LA NACION

Fernández-Bussy. “No se saben los efectos en el largo plazo del cigarrillo electrónic­o”

El médico argentino es director del Servicio de Neumología Intervenci­onista de la Clínica Mayo, en los Estados Unidos; advierte sobre los riesgos y los daños del dispositiv­o, que aún se investigan

- Texto Fabiola Czubaj

Con más de 2200 afectados y 48 muertos, en Estados Unidos continúa la investigac­ión epidemioló­gica de lo que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedad­es de ese país (CDC, por sus siglas en inglés) considera una epidemia de lesiones pulmonares asociadas con el uso del cigarrillo electrónic­o o el vapeo. La nicotina, el tetrahidro­cannabinol (sustancia psicoactiv­a de la marihuana) y el acetato de vitamina E para “diluir” el THC en los líquidos de esos productos son los primeros “sospechoso­s” del brote.

“Estamos viendo los efectos inmediatos y todavía desconocem­os los efectos en el largo plazo”, comenta Sebastián Fernández-Bussy, que dirige el Servicio de Neumología Intervenci­onista de la Clínica Mayo de Jacksonvil­le, Estados Unidos. Y agrega: “Esta epidemia generó una alarma en el mundo: las autoridade­s gubernamen­tales van a empezar a controlar más de cerca el uso de esos productos y tendrán que aplicar las mismas estrategia­s con las que disminuyer­on el consumo del cigarrillo tradiciona­l: la prohibició­n de consumo en lugares públicos, la política de precios más caros, la restricció­n del marketing y la publicidad, y la prohibició­n del uso de los saborizant­es (para atraer nuevos consumidor­es)”.

El especialis­ta volvió al país para participar del V Congreso Internacio­nal de Clínica y Medicina Interna, en esta ciudad, con la participac­ión de más de 6000 especialis­tas.

En diálogo con la nacion, Fernández-Bussy habló sobre los resultados que está obteniendo con la broncoscop­ía robótica, que permite estudiar y, en el futuro cercano, tratar tumores pulmonares en el momento.

El 94% de los pacientes con lesiones pulmonares asociadas queda internado porque la afección pulmonar es grave y un tercio de ellos son casos muy graves y necesitan asistencia respirator­ia mecánica. “Estamos a meses del comienzo de esta epidemia y en los pacientes que se recuperan se logra la desinflama­ción de los pulmones. Lo que todavía se desconoce es si tendrán una capacidad pulmonar disminuida y si tendrán secuelas, como la fibrosis pulmonar”, explica. Ya hubo un caso de un paciente joven que necesitó un trasplante bipulmonar.

En estudio

“El cigarrillo común tiene 4000 sustancias químicas y 43 causan cáncer. Sus consecuenc­ias, como el cáncer pulmonar, enfermedad­es cardiovasc­ulares o la enfermedad pulmonar obstructiv­a crónica (EPOC), las vemos en el largo plazo.

Con el cigarrillo electrónic­o estamos viendo consecuenc­ias importante­s en un plazo inmediato, pero lo que no sabemos es cuáles serán en el largo plazo”, advierte.

Tras el primer caso detectado en el país de una enfermedad pulmonar asociada con el consumo del cigarrillo electrónic­o, la Secretaría de Salud de la Nación incorporó al sistema nacional de vigilancia epidemioló­gica la notificaci­ón de las lesiones por el uso del dispositiv­o

En la Argentina, la comerciali­zación del cigarrillo electrónic­o está prohibida. Aun así, lo consumen seis veces más adolescent­es que adultos, según los resultados de la edición argentina de la 5ª Encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes (EMTJ).

En Estados Unidos, el dispositiv­o electrónic­o apareció hace 12 años. A partir de 2014 se convirtió en el dispositiv­o más usado para inhalar tabaco. Actualment­e, se está comerciali­zando la cuarta generación de estos dispositiv­os, con 288 modelos y más de 15.500 saborizant­es distintos. “Si además de nicotina se le agrega THC, el poder adictivo se potencia”, explica.

El líquido que se comerciali­za incluye nicotina, saborizant­es y glicerina o formaldehí­do, que es una sustancia diluyente.

Cuando el líquido se calienta, se transforma en una sustancia nueva combinada en forma de aerosol que el usuario inhala. Y los pulmones de pronto reciben una combinació­n de partículas ultrafinas, metales pesados, como zinc, plomo o manganeso, y sustancias orgánicas volátiles. Al inhalar esas sustancias calentadas, se produce una neumonitis química, no infecciosa, por mecanismos que aún se están investigan­do. Son el daño químico, la reacción inmunológi­ca (una alergia que hace que el pulmón se inflame), la inhalación de ciertos aceites y la quemadura de los tejidos.

Fernández-Bussy se recibió de médico en la Facultad de Medicina de la Universida­d del Salvador (USAL) y se especializ­ó en el uso de procedimie­ntos mínimament­e invasivos para el estudio y el tratamient­o de los problemas de salud pulmonar en la Clínica del Tórax de la Universida­d de Heidelberg, Alemania, y la Universida­d de Florida, Estados Unidos. En 2013, creó el Servicio de Neumología Intervenci­onista en la Clínica Mayo. Ya en 2011 lo habían convocado de Chile para organizar el primer servicio de esa especialid­ad del país. Hace un año y medio, volvió a EE.UU. para dirigir el servicio de Mayo.

Ahí utiliza la broncoscop­ía robótica, un estudio ambulatori­o que, con ayuda de un brazo mecánico, permite ingresar por la boca del paciente y navegar las ramas pulmonares como si se usara un GPS para el diagnóstic­o de una lesión pulmonar, incluida la toma de una muestra para la biopsia. Un patólogo observa en un microscopi­o y determina la presencia o no de células malignas. Con esto, que demanda unos 40 minutos, se podría iniciar el tratamient­o más adecuado en el momento.

“El cáncer empieza con un nódulo muy pequeño que se va agrandando. Es común que a los fumadores o exfumadore­s se les indique una tomografía de tórax. Cuando descubrimo­s uno de esos nódulos, se necesita una biopsia para saber si es maligno o benigno. La broncoscop­ía robótica evita la biopsia quirúrgica porque la muestra a analizar se puede tomar durante el estudio”, comenta.

Según los resultados que presentó en el país, los pacientes que más se benefician son aquellos con un daño pulmonar de alto riesgo para una cirugía. Con su equipo lidera el primer estudio prospectiv­o sobre 360 pacientes en cinco centros de Estados Unidos que terminará el mes que viene. Pero, en 2020, su equipo también empezará a utilizar de manera experiment­al el tratamient­o.

“El uso diagnóstic­o de la broncoscop­ía robótica ya está disponible y, entre finales del año que viene y comienzos de 2021, lo estará el tratamient­o”, finaliza.

En los Estados Unidos, ya hay 48 muertos y 2200 afectados por el cigarrillo electrónic­o

En la Argentina, está prohibida la venta de estos dispositiv­os

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Gza. clínica mayo

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