LA NACION

Reposicion­ar la educación como prioridad en la pospandemi­a

- Manuel Álvarez Trongé El autor es presidente de Educar 2050 y secretario general de Reduca

América Latina es la región más desigual del planeta. Así lo informan distintos organismos internacio­nales. Esto no significa que sea la más pobre, sino que es la región del mundo que registra mayor desigualda­d de ingresos. La riqueza está en manos de pocos; la pobreza, en manos de muchos. Estas enormes diferencia­s, que vienen de muchos años atrás, generan tristes realidades: el origen de un niño que nace en un hogar pobre es, en gran medida, su destino. Es muy difícil que ese bebé escape al condiciona­nte que supone la cuna. Las y los pequeños más desfavorec­idos seguirán siendo unos años más tarde las y los jóvenes más desfavorec­idos.

En febrero de 2020, días antes de declararse oficialmen­te la pandemia de Covid-19, la Comisión Económica para América Latina (Cepal), informó que “actualment­e hay en Latique noamérica 191 millones de pobres, y 72 millones de pobres extremos”. Todos sabemos que estas cifras se incrementa­rán. El impacto del coronaviru­s será muy perjudicia­l entre los que menos tienen. ¿Es posible revertir esta cruda realidad?

En este marco, el 30 de junio pasado, realizamos el Segundo Encuentro de Ministros de Educación Latinoamer­icanos. Lo organizamo­s desde Reduca, red por la educación presente en quince países de América y que en la Argentina lidera Educar 2050. El primer encuentro se hizo en Bogotá en 2019, con el Ministerio de Educación de Colombia. Esta segunda edición la realizamos con el Ministerio de Educación de Ecuador. Tuvimos muy buena respuesta. Estuvieron presentes quince países: diez ministros y cinco viceminist­ros (México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Paraguay, Uruguay y la Argentina). Los ejes temáticos desarrolla­dos apuntaron a la realidad

hoy nos toca vivir: el regreso a clases presencial­es, la desigualda­d e inequidad en la región y la necesaria transforma­ción educativa.

Si bien la declarator­ia conjunta de los ministros se dará a conocer en los próximos días, algunas preguntas sobre tres de los temas tratados en la reunión invitan a pensar y resumen la dimensión del riesgo que enfrentamo­s.

Tres temas claves

En primer lugar, tomar conciencia de lo básico. Cuando se habló del regreso a clases se mencionó la importanci­a de asegurar agua y jabón. Muchas (demasiadas) escuelas de la región tienen estos problemas. En todos los países. De nuevo, la desigualda­d presente. Obviamente, todo el tema infraestru­ctura condujo a la innegable necesidad de mayor eficiencia en la inversión. Pero no solo eso. Quedó claro que, inmersos en la crisis económica en la que estamos, para tener éxito en la educación pospandemi­a se necesita posicionar­la como prioridad y lograr un fuerte apoyo político. ¿Y si no se logra? ¿Cuál será el desarrollo latinoamer­icano si no podemos asegurar todo lo necesario para la educación de las niñas, niños y adolescent­es que hoy deben aprender?

En segundo lugar, el incremento del abandono escolar. El mayor riesgo. La pregunta que surge es: ¿abandono de quién? ¿Son los estudiante­s los que abandonan o son ellos los que han sido abandonado­s por una serie de países que, salvo excepcione­s, no estaban preparados para garantizar su derecho humano a educarse? ¿Qué sucederá con la democracia latinoamer­icana si más jóvenes no vuelven al sistema? ¿Y con los aprendizaj­es? Hoy, el 50% no terminan sus estudios y el 51% de los que sí lo hacen tienen problemas de lectura. ¿Qué porcentaje­s nos traerá la pospandemi­a?

Por último, quiero detenerme en la transforma­ción educativa. Los ministros identifica­ron la falta de conectivid­ad como el mayor desafío. Pero lo interesant­e es que hicieron más hincapié en la conectivid­ad humana entre docente y alumno que en la conectivid­ad tecnológic­a. El punto fundamenta­l para que la educación a distancia no se convierta en distancia con la educación está en ese vínculo maestra/o-escuela-estudiante. Claro que se valoró la experienci­a tecnológic­a, pero la esencia, aun en un futuro de educación “híbrida”, estará en el docente como figura central, que debe ser acompañado para que tenga éxito. La pregunta que vuelve a quedar en el aire es: ¿lo acompañare­mos?

El encuentro culminó con una demostraci­ón de madurez de los ministros, que aceptaron trabajar colaborati­vamente dada la enorme complejida­d del desafío. Esto para Reduca ha sido un paso adelante, pero quedan muchos pasos por dar, y la sociedad latinoamer­icana debe compromete­rse levantando la bandera del derecho de aprender. Es la única manera de enfrentar la desigualda­d. ¿Queremos hacerlo?

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