“No hay como nuestra casa”, el mensaje de un piloto al concluir un vuelo para argentinos repatriados
Matías Miret, comandante de Flybondi, participó de un viaje que trajo a Buenos Aires desde Brasil a 180 pasajeros que estaban a la deriva por el Covid-19
Faltaban pocos minutos para que el Boeing 737-800 aterrizara en el Aeropuerto Internacional El Palomar procedente de San Pablo cuando el piloto anunció: “No hay como nuestra casa”. Muchos de los 180 pasajeros estaban emocionados. Varios lloraron. Era un grupo de ciudadanos argentinos que en medio de la pandemia de Covid-19 habían quedado varados en distintas partes de Europa y que habían logrado llegar a Brasil, la escala previa antes de arribar a la Argentina.
El comandante del Boeing 737800 de la línea aérea low cost Flybondi era Matías Miret, que entre enero de 2011 y diciembre de 2012 estuvo preso en Barcelona por ser el copiloto del jet Bombardier Challenger 604, alquilado por el empresario Gustavo Juliá, que aterrizó en España con 944,5 kilos de cocaína el 2 de enero de 2011. Fue el único absuelto que tuvo la causa.
“Fue un viaje emocionante. La gente estaba muy agradecida. Había personas desesperadas por volver al país. Todos los tripulantes nos sentimos muy últiles. La aviación me dio un dolor de cabeza grande [por la causa judicial que lo tuvo preso casi dos años], pero este vuelo me devolvió la satisfacción”, sostuvo a la nacion Miret, una vez arribado a la Argentina.
Flybondi hizo seis vuelos para repatriar argentinos varados desde el viernes pasado, cuando ya estaba vigente el decreto de necesidad de urgencia 297/2020 que determinó el aislamiento obligatorio como medida de prevención para la propagación del coronavirus. La low cost viajó a Asunción, en Paraguay, y a las ciudades brasileñas de Porto Alegre, Río de Janeiro y San Pablo.
“Después de un pedido formal que hicimos, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) nos autorizó a hacer una serie de vuelos ante esta emergencia sanitaria. Nos preguntaron qué distancia podíamos cubrir y qué cantidad de pasajeros podíamos llevar. Ahora continuamos de guardia con dos aviones en El Palomar por si sale un nuevo viaje”, afirmó a la nacion el gerente de Tripulación, Daniel Manén.
El vuelo salió de San Pablo anteayer a las 18.30 y aterrizó en El Palomar a las 21.20. Los tripulantes sabían que corrían el riesgo de contagiarse si algún pasajero estaba infectado con el virus pero también eran conscientes de la angustia de los varados. “Era una posibilidad, pero era mucho más importante traer a la gente que tenía que volver a su país. Desde mi lugar, tengo la posibilidad de ayudar y nos sentimos orgullosos de hacerlo. Tanto la empresa como nosotros tomamos todas las precauciones establecidas para que no pase”, afirmó Miret.
“Llegamos con 12 casos sospechosos de coronavirus y tuvimos que activar el protocolo correspondiente. Los que tenían síntomas como mareos y fiebre venían de Barcelona, Ámsterdam y del norte de Río de Janeiro. Hace varios días que estaban varados”, agregó.
Por el protocolo sanitario para casos de coronavirus, primero debieron bajar los pasajeros con síntomas, después lo hicieron las personas que se sentaron cerca de ellos y por último los demás, pero en tandas de diez para evitar que se aglomere gente.
“Este vuelo para nosotros es muy especial porque somos la primera aerolínea low cost argentina en hacer vuelos de repatriación en el marco de la pandemia de Covid-19. Realmente estamos muy contentos de poder llevarte. Queremos que estés tranquilo ya que cumplimos con todos los protocolos sanitarios recomendados por las autoridades. No hay ningún lugar como nuestra casa. Esperamos que tengan un excelente tiempo a bordo. ¡Estamos para ayudarte”, es el mensaje que leyó Miret, al igual que hicieron los otros comandantes de Flybondi cuando los vuelos de repatriados estaban por terminar en territorio argentino.
Matías Miret piloto “Fue un viaje emocionante. la gente estaba muy agradecida. Había personas desesperadas por volver al país”