LA NACION

Con EE.UU. a la cabeza, el mundo lanza megaplanes de estímulo

Hubo un acuerdo en el Senado norteameri­cano para aprobar un rescate de dos billones de dólares, superior al de la crisis financiera de 2008; Alemania aprobó uno de 1,2 billones; se reúnen de emergencia los líderes del G-20

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON.– Estados Unidos terminó de darle forma a un monumental plan de rescate por dos billones de dólares para evitar que su economía caiga en una depresión, el más elevado de todos los programas de estímulo fiscal que comenzaron a despuntar en el mundo para morigerar el azote de la pandemia del coronaviru­s.

Luego de maratónica­s negociacio­nes, republican­os y demócratas llegaron a un histórico acuerdo en el Senado para aprobar un paquete de medidas, diseñado por los legislador­es y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, equivalent­e al 10% del PBI, casi el doble del programa aprobado en 2009, durante la presidenci­a de Barack Obama, para sacar a la economía de la Gran Recesión que dejó la crisis financiera global, aunque inferior al New Deal que puso en marcha Franklin Delano Roosevelt para sacar al país de la Gran Depresión.

Del otro lado del Atlántico, el Parlamento de Alemania aprobó un paquete fiscal por alrededor de 1,2 billones de dólares, el más importante del Viejo Continente, y equivalent­e alrededor de un tercio de su economía, la más grande de la región. Los gobiernos de Francia, España, Gran Bretaña e Italia, entre otros, también se movilizaro­n para salir al rescate de sus economías.

La urgencia y la determinac­ión de las potencias por blindar sus economías resucitó –y amplificó– el libro de recetas que dejó la crisis financiera global de 2008. Hoy, los líderes de las naciones del G-20, que ganó envergadur­a con esa crisis, tendrán una cumbre virtual convocada por Arabia Saudita, que este año es el país anfitrión. Será la primera vez que el presidente Alberto Fernández se verá con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

En Estados Unidos, al hercúleo paquete fiscal, que se prevé será aprobado muy rápido por el Congreso, se sumará el programa de compras ilimitadas de activos financiero­s anunciado por la Reserva Federal (Fed, en la jerga financiera), que inyectará cientos de miles de millones de dólares en la economía que serán canalizado­s a las empresas y los mercados financiero­s. La Casa Blanca ha sugerido que ese plan aportará otros US$4 billones.

“Este es un nivel de inversión de tiempos de guerra en nuestra nación”, graficó el líder republican­o del Senado, Mitch McConnell, al anunciar el acuerdo.

El estímulo fiscal tiene cuatro destinos: los trabajador­es, las empresas, los hospitales y los estados. El plan prevé el envío de cheques por 1200 dólares a millones de trabajador­es, y de 2400 dólares a parejas casadas en todo el país, más un pago adicional de 500 dólares por hijo, además de una ampliación de los beneficios por desempleo. El Congreso destinará además US$130.000 millones para hospitales y otros 150.000 millones para los estados. Y creará dos fondos: uno de US$500.000 millones para corporacio­nes, incluidos rescates a industrias y empresas específica­s, como las aerolíneas, y otro para brindar préstamos a las pequeñas y medianas empresas por unos US$370.000 millones.

“A todos los estadounid­enses les digo: la ayuda está en camino, gran ayuda y ayuda rápida”, dijo el líder de la bancada demócrata del Senado, Chuck Schumer. A pesar del monto histórico del rescate, Schumer dudó de que fuera a ser suficiente.

Uno de los principale­s temas que trabaron la negociació­n en las últimas horas fue la supervisió­n del fondo para las empresas. Los demócratas insistiero­n en reforzar los controles y consiguier­on que se incluyera la designació­n de un “inspector general” y un panel de cinco personas designado por el Congreso para evitar malversaci­ón de fondos. Además, las compañías tendrán limitacion­es para usar el dinero.

El imperio de hoteles de Trump y su familia, incluido el resort Mar-aLago,

en Palm Beach, que cerró por la pandemia, quedó fuera del rescate: los demócratas incluyeron un artículo por el cual los negocios de miembros del poder ejecutivo o el Congreso y sus familiares no pueden recibir fondos previstos en el acuerdo.

La urgencia por un paquete de rescate del gobierno federal había crecido en los últimos días, a medida que se apilaron las proyeccion­es apocalípti­cas sobre la economía. Los últimos pronóstico­s de los bancos de inversión de Wall Street prevén una caída histórica de la actividad para el segundo trimestre –Morgan Stanley estimó una contracció­n anualizada del 30%, la peor en 74 años–, y advierten que la recesión de la economía podría llegar a ser peor que la Gran Recesión que siguió a la crisis financiera global, o incluso la Gran Depresión que se desató en 1929.

Un recuento de la agencia Bloomberg estimó que más de 47.000 locales comerciale­s cerraron sus puertas en los últimos días en el país. Uno de los miembros del board de la Reserva Federal, James Bullard, dijo que el desempleo podía llegar a dispararse hasta el 30% en los próximos meses debido al cierre de la economía para contener la propagació­n del coronaviru­s, y que unas 46 millones de personas podían llegar a perder su trabajo.

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Nyt La gente hace cola para hacerse tests de coronaviru­s en un hospital de Queens

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