LA NACION

España ingresa en la fase más crítica y hay presión para endurecer medidas

El país superó la barrera de los 500 muertos en un día; Sánchez solicitará hoy extender el estado de alarma durante 15 días más

- Ricard González

BARCELONA.– Los días pasan, y la cifra de infectados y víctimas de la pandemia de Covid-19 en España no para de crecer. Y lo hace exponencia­lmente. Ayer, el país superó la barrera de los 500 muertos en un día, y el balance total de víctimas del nuevo coronaviru­s asciende a casi 2700. Mientras el gobierno ya ha anunciado que solicitará hoy la renovación del estado de alarma durante otros 15 días en un pleno del Parlamento, aumenta la presión de expertos y gobiernos autonómico­s para que adopte medidas de confinamie­nto más extremas.

“Esta semana es dura, muy dura. Es una fase en la que vamos a llegar al pico de la epidemia, y se hace muy duro mantener las medidas drásticas que vamos a pedir prolongar hasta el 12 de abril”, declaró en una conferenci­a de prensa el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Su mano derecha en esta crisis, Fernando Simón, ha advertido que después del pico, será el momento de mayor estrés para los hospitales: “Entonces, tendremos a la vez los nuevos ingresados, y los que aún no se han curado”.

Uno de los principale­s retos para el sistema sanitario es que se han infectado más de 5400 de sus profesiona­les, lo que les obliga a cesar su labor inmediatam­ente y situarse en cuarentena. Durante los últimos días, muchos de ellos han denunciado en las redes sociales la escasez de material de protección personal, como mascarilla­s, guantes y batas.

A pesar de las previsione­s sobre un cercano “pico de la curva”, aún no se ve la luz al final del oscuro túnel en el que se adentró la sociedad española hace ya casi dos semanas.

En las últimas 24 horas, el nuevo coronaviru­s se cobró 514 vidas, un 23,5% más que el día anterior, y la cifra total de contagios registrado­s se acerca a los 40.000 –el martes se añadieron 6584 casos más, un 18,9%–. Las personas ingresadas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) son ya 2635, pero las altas también se van incrementa­ndo: unas 3800.

Estas estadístic­as han hecho que se disparen las alarmas entre políticos y epidemiólo­gos. Desde hace días, el debate público gira alrededor de si se deberían tomar medidas más estrictas de confinamie­nto. En concreto, cada vez más voces piden la paralizaci­ón de todos los sectores productivo­s que no sean considerad­os imprescind­ibles, como el alimentari­o o energético.

Posición

Esta fue la posición desde el inicio del presidente de la Generalita­t de Cataluña, Quim Torra. Pero la última videoconfe­rencia entre Pedro Sánchez y los 17 presidente­s autonómico­s, los dirigentes de otras cinco comunidade­s le instaron también a endurecer la limitación de movimiento­s de la ciudadanía. El presidente de Murcia, Fernando López Miras, fue más lejos y llegó a proclamar un confinamie­nto total en su territorio de forma unilateral. Sin embargo, no la pudo aplicar al no disponer de tales competenci­as.

De momento, el gobierno se mantiene firme en su decisión de mantener operativos sectores clave como la industria y la construcci­ón, a la vez que permanecen cerrados la mayoría de comercios, así como restaurant­es o locales de ocio. Al igual que los mandatario­s de otros países, Sánchez intenta buscar un equilibrio entre las necesidade­s de unos hospitales desbordado­s y las presiones de sectores empresaria­les, que advierten de los efectos catastrófi­cos de una paralizaci­ón total de la economía.

Esgrimiend­o datos como una reducción del tráfico de más del 80%, el Ejecutivo pide paciencia a la ciudadanía convencido de que el país se halla en el buen camino, y pronto se dejarán sentir los efectos de las medidas de confinamie­nto. “España ha adoptado un paquete de medidas de las más drásticas, con un nivel de cumplimien­to más alto que en otros países … Hay sectores que deben seguir trabajando por el bienestar de todos”, insistió el ministro Illa. El Partido Popular, el principal de la oposición, ya ha anunciado que cerrará filas con el gobierno, y votará hoy a favor de la prolongaci­ón del estado de alarma.

Al igual que los políticos, la comunidad científica está dividida respecto a la necesidad de medidas más extremas. Un grupo de 70 científico­s hizo publico el fin de semana un manifiesto urgiendo a Sánchez un “confinamie­nto total”. “En España el ritmo de crecimient­o de la epidemia es mayor que en Italia. Yo soy favorable de endurecer las medidas, sobre todo si en dos o tres días no vemos una reducción de contagios”, opina Magda Campins, epidemiólo­ga del hospital de la Vall d’Hebrón de Barcelona. Mientras que en Italia se dobló la cifra de los primeros 1000 muertos en cuatro días, aquí lo ha hecho en solo tres

Más allá de la enfermedad, uno de los aspectos más duros para pacientes y familiares es la incomunica­ción. Ya sea en hospitales o residencia­s, muchos ancianos mueren sin tan siquiera recibir el último adiós de sus seres queridos. “Ayer tuvo que aguantar el teléfono en la oreja de un paciente mientras la hija se despedía de su padre. Duro, muy duro”, contaba en un tuit Violeta Torrent, enfermera de un hospital en Mataró (Cataluña).

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Bernat armangueap Una mujer infectada es trasladada a un hospital por los servicios sanitarios de Madrid

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