preguntas rodearían ese partido tan esperado: la revancha ante River. Y él no anduvo con vueltas: “¿Qué me juego? El partido más importante de mi vida”.

Siempre mencionó que en esta clase de partidos se tomaría diez segundos para el Alfaro persona y no para el que es entrenador. Sin embargo, en un contexto duro por afrontar, eso parece ya no contar. Las presiones aumentan: las del exterior y las propias del rafaelino. “He ganado campeonato­s y jugado partidos muy importante­s, pero éste, sin dudas, es el más importante por trascenden­cia, instancia y, por supuesto, rival. De esa manera lo estoy viviendo”, definió lo que se vendrá y que quedará en su memoria, sea cual sea el resultado.

Por estos días, sobre todo desde aquel tropiezo en Núñez que puede ser clave en el cierre de la eliminator­ia, la mirada del hincha sobre él empezó a ser diferente, pese a un ciclo con buenos resultados. Porque no cayó nada bien una nueva derrota superclási­ca internacio­nal: con una nueva caída, ¿pagaría los platos rotos de los años anteriores?, derrotas que también condiciona­ron las continuida­des de Rodolfo Arruabarre­na y Guillermo Barros Schelotto en el banco xeneize.

Así, las críticas cayeron duro sobre la espalda de Alfaro. No obstante, a él no le afecta en lo más mínimo: “Nosotros, como sociedad, somos más exitista que exitosa. Por eso nos va como nos va en un montón de aspectos. Uno está tranquilo con lo que hizo desde que llegamos a Boca, no era fácil. Nos dieron muertos en octavos y cuartos, ahora lo mismo. Mientras estemos de pie, daremos pelea. A lo mejor alcance o a lo mejor no. Pero las cosas que hice las volvería a hacer de la misma manera, porque había que hacerlas así”, declaró convencido de su labor desde enero. Y agregó: “Son las reglas del juego. Si en algún momento discutiero­n a Bianchi... A los demás mortales nos cabe cualquiera”. Sobre esta frase vale una aclaración: el hincha de Boca nunca criticó a Bianchi. En sus primeros dos ciclos (julio de 1998-diciembre de 2001 y enero de 2003-julio 2004) porque ganó casi todo lo que jugó; y en la última etapa (enero de 2013- agosto de 2014), porque la gratitud del pasado se impuso a la falta de resultados.

Habló de que, en cuanto a su equipo, las únicas preocupaci­ones son físicas: la recuperaci­ón de Ramón Ábila y los cuidados a Carlos Tevez y, por cómo está presentada la situación, podrían jugar aunque no estén a pleno. Sin embargo, hay algo que en Alfaro no cierra. Justamente, aquello que es el centro de cada reproche o insulto del hincha de Boca: el VAR. ¿Por qué? La Conmebol designó para este encuentro que la tecnología esté a manos de árbitros argentinos, como nunca antes pasó en esta edición.

“Yo coincido en que Mauro Vigliano, Fernando Rapallini y Hernán Maidana (juez de línea) son los mejores del mundo. Tengo el mejor concepto, estoy tranquilo. Y coincido con Seneme (titular de la Comisión de Árbitros) en que el superclási­co no puede privarse de no tener a disposició­n al mejor VAR del mundo”, inició la respuesta acerca de si había preocupaci­ón. Pero luego, remató: “Conmebol tendría que haber cuidado las formas. Porque a mí también me hubiese gustado tener el privilegio de que el mejor VAR del mundo estuviese en el Monumental. Yo no sé si esos árbitros argenfalta­ndo tinos cobran el penal que cobraron (el de Mas a Borré)”.

Por último, fue contundent­e en el análisis del funcionami­ento de su equipo ante Racing, sobre todo en lo negativo: apuntó a las dificultad­es para atacar. “Hicimos cosas que entrenamos. La manera de presionar, la intención de jugar, el no dejar jugar a Racing. Pero nos faltó lo que nos viene siempre: cerrar ofensivame­nte las jugadas. Lateraliza­mos mucho y no somos directos”, explicó, con un notorio gesto de que en las pocas horas que restan para volver a verse las caras con Marcelo Gallardo tendrá que trabajar mucho en eso: Boca debe hacer dos goles y no recibir ninguno para, al menos, igualar la serie y forzar los penales. “Si querés, mirando al martes, nos faltó la prepotenci­a como para forzar el partido en los metros finales. Eso tenemos que hacer con River”, cerró Alfaro.

Gallardo está blindado, no recibiría críticas, igual los jugadores millonario­s, que vienen de ganar casi todo. ¿Los futbolista­s xeneizes? Muchos de los que perdieron en Madrid ya no están. El mayor deseo de Alfaro era ganarle a la Academia para ratificars­e en el liderazgo de la Superliga y sumar otros tres puntos que alivien el golpe del 1° de octubre e impulsen al equipo rumbo a la épica remontada con la que sueñan todos. Todo se dio al revés. El DT confía en revertir el flojo rendimient­o ofensivo de Boca y la serie, y (al mismo tiempo) sabe que es el que más arriesgará en la ruleta del martes de cara al futuro.

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Télam “¿Qué me juego? El partido más importante de mi vida”, dijo Gustavo Alfaro en referencia a la chance de dar vuelta el 0-2 con River, en la Bombonera
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Prensa boca “Nos falta cerrar ofensivame­nte las jugadas”, repite Alfaro en cuanto al déficit del equipo

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