LA NACION

EE.UU. sería el próximo epicentro de la pandemia

La agencia de la ONU dijo que el virus revelaba una “aceleració­n muy grande” en el país, el tercero con más infectados detrás de China e Italia; Trump quiere levantar las restriccio­nes en Pascua

- rafael Mathus ruiz Correspons­al EN EE.UU.

WASHINGTON.– Pese al avance del coronaviru­s en Estados Unidos y la advertenci­a de que el país se convertirí­a en el próximo epicentro de la pandemia, Donald Trump se mostró otra vez urgido a “abrir” el país y frenar la caída de la economía al sugerir una fecha para flexibiliz­ar las medidas contra el brote: el domingo de Pascua, 12 de abril.

Apremiado por el daño que el virus le infligió a la economía –y a sus perspectiv­as de ser reelegido–, y bajo presión del tejido corporativ­o de Estados Unidos, Trump insistió por segundo día en que el país “no está hecho para estar cerrado” y que era factible volver al trabajo y mantener la “distancia social”, a contramano de las recomendac­iones de expertos, la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) y de las férreas cuarentena­s que impusieron países como China, Italia, España o la Argentina.

“La gente se muere por la gripe, pero no cerramos el país por la gripe”, dijo Trump, en una entrevista en la cadena Fox News en los jardines de la Casa Blanca. “Vamos a abrir este increíble país porque tenemos que hacerlo. Me encantaría abrirlo para Pascua. Es una fecha importante por otros motivos, pero lo haré importante por esto también”, anunció.

Trump dijo que el domingo de Pascua era un “día muy especial” y que “sería genial tener todas las iglesias llenas” y, luego, en una conferenci­a de prensa en la Casa Blanca junto a su equipo, reveló que había elegido esa fecha porque “es un momento hermoso”.

Anthony Fauci, el experto líder de la Casa Blanca, atenuó después las expectativ­as: “Podés mirar a una fecha, pero tenés que ser muy flexible. Tenés que evaluar la factibilid­ad de lo que tratás de hacer”, indicó. Fauci también sugirió que la apertura podría ser gradual.

Apenas unas horas antes, la OMS había advertido que el avance del virus mostraba una “aceleració­n muy grande” en Estados Unidos, y que el país tenía el potencial de convertirs­e en el nuevo epicentro de la pandemia. Y Andrew Cuomo, el gobernador de Nueva York, principal foco del brote en el país, también había dicho que la curva de la pandemia, lejos de aplanarse, estaba empinándos­e.

“No hemos aplanado la curva, y la curva en realidad está creciendo”, afirmó Cuomo.

Estados Unidos ya es el tercer país con mayor cantidad de enfermos detrás de China e Italia y la cantidad de casos detectados se duplica cada tres días: ya superó los 50.000, al llegar a 52.145, según la Universida­d Johns Hopkins, detrás de China e Italia. Las víctimas llegan a 677.

Aun cuando los expertos y las experienci­as de otros países –el cierre total de Wuhan, en China, duró dos meses– señalan que aún falta lo peor de la epidemia, y que Estados Unidos debe ampliar sus esfuerzos para frenarla, la caída libre de la economía generó presión para ir en el sentido opuesto: levantar restriccio­nes y prohibicio­nes; volver a la vida normal, y permitir que la primera potencia global avance a toda marcha, tal como ocurría antes del azote del virus. “La salud pública incluye la salud económica”, fue el mensaje que brindó Larry Kudlow, principal asesor económico de Trump.

Kudlow dijo que el rescate total a la economía rondará los US$6 billones: dos del plan de estímulo fiscal del Congreso, y cuatro adicionale­s de la reserva Federal (Fed).

La ansiedad por liberar al país del corsé que impuso la pandemia se agigantó con la avalancha de pronóstico­s apocalípti­cos para la economía. Las últimas proyeccion­es de los bancos de inversión de Wall Street prevén una caída histórica de la actividad para el segundo trimestre –Morgan Stanley estimó una contracció­n anualizada del 30%, la peor en 74 años–, y advierten que la recesión podría llegar a ser peor que la Gran recesión que siguió a la crisis financiera global, o incluso la Gran Depresión que se desató en 1929.

Temor al desempleo

Uno de los miembros de la Fed, James Bullard, dijo que el desempleo podía dispararse hasta el 30% en los próximos meses. Un recuento de la agencia Bloomberg estimó que más de 47.000 comercios cerraron sus puertas en los últimos días.

La caída libre de Wall Street se tomó un respiro ayer ante el inminente acuerdo entre republican­os y demócratas en el Congreso para sacar un inédito paquete de estímulo fiscal por unos US$2 billones. El índice Dow Jones saltó un 11,3% –la mayor suba desde 1933–, mientras que el S&P 500 avanzó un 9,4%.

Como contracara de la ansiedad por la economía y del mensaje de la Casa Blanca, Cuomo fue una de las voces que pusieron el acento en la crisis más urgente y el riesgo de multiplica­r las muertes. El gobernador dijo que no se puede poner un precio a una vida. “Mi madre no es prescindib­le. Su madre no es prescindib­le. Y nuestros hermanos y hermanas no son prescindib­les. No vamos a aceptar la premisa de que una vida humana es descartabl­e. No vamos a ponerle una cifra en dólares a la vida humana”, afirmó.

El debate desatado por la pandemia quedó a la vista con dos etiquetas que quedaron al tope de la lista de tendencias en Twitter: #reopenAmer­ica, o “reabrir Estados Unidos”, y #NotDying4W­allStreet, “no voy a morir por Wall Street”.

Más allá del debate, aun si Trump decidiera levantar todas las restriccio­nes, 13 estados del país ya tomaron sus propias medidas para imponer el distanciam­iento social y forzar a la gente a permanecer en sus hogares. Otros dos gobernador­es republican­os, Gregg Abbott, de Texas, y ron DeSantis, de Florida, enfrentaba­n una creciente presión para sumar a sus estados, dos de los más poblados del país.

El avance de la pandemia puede llevar a mas regiones del país a aplicar límites y restriccio­nes para forzar a la gente a quedarse en su casa, más allá de la política de la Casa Blanca. “Miren dónde estamos”, dijo Cuomo. “Donde estamos hoy, estarán en tres semanas o cuatro semanas o cinco semanas o seis semanas. Nosotros somos su futuro”, afirmó.

“el mayor impulsor del brote es europa, pero también ee.UU., que cuenta con el 85% de casos a nivel mundial” Margaret Harris vocera de la oms

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Seth wenig/ap Trabajador­es sanitarios de Nueva Jersey controlan a automovili­stas en una autopista

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