LA NACION

Mauricio Macri. El momento de recordar la corrupción K

- Texto Jaime Rosemberg | ilustració­n Alfredo Sábat

Erismo no cambió”, repite un miembro del gabinete. “Vamos a buscar votos, no a pelearnos”, agrega un participan­te de las reuniones de estrategia.

Macri ensayó posibles respuestas junto a Peña, pero también con el equipo coordinado por Fernando de Andreis, que componen el vocero Iván Pavlovsky; el secretario de Medios, Jorge Grecco; la encargada del discurso, Julieta Herrero; el subsecreta­rio de Comunicaci­ón Estratégic­a, Hernán Iglesias Illa, y los consultore­s Jaime Durán Barba y Santiago Nieto. “A pesar de todo lo que se dice, están participan­do”, desafía uno de los funcionari­os, luego del enojo presidenci­al por la descomunal falla en todos los pronóstico­s electorale­s previos alas PASO del 11 de agosto.

Cerca de él aseguran que una nueva semana en contacto con la gente lo tiene“energizado ”, más allá de furcioso errores producto de la improvisac­ión .“En las marchas Mauricio se larga, dice lo que piensa, está más lanzado ”, describe un dirigen te cercano.

La mira estará puesta, claro, en Fernández. “Si era tan claro que iba ganando, tendría que haber convocado a todos, ser más conciliado­r. Pero su carácter lo traiciona y salió a demostrar que es mejor que Mauricio”, evaluaba un alto asesor, que espera “nuevas agresiones” por parte del can di datok ir ch ner is ta. también hay expectativ­a de que Roberto Lavagna repita lo que, a juicio del Gobierno, fue una floja performanc­e. “El único que estuvo bien fue Espert”, afirmaban al terminar la semana en un despacho clave. “Lo iba a felicitar, pero después me acordé de que también es candidato”, bromeó el Presidente, luego de aquel primer encuentro. l incesante trajín del “Sí se puede” obligó a Mauricio Macri a utilizar cada hueco en su agenda semanal para preparar el segundo debate presidenci­al de hoy, la última cita clave antes de los comicios en los que buscará la reelección.

“Tuvimos menos tiempo para prepararno­s que en el primer debate”, reconoció uno de los miembros del selecto grupo de asesores que ayudaron al Presidente en su preparació­n. Confiado y contento desde la noche del domingo pasado por su participac­ión en el primer encuentro, en Santa Fe, Macri sabe que este será una “continuida­d” de aquel debate, en el que, sobre el final y en un criterio compartido con su equipo, pudo asestar el golpe de efecto, al hablar de “la cancheread­a, el atril, el dedito” de su principal rival, Alberto Fernández.

“Estuvimos toda la semana hablando del dedito levantado, es una buena señal ”, contó alanac ion uno de los principale­s asesor es del presidente. Marcos Peña, a quien desde la intimidad del poder atribuyen haberle sugerido a Macri hablar de su rival de la forma en la que lo hizo, acompañó las marchas del “Sí se puede” en SanFe y en Chaco –el jueves– y alargó su estadía en Corrientes, el viernes. Tuvieron varias horas libres para avanzar junto a su jefe político en los detalles del debate y la organizaci­ón de las marchas de apoyo, sobre todo la multitudin­aria concentrac­ión de ayer en el Obelisco.

Desde el mismo final del primer debate en la Universida­d Nacional del Litoral y, como anunció el propio Macri en una de sus intervenci­ones, quedó claro que las menciones a la “corrupción kirchneris­ta” serán más asiduas que en el primer capítulo, sobre todo porque uno de los temas a debatir será la “calidad institucio­nal” e incluirá la discusión sobre ese tema.

Pero cerca del Presidente guardaban un celoso hermetismo sobre la táctica que utilizará. “Los medios decían que Fernández iba a ser zen en el debate, y salió a pegarnos desde el minuto uno, o sea que el kirchneris­mo les mintió. No vamos a decir la estrategia para que nuestro rival la conozca de antemano”, responden, misterioso­s, en el grupo que asesora al Presidente.

“El debate va a ser muy importante para poner los puntos sobre las íes y dejar en evidencia que el kirchneda,

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