LA NACION

México pasa a la fase dos de la epidemia y López Obrador no reacciona

El gobierno recibió críticas por su laxitud en el manejo de la crisis sanitaria; habrá distanciam­iento social, pero sin cuarentena

- Agencias AFP y ANSA

CIUDAD DE MÉXICO.– En medio de la polémica entre quienes piden una cuarentena total y el gobierno que se resiste a avanzar en esa dirección, las autoridade­s sanitarias de México declararon ayer el inicio de la fase dos de la pandemia de coronaviru­s, al pasar de la contención a la “mitigación” de contagios comunitari­os en un país cuyo sistema de salud se encuentra debilitado.

“Queremos declarar formalment­e el inicio de la fase dos (...) lo que nos permite es trazar el horizonte para los siguientes 30 o 40 días”, anunció Hugo López-Gatell Ramírez, subsecreta­rio de Prevención y Promoción de la Salud durante la conferenci­a matinal del presidente, Andrés Manuel López Obrador, que en esta ocasión, no aceptó preguntas de la prensa.

La decisión de escalar de fase fue tomada tras el último reporte del lunes sobre casos confirmado­s, que mostró que de las 367 personas afectadas por el Covid-19, el 5% son contagios comunitari­os, es decir, que no tuvieron contacto directo o indirecto con el extranjero.

Sin embargo, el presidente no sólo se resiste a declarar la cuarentena, sino que anteayer difundió un polémico video en el que exhortó a la población a “salir a la calle” y reunirse en restaurant­es “porque eso es fortalecer la economía familiar, la economía popular”.

El gobierno mexicano recibió críticas de varios sectores por su laxitud en el manejo de la crisis sanitaria, a la que llega con una economía frágil. Así, las medidas que se aplicarán en esta fase dos de la epidemia “no afectarán la vida pública ni las garantías individual­es”; indicó el gobierno.

Los lineamient­os de esta nueva fase son: mantener la distancia entre personas, proteger a ancianos y enfermos crónicos y suspender las clases durante un mes, medida que empezó el lunes pasado.

También contempla “suspender temporalme­nte actividade­s laboral es que involucren la movilizaci­ón de personas en todos los sectores de la sociedad, el público, el privado y el social”.

No obstante, el gobierno mexicano pidió a las institucio­nes privadas no suspender labores y garantizar los derechos de los trabajador­es y de los prestadore­s de servicios.

“Voy a firmar un decreto para que tanto en el sector público como en el sector privado se les otorgue permiso a los adultos mayores para estar en su casa”, agregó, por su parte, López Obrador.

En esta nueva fase participar­án también las secretaría­s de Marina y Defensa con un programa de apoyo logístico, que incluye 103 instalacio­nes hospitalar­ias y el despliegue de 20.444 personas entre militares y personal médico.

La economía mexicana, la segunda mayor de América Latina después de Brasil, espera un severo impacto por esta pandemia. Los analistas estiman caídas de hasta 4% en la actividad en 2020.

En esta dirección fue el mensaje del presidente instando a la población a seguir asistiendo a restaurant­es para apoyar la economía familiar. “Yo les voy a decir cuándo no salgan”, dijo el mandatario.

En un país donde el 56% de la población trabaja en la informalid­ad, sin registros contables o seguridad social, son muchos los que apoyan la decisión del presidente.

Luis Valdovinos está tardando más de lo usual en obtener los 300 pesos (casi 12 dólares) diarios que suele ganar como músico callejero en Ciudad de México, pues la crisis del coronaviru­s lo va dejando cada día con menos clientes.

“Los que tienen tienen, y chínguese el jodido”, dice Valdovinos, de 46 años, mientras pide dinero por la música de su organillo, un pesado instrument­o cuyo sonido melancólic­o se acentúa a medida que la capital mexicana se queda sin gente por el virus. “Todo México se espanta, hay negocios que cierran, desgraciad­amente los que vivimos al día somos los perjudicad­os”, dice al relatar que ahora debe permanecer hasta bien entrada la tarde para alcanzar su meta de dinero.

Vivir al día

Muchas de estas personas viven al día y son blanco seguro del golpe económico del coronaviru­s en el país. “Quienes no pueden hacer teletrabaj­o tienen mayor riesgo de padecer la secuela económica y social de esta crisis de salud pública”, dice la organizaci­ón civil Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

Moisés Villanueva, de 63 años, que gana una comisión por llevar clientes a ópticas de la ciudad, coincide con el presidente.

“No tiene caso espantar a la gente, de por sí no hay nada”, dice mientras reparte volantes que ofrecen anteojos baratos. Villanueva reconoce también un fuerte revés en su negocio. De tres o cuatro clientes que podía captar, ahora convence a lo sumo a uno. “Sí, nos está pegando”, dice al confesar que ya piensa en un “plan B” por si todo empeora. Sin embargo, igual que sus colegas en la informalid­ad, está resignado.

“Nosotros que estamos por comisión, no podemos descansar. Los que se mueren son gente como yo; creo que ya viví suficiente y en algún momento tiene que pasar”.

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