Mueren 4 presos en un motín por las medidas contra el virus en Santa Fe
Antes de que la policía recuperase el control, se desató una cacería contra los internos que cumplen condenas por delitos sexuales; en la unidad de Coronda murió un barra de Colón
ROSARIO.– Con motos que alumbraban en la oscuridad y el denso humo que flotaba en los pasillos del penal de Las Flores, al norte de la ciudad de Santa Fe, unos 150 agentes de grupos especiales de la Policía y del Servicio Penitenciario lograron recuperar la cárcel durante la madrugada de ayer, tras un violento motín que dejó un saldo, solo en esa cárcel, de cuatro reclusos muertos y decenas de heridos, algunos, sacados del lugar en estado gravísimo. Y con el deceso de un barrabrava de Colón en Coronda suman cinco las víctimas fatales al cabo de los violentos reclamos que se desataron en tres unidades de esta provincia desde anteayer a la tarde, con las protestas por la falta de suficientes medidas para contener el indetenible avance de la pandemia del coronavirus.
Esa cifra de víctimas mortales es provisional: podría aumentar con el correr de las horas, y sumar más tensión al explosivo clima que se vive desde ayer tras los muros de las penitenciarías santafesinas.
En Las Flores, los presos lograron ocupar durante la noche la farmacia del penal y rompieron las rejas de los dos pabellones de internos por delitos sexuales, por lo que se produjo una cacería en una cárcel donde por los incendios se cortó la energía y todo estaba a oscuras. Ahí se concentraron todos los muertos; algunos cuerpos aparecían carbonizados.
Durante la madrugada, el descontrol era total en el penal, con gran parte de la infraestructura de la cárcel destruida y con presos que parecían incontenibles a causa de las sustancias que habían consumido. Desde las casas linderas a la cárcel les pasaban bolsas con pastillas, armas y alcohol, según describió a la nacion un alto funcionario que estuvo en la unidad penitenciaria.
Lo que había comenzado como un reclamo por mejores condiciones de sanidad frente al avance del coronavirus se transformó en un descontrol dentro de la cárcel de Las Flores. Anteanoche, pasadas las 22, los internos de los penales de Coronda y Piñero, las otras dos cárceles más grandes de Santa Fe, ingresaron en los pabellones tras tomar los techos durante varias horas. Se produjeron enfrentamientos con los grupos tácticos del Servicio Penitenciario. Un interno murió a causa de una herida de bala (Alan Montenegro, integrante de la hinchada de Colón y del clan de los Leiva) y otros cinco presos resultaron heridos.
En Piñero, donde están detenidos la mayoría de los líderes de las bandas narco más importantes de Rosario (Los Monos, los Funes, el clan Alvarado), también se produjeron incidentes durante el motín, con incendios en dos pabellones y enfrentamientos con los agentes penitenciarios. Pero a la medianoche la situación logró ser controlada.
Prisiones desbordadas
Este conflicto carcelario, que tuvo como detonante el reclamo por mejores condiciones de higiene para controlar el coronavirus, se produjo en un contexto de crisis en el sector penitenciario santafesino, con 6690 presos que superan en más de 1500 el cupo de internos, muchos de ellos por causas federales vinculadas al narcotráfico. Desde hace más de una década que se proyecta construir un penal federal, pero hasta ahora eso nunca se concretó.
La situación más grave se desató en el penal de Las Flores, donde los grupos tácticos llegaron después de desactivar el motín de Coronda. El ministro de Seguridad, Marcelo Sain, encabezó la recuperación del control de la cárcel, donde destinaron a la Tropa de Operaciones Especiales (TOE), que se sumó al Grupo de Operaciones Especiales Penitenciarias (GOEP) y a la Policía de Acción Táctica.
Se montó un operativo en el perímetro del penal para evitar evasiones masivas, pero el descontrol estaba adentro.
“La situación era muy delicada y se habían agotado las instancias de negociación. Pedí que estuviera un juez de garantías y un fiscal, pero nadie de la Justicia se hizo presente”, afirmó Sain. Los presos estaban descontrolados luego de tomar la farmacia del penal y consumir todo tipo de sustancias, según relataron a la nacion tres uniformados que participaron del operativo. Algunos, como muestran varios videos de los propios reclusos, intentaban hacer huecos en las paredes para poder fugarse. Otros fueron a la caza de los internos del pabellón de delitos sexuales, donde hay 60 personas. Por lo menos tres cadáveres encontrados allí estaban calcinados.
El ministro de Seguridad le transmitió al gobernador, Omar Perotti, la posibilidad de ingresar con grupos tácticos para retomar el control del penal. Antes habló con el ministro de Gobierno, Esteban Borgonovo, de quien depende el Servicio Penitenciario. Borgonovo no estuvo en el operativo: está en cuarentena tras haber ido a Montevideo para participar de un maratón.
Se había intentado iniciar una negociación con los reclusos, pero no existían interlocutores válidos entre los internos, según las autoridades. Perotti transmitió al Gobierno nacional lo que estaba pasando y adelantó que iban a irrumpir las fuerzas policiales para detener el motín. En la cartera de Seguridad nacional, a cargo de Sabina Frederic, estaban al tanto de que otros penales de la provincia de Buenos Aires también presentaban situaciones de conflicto, pero sin llegar al descontrol que reinaba en las cárceles de Santa Fe.
La acción de tropas especiales
Así, en plena noche cerrada, unos 150 efectivos de las TOE y del GOEP entraron con motos que alumbraban los pasillos, donde los presos corrían y se cubrían detrás de las paredes y de barricadas. Los jefes operativos de las tropas especiales iban con el ministro de Seguridad, armados y con chalecos antibala y cascos.
El plan era tratar de sacar a los internos a los patios de la cárcel, donde podrían ponerles precintos para después ubicarlos otra vez en los pabellones, la mayoría, incendiados y destruidos. Ante la evidente supremacía en el poder de fuego de las fuerzas de seguridad, y tras una hora de intensa refriega, los propios presos, según contó el ministro de Seguridad a la nacion, volvieron solos a los pabellones.
El subsecretario de Asuntos Penitenciarios, Héctor Acuña, en diálogo con la nacion, coincidió con Sain en que los reclusos decidieron terminar el motín ante el poder de represión de las fuerzas de elite.
Más allá de las víctimas mortales, varios internos tuvieron que ser hospitalizados por heridas graves, por lo que la cifra de fallecidos podría aumentar, “Es probable que haya más muertos”, sostuvo el secretario de Asuntos Penitenciarios Walter Gálvez.
Horas después de la protesta, el Servicio Penitenciario autorizó, según confirmó la nacion, que los presos podrán recibir comida de sus familiares, a los que en cambio no pueden ver, luego de que se suspendieran las visitas por el peligro de transmisión del coronavirus.
Marcelo Sain ministro de seguridad-santa Fe “se habían agotado las instancias de negociación. Pedí que estuviera un juez de garantías y un fiscal, pero nadie de la Justicia se hizo presente”