Compras equivocadas y varios faltantes en las farmacias
Las compras compulsivas por el miedo al nuevo coronavirus resultan también un problema de salud. Mientras la ciencia busca una vacuna para los sanos y antivirales para los enfermos, los farmacéuticos alertan sobre los quiebres de stock de paracetamol, el antifebril recomendado en primera instancia, pero también de vitamina C (incluso en presentaciones de uno y dos gramos, que el cuerpo no necesita ni absorbe, sino que orina); para mayor equívoco, algunas farmacias detectaron más consumo de antibióticos, que son de venta bajo receta y funcionan para infecciones bacterianas y no contra los virus.
“Hemos detectado que el paracetamol, de todas las marcas, se agotó en farmacias y droguerías”, dijo a la nacion Rubén Sajem, secretario general del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal y director del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos.
Isabel Reinoso, presidente de la Confederación Farmacéutica Argentina, afirmó que “el paracetamol quebró stock (se terminaron las existencias) en las farmacias del país”. Según le dijeron a Reinoso, los laboratorios nacionales proveedores de paracetamol están haciendo “esfuerzos importantes” para volver a abastecer en un plazo relativamente corto.
No es el único faltante. “Estamos desabastecidos de alcohol de 96°, de 70°, alcohol en gel, de insumos para preparar alcohol en gel (carbopol y trietanolamina); faltan termómetros, guantes, camisolines”, sumó.
Las farmacias, afirmó, no tienen en muchísimos casos siquiera alcohol para humedecer el algodón antes de aplicar inyecciones o vacunas; tampoco se puede dar respuesta a la demanda de la vacuna antigripal, que ya empezó a distribuir el Ministerio de Salud de la Nación, y de las vacunas contra las neumonías.
Otro producto que fue arrasado por los argentinos en las últimas semanas es la vitamina C, cuya utilidad para el resfrío común es por lo menos discutida por los especialistas desde hace años (cuando el premio Nobel Linus Pauling dijera en 1970 que funcionaba) y lo mismo como método eficaz para mantener el sistema inmunológico en condiciones de resistir un ataque vírico. En lo que hay consenso es que la posibilidad del organismo para incorporarla y usarla es mucho menor a esa posología: 90 miligramos. “Es absurdo consumirla en dosis tan altas, e incluso puede generar un problema sanitario posterior”, dijo Sajem.
“Es algo emocional, la gente reacciona como puede y compra de más, como hace con la lavandina”, dice Jimena Worcel, vocera de la Cámara Productores de Medicamentos de Venta Libre, aunque no tiene detectada la falta que refieren las farmacias.