LA NACION

“Le dicen pechofrío a Messi y no se atreven a pedirle el control de la tele a su mujer”

Fan de Batistuta, cuenta sus peleas con Kily, Verón y Almeyda; define como “encantador” a Bielsa y revela qué piensan de Bianchi en Roma

- Cristian Grosso

“¿No vale Messi? Entonces también borramos a Maradona. Ellos no juegan el mismo deporte que jugamos nosotros”. Para De Rossi es imprescind­ible la aclaración cuando escucha que no puede mencionar a Messi entre los argentinos con los que hubiese querido jugar. Separadas las galaxias…, responde. “Siempre me gustó mucho la forma de jugar de Riquelme, fue un genio del fútbol mundial. A otro mediocampi­sta que yo amaba era Redondo, él fue un poeta increíble. Y otro fue Verón, que estuvo en Lazio y en Inter, entonces siempre nos cruzábamos. Yo era muy joven y no me detenía nada, entonces me iba a pelear con los viejos, y creo que debe tener recuerdos de ese hincha pelotas que hablaba, hablaba…, yo hablada demasiado en la cancha. No tenía miedo, tenía la bravura de los jóvenes y me peleaba con todos. Con esos argentinos del Inter… Verón, Kily González, Almeyda… Yo iba y me tiraba en el medio de todos. Pero me daba cuenta de que Verón era de otro nivel. Y pasando a nuestra época, hay un jugador que está a la altura de los más grandes: Di María me encanta, me gustó siempre. Y tiene buena cara, parece un buen tipo. Él y Agüero, de los que juegan el mismo deporte que jugué yo, son los mejores argentinos de la actualidad”.

Se enfrentó con Messi. Claro, varias veces. ¿Quién no recuerda aquel 3-0 de abril de 2018, cuando Roma se recuperó de un 1-4 en la ida y sacó a Barcelona de la Champions? Ese día, De Rossi marcó de penal. “Compartir la cancha con él es una motivación. A veces me daba cuenta que mis compañeros, antes del partido, lo miraban con ojos distintos, como de admiración…, y también a mí me pasó. Yo trataba de no mostrar mis sentimient­os ni mi debilidad ante un jugador tan grande. Cuando le sacás la pelota a Messi te da un sabor distinto a si se la sacás a un burro cualquiera”.

“Él se acostumbró, en los últimos 15 años, a jugar contra gente que vive sólo para demostrar que puede compartir la misma cancha. Y para eso, él también debe tener una gran fortaleza mental. Futbolísti­camente no hay nada más que explicar, se acabaron las palabras. Es increíble lo que hace y la poesía que le pone, no es solamente uno que marca goles, da asistencia­s y gana títulos. Y hace años que es el mejor del mundo. Hay otros muy buenos, como Ronaldo, que puede ser comparable desde los números, los goles y trofeos, pero después hay una cuestión de placer, y a mí me gusta ver a Messi. La única fortuna que tuvo es que jugó en el equipo más grande de los últimos 30 años, el Barcelona de Guardiola, entonces sus compañeros, sin ser tan buenos como él, eran dignos de estar a su lado”, completó su análisis. –¿Notasteenl­aArgentina­queaquí

todavía se lo discute a Messi?

–Si en Italia contás que en la Argentina le dicen pechofrío a Messi, acá se ríen, no entienden nada. ¡Cómo le vas a decir pechofrío a Messi que tiene dos huevos así de grandes! Hay gente que tiene el coraje de decirle pechofrío a Messi detrás de una computador­a, y después ni tiene los huevos de pedirle a su mujer el control de la tele para cambiar de canal. ¡Y le dicen pechofrío a uno que marcó más de 1000 goles en su vida! ¡Vamos! Nadie como él se ha acostumbra­do a disfrutar del amordelage­nteytambié­nasoportar las críticas, muchas veces injustas. Él perdió dos finales de Copas América por penales, y yo soy campeón del mundo por penales… Mira, él es un pechofrío en la Argentina y yo soy un héroe junto con mis compañeros por haber ganado el Mundial del 2006… ¿Y cuál es la diferencia? 5 centímetro­s. No puede ser, no, me niego. Me gustaría que tengan en cuenta que muchas veces es él, el que se carga todo el equipo sobre su espalda.

Jugó con 16 argentinos a lo largo de su carrera en Roma. Leandro Cufré. Walter Samuel, Gabriel Batistuta, Nico Burdisso, Guillermo Burdisso, Heinze, Gago, Lamela, Nicolás Spolli, Iturbe, Leandro Paredes, Diego Perotti, Ezequiel Ponce, Federico Fazio, Jonathan Silva y Javier Pastore. Suponía que eran muchos. “Podría contar cosas positivas de cada uno. Pero uno que me partió la cabeza fue Bati. Cuando yo entré en el vestuario de Roma era un pibe, y él ya era Batistuta. Y conocí esa luz que se llevaba cuando iba caminando por el vestuario. Era distinto. Aunque a veces sin hablar, era un futbolista y un hombre distinto. Después, me empecé a cambiar a su lado y era fascinante. Él llegó y empezó a convertir y a convertir goles y nos llevó al scudetto después de 20 años. Yo me entrenaba con él y quería abrazarlo, besarlo, pero no me podía comportar como un hincha”.

