En Buenos Aires se habilitó una red de visitas virtuales
Los detenidos podrán conversar con sus familiares mediante videoconferencias
En un intento de aliviar las tensiones generadas en algunos penales por la suspensión de las visitas, el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) implementó un sistema de videoconferencia para que los presos no pierdan el contacto con sus familias. Esa posibilidad de contacto virtual con los internos fue implementada en 15 cárceles bonaerenses y en los próximos días se sumarán equipos en tres unidades.
Con este programa, por ejemplo, un detenido de la Unidad 13, en Junín, se pudo comunicar con sus hijos que están en cuarentena en Italia. Otro caso fue el de un joven en la cárcel de Barker que pudo hablar con su madre, que se contagió de coronavirus y se recupera en su casa. “Desde ayer, los presos pudieron comunicarse con sus seres queridos y de esta manera se pudo superar la situación generada por la suspensión de las visitas debido a la cuarentena por el coronavirus”, explicaron fuentes del SPB.
Este sistema de comunicación a distancia ya funciona en la Unidad 1, en Lisandro Olmos; en la 2, en Sierra Chica; en la 3, en San Nicolás; en la
4, en Bahía Blanca; en la 6, en Dolores; en la 9, en La Plata; en la 13, en Junín; en la 15, en Batán; en la 19, en Saavedra; en lan20, en Trenque Lauquen; en la 21, en Campana; en la
23 Florencio Varela; en la 30, en General Alvear; en la 37, en Barker, y en la 43, en La Matanza. En los próximos días se sumarán las unidades
17, Urdampilleta; 35; en Magdalena, y 48, en San Martín. El jefe del SPB, Xavier Areses, definió la iniciativa como “histórica e inédita”.
“La selección de los privados de libertad que participaron de las videoconferencias fueron realizadas por los profesionales del área de asistencia social de las Unidades Penales desde donde se contemplaron las dificultades de salud de los familiares de los internos o el periodo extenso de tiempo sin visitas por las largas distancias que debieron transitar por vivir en localidades alejadas a las cárceles”, dijeron desde el SPB.
Para lograr la comunicación, los familiares de los presos debieron bajar una aplicación en sus teléfonos celulares y desde la sala de videoconferencias del penal (que se utiliza para efectuar audiencias judiciales) se establecieron los contactos durante un tiempo promedio de 20 minutos.
“El programa fue impulsado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y sirve de apoyo al Protocolo de Contención Psicológica, donde los especialistas indicaron que algunas de las respuestas esperables ante la crisis sanitaria pueden ser miedo intenso, ansiedad, angustia, pánico, temor al contagio, indefensión, incertidumbre, irritabilidad y enojo, así como también recuerdos de vivencias traumáticas anteriores, falta de concentración y dificultades para conciliar el sueño, por lo que el mantenimiento del vínculo con sus familiares contrarresta las disfunciones mencionadas”, explicaron fuentes del SPB.
Por su parte, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 de Necochea hizo lugar a un habeas corpus colectivo presentado por la Defensoría General Departamental y autorizó a los presos de las cárceles de Batán y Barker a usar celulares.
“La suspensión del vínculo con familiares y seres queridos representa un agravamiento en las condiciones de detención que debe ser atendido por los medios conducentes, mientras dure la emergencia sanitaria. La telefonía celular resulta ser el medio idóneo para garantizar que los vínculos familiares no se interrumpan, contribuyendo, por añadidura, al mantenimiento de la paz social dentro de los establecimientos penitenciarios mientras dure la situación excepcional, por lo que corresponde habilitar su uso a las personas privadas de la libertad que se encuentren en condiciones de acceder a dicha tecnología”, se consignó en la resolución.
Además, el martes pasado, después de las protestas que se registraron en las cárceles de Batán y de Florencia Varela, el ministro de Justicia y Derechos Humanos bonaerense, Julio Alak, autorizó como excepción del aislamiento social obligatorio que los familiares de los presos puedan continuar con el envío de viandas de alimentos.