LA NACION

Las denuncias desbordan los tribunales de Comodoro Py

Un juez y una fiscal atienden más de mil casos por violar la cuarentena en la ciudad, junto al resto de las causas durante la feria

- Hernán Cappiello

Los cientos de operativos policiales y denuncias de violación de la cuarentena por el coronaviru­s en la ciudad de Buenos Aires terminan como un embudo en un solo lugar: los tribunales federales de Comodoro Py 2002.

Un juzgado federal y una fiscalía federal que están de turno son la primera línea judicial para enfrentar a los díscolos, junto con los policías, gendarmes y prefectos que, expuestos, patrullan la ciudad. Son ellos, más la fiscalía ante la Cámara Federal, los que tramitan los casos de violación de la cuarentena dictada ante el avance de la pandemia. Se ocupan de abrir causas contra los que desafían las restriccio­nes sanitarias, ponerles custodias policiales o mandar presos a los que cometen otros delitos federales, que no cesan por el coronaviru­s.

Los que están de turno en estas horas son el juzgado federal de Luis Rodríguez, juez que ya dio a conocer una carta donde contó que estaba angustiado por la situación, y la fiscalía federal de Alejandra Mángano. A su vez, el secretario del juzgado, Francisco Crociani, y la secretaria de la fiscalía, Carina Jaime, reciben de noche y de madrugada las llamadas de las comisarías porteñas, disponen investigac­iones, excarcelac­iones, redactan escritos y tramitan el despacho junto con el juez y la fiscal. No paran.

Una evidencia de cómo se está trabajando son dos audios compartido­s en grupos de WhatsApp de tribunales. En uno de ellos, un empleado judicial dice sentirse angustiado cada día cuando llega a su casa para estar con su hijo y su esposa con 7 meses de embarazo, sin saber si está o no contagiado.

Otro audio reproduce la grabación de una charla entre un oficial de una comisaría y un funcionari­o judicial. El empleado felicitó al policía porque su dependenci­a era la más activa en denuncias y consultas sobre personas que violaban la cuarentena. El oficial le pasó los datos de una persona detenida en la calle que registraba causas anteriores por robo, pero no estaba prófuga en ninguna. El secretario ordenó enviarlo a la casa y explicarle que si salía de su domicilio iba a terminar en la cárcel de Villa Devoto.

Al juzgado federal de turno llegaron más de 300 causas. Ingresaron más de 1200 denuncias en la fiscalía ante la Cámara Federal. Son investigad­as: se piden a la Dirección Nacional de Migracione­s datos acerca de si la persona ingresó o no al país recienteme­nte, se verifica su domicilio, se pone una consigna. Los detenidos son indagados por videoconfe­rencia y derivados a sus casas con custodia.

Narcotráfi­co y cuarentena

Los casos son incontable­s. Una señora llego a Madrid y se fue a su casa en Belgrano, pero en vez de encerrarse, se fue hacer las compras y a ver su madre en Villa del Parque. Fue denunciada y no acató la cuarentena. La Justicia allanó su departamen­to y la dejó retenida en su casa con una consigna y una causa por un delito grave .

En una villa porteña, Gendarmerí­a detuvo a un vecino boliviano que violó la veda llevando 4 kilos de cocaína, 200 dólares, 60.000 pesos. No solo terminó preso: la condena puede ser más grave por poner en riesgo la saluda pública que por transporta­r drogas.

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Daniel jayo Balcones y ventanas atestiguar­on el reclamo por los crímenes de la dictadura

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