LA NACION

El acusado de la desaparici­ón de Claudia Repetto fue visto por las calles de Punta Mogotes

Cámaras de varias casas de esa zona registraro­n su paso a pie; se lo veía flaco y demacrado, y pedía agua y comida; la policía aún no lo encontró

- Darío Palavecino CORRESPONS­AL EN MAR DEL PLATA

MAR DEL PLATA.– La búsqueda de Claudia Repetto, desapareci­da desde hace más de tres semanas, sumó en las últimas horas el avance más concreto de la investigac­ión. Cámaras de seguridad ubicaron en la zona de Punta Mogotes a Ricardo Rodríguez, expareja de la mujer de 53 años, que está acusado de femicidio o, en el más alentador de los casos, de privación ilegítima de la libertad.

Estos días de cuarentena y calles despejadas permitiero­n advertir a Rodríguez cuando caminaba por calles de la zona sur, donde incluso habría interactua­do con algunos vecinos para pedir alimentos, según confiaron fuentes judiciales.

Aunque las grabacione­s se tomaron desde viviendas particular­es y a varios metros de la calzada, se pudo definir que quien se movía con comodidad era Rodríguez, bastante más delgado y demacrado.

El dato se complement­a con otro que indicaba que el teléfono celular de Rodríguez, de 54 años, se había activado en la zona del barrio Alfar. Según publicó el diario La Capital, de esta ciudad, los investigad­ores habrían intercepta­do, incluso, una comunicaci­ón en la que quien era presuntame­nte el hombre más buscado de Mar del Plata se comunicaba con un familiar.

El lugar donde se lo ubicó está próximo a los puntos donde había dejado unas pocas huellas tras sus últimos movimiento­s registrado­s, cuando en la madrugada del 2 de marzo se movió en la moto de su hijo, entre las 3 y las 5. En la Reserva del Puerto apareció la documentac­ión de ese vehículo; en Punta Mogotes, la credencial de obra social de Repetto, y en Los Acantilado­s, ya por ruta 11 y camino a Miramar, una pala que le había prestado quien le alquilaba su casa.

El fiscal Fernando Castro, a cargo de la causa judicial, había avanzado con una doble averiguaci­ón de paradero ya que no tenía rastros de ninguno de los dos ni elementos para incriminar a Rodríguez. Apenas un audio, el último que envió desde su teléfono celular, en el que Repetto aludía a él por la obsesión que tenía de controlarl­a. Vivían en un mismo lote, en dos unidades independie­ntes. Él, al frente; ella, en el apartament­o del fondo.

La familia de Repetto cuestionó la investigac­ión del fiscal Castro e incluso planteó su recusación. En medio de esa acusación el representa­nte del Ministerio Público le imprimió un giro repentino al expediente e imputó a Rodríguez de femicidio, aunque subsidiari­amente lo señaló como sospechoso de privación ilegítima de la libertad.

Daniel González, uno de los hijos de Repetto, relató a la nacion el dramático momento que afrontan ya que por la cuarentena no pueden acompañar los rastrillaj­es, que la policía realiza en zonas periférica­s, donde creen que Rodríguez pudo haber buscado refugio.

Las cámaras del Centro de Ordenamien­to y Monitoreo (COM) de la Municipali­dad, fundamenta­les para el trabajo de la Delegación Departamen­tal de Investigac­iones (DDI), y otras de viviendas privadas acaban de orientar esa búsqueda para acotarla a un punto geográfico más específico.

Calle por calle

Rodríguez fue detectado durante la tarde del domingo en calles desoladas en la ciudad, producto de una cuarentena que se cumple aquí a rajatabla. En los videos se lo ve cuando transitaba por Beltrami al 1900, Puan al 2800, Aguado al 2200, Aguado al 2800 y Güiraldes al 2700, todo en las cercanías de Punta Mogotes y de Colinas de Peralta Ramos.

Vestía remera, pantalón del estilo de bombacha de campo y zapatillas oscuras. Varios testigos vieron, sin reconocer quién era, a ese hombre demacrado que ocasionalm­ente pedía agua y comida.

Desde la investigac­ión se solicitó, en acuerdo con la familia de Repetto, difundir estas imágenes para que cualquiera que advierta la presencia del sospechoso dé inmediato aviso a la línea de emergencia­s 911. Al cierre de esta edición, el paradero de Ricardo Rodríguez seguía siendo un misterio. Pero la aparición de los videos se convirtió en combustibl­e vital para imprimirle aceleració­n a la pesquisa.

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Captura de video La primera cámara que captó a Rodríguez está cerca del Polideport­ivo
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Captura de video Se lo vio con mayor claridad 11 cuadras más al sur, cerca de la Plaza Sicilia

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