De Rossi jugó con el pasado de la selección, Batistuta, Heinze, Gago, y con el presente, Leandro Paredes. “El tema de la selección argentina es medio raro… por su calidad, no es segunda de nadie, tiene más calidad que todos, pero ha tenido distraccio­nes, problemas de funcionami­ento o simplement­e mala fortuna, y eso le ha impedido ganar títulos. Creo que Leo [por Leandro Paredes] puede ganarse un lugar fijo en el medio por muchos años más. Porque tiene jerarquía y muchísima personalid­ad. Tendrá que mejorar algunas cosas, como todos los futbolista­s de 25 años. Ya tiene un nivel más alto del que yo tuve en toda mi vida; yo nunca jugué cada año intentando ganar la Champions o ganarme un puesto en una selección como la argentina. Yo soy feliz por él, porque lo conocí cuando era muy joven, era muy tímido; llegó lesionado y traté de ayudarlo. Y no porque viniese de Boca, no. Iturbe y Lamela llegaron de

River y yo hice lo mismo, a mí me importa una mierda de donde vienen, sólo me importa que se porten bien y sean respetuoso­s. Y ellos lo fueron”. –¿Te hubiese gustado ser dirigido por algún DT argentino? ¿Menotti, Simeone, Bielsa? ¿O Bianchi?

–Mira, Bianchi significó muchísimo en Boca…, y lo relaciono con lo que hablábamos antes sobre Messi. Bianchi en Boca es un dios y en Roma es medio boludo, la gente lo considera medio boludo y eso es increíble… Es un entrenador que ganó todo, ganó todo en Sudamérica, ganó todo en el mundo, ganó tres veces la Interconti­nental, fue campeón del mundo con Vélez y dos veces con Boca, ¿entonces de qué estamos hablando? Bianchi puede tener la misma jerarquía que un Lippi o un Capello, hablamos de un fenómeno absoluto… Pero no me acuerdo mucho de su fútbol en Boca, era muy joven. Ahora, mirando los técnicos de la actualidad, y siendo muy, muy distintos entre ellos, los dos mejores entrenador­es que tiene la Argentina son Simeone y Gallardo. Tienen una mentalidad distinta, son opuestos, pero ambos son fenómenos. Simeone ya demostró en Europa que es un gran técnico y Gallardo tiene todo por delante aún, pero su manera de ser y de entrenar me parecen muy europeas.

Después, también destaco a Pochettino y, para mí, el más encantador, es Bielsa. Me interesa porque todos los jugadores que lo tuvieron hablan bien de él, y porque sus equipos jueganpara­atacar,paradisfru­tar.Me gustaría ir a Leeds a ver sus entrenamie­ntos y hablar un poquito con él. Me encantaría aprender de él. –¿Cuál es el primer recuerdo que tenés de Maradona?

–Mis primeros recuerdos están ligados a esas imágenes del Napoli, y yo nunca fui hincha del Napoli, soy hincha de la Roma desde muy pequeño, pero yo pienso que el corazón de cada aficionado del fútbol no puede no amar a un jugador como él. Esas imágenes del Napoli son mis primeros recuerdos, y lo maravillad­o que quedaba mi padre mirándolo. Y después, el Mundial, el Mundial del 90, que veo que cada día Diego lo está recordando en su cuenta de Instagram. Ese Mundial fue especial, acá en las calles se respiraba la fiesta, teníamos un buen equipo, me acuerdo como los napolitano­s lo bancaron durante todo el partido pese a que Diego estaba jugando contra Italia, me acuerdo cómo lo silbaron en la final en Roma… Aquella fue una película, y un chico de 7 años, los que yo tenía, no se lo olvida nunca más. –¿Fuiste a la cancha en Italia ‘90?

–No, no era fácil conseguir tickets. Pero lo viví en las calles, en las casas de mis amigos… Y esa final, lo siento, sé que no les gustará en la Argentina, pero yo hinché por Alemania porque estaba Rudi Voeller, que era jugador de Roma en ese momento, y yo estaba totalmente enamorado de Voeller, era nuestro símbolo, era el N° 9… Enloquecía por él, entonces fui muy feliz con ese título de Alemania. –A él le hacen el penal que en la Argentina todavía se discute...

–No me acordaba que había sido sobre Voeller..., pero sí que había sido polémico, y que Diego acusó a la FIFA por aquello. Yo era un niño, no me daba cuenta de esas cosas. El penal lo pateó Bremhe, que jugaba en Inter. Y esa canción inolvidabl­e de Gianna Nannini, que, mirá vos, nosotros la poníamos todos los días en el micro en Alemania 2006. Después de 16 años, nosotros la transforma­mos en nuestro himno. Y ganamos la Copa del Mundo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina