Bolsonaro se mantiene desafiante y vuelve a defender la cloroquina
Luego de conocerse su contagio, el presidente hizo apología del medicamento, sobre cuya eficacia no hay aval científico
RÍO DE JANEIRO.– Más Jair Bolsonaro que nunca. Lejos de la moderación, un día después de haber recibido el positivo de Covid-19, el presidente brasileño amplificó la propaganda de la hidroxicloroquina, el remedio indicado contra la malaria que comenzó a tomar como tratamiento pese a la falta de comprobación científica.
“A los que hinchan contra la hidroxicloroquina, pero no presentan alternativas, lamento informar que estoy muy bien”, dijo Bolsonaro, en un mensaje compartido en Twitter.
El presidente publicó una foto sin máscara y sonriente. Dijo sentirse muy bien e insistió en la apología del medicamento que no cuenta con avales sobre su eficacia: “Estoy muy bien con su uso, viviré todavía mucho tiempo”.
La prédica de Bolsonaro por la droga, utilizada habitualmente contra la malaria, ya se había reforzado la tarde del martes, cuando había subido un video en el que se lo veía tomar una píldora. “Yo creo en la hidroxicloroquina. ¿Y usted?”, había dicho un presidente sonriente, devenido casi en actor de un comercial publicitario.
Pese al revés de la ciencia, con varios estudios que mostraron la ineficacia de la droga, Bolsonaro no se mueve de su postura. El derechista se ha colocado en la vereda opuesta de sociedades de médicos que alertan que la promoción indiscriminada de la droga, ineficaz para el Covid-19, puede no solo no curar, sino causar mayores problemas, como arritmias, a quienes la tomen.
El 21 de marzo, antes de que se completara el primer mes de la pandemia en Brasil, el derechista había orientado al ejército a que ampliara la fabricación de la droga. Actuó, como muchas veces desde que asumió la presidencia, siguiendo a Donald Trump, quien en una conferencia de prensa dos días antes le había pedido a la agencia federal para drogas y alimentos aprobar medicamentos con la droga para enfermos de coronavirus.
Hasta el 24 de junio, el Laboratorio Químico y Farmacéutico del Ejército produjo 2,25 millones de comprimidos de la droga. Antes de la pandemia, el ejército producía 250.000 comprimidos cada dos años, destinados al combate de la malaria. Es decir, por orden de Bolsonaro, en pocas semanas Brasil produjo un stock equivalente al que demanda en 18 años.
El Tribunal de Cuentas de la Unión pidió el 18 de junio que se investigara una posible sobrefacturación en la compra de insumos para producir la droga. “Incluso en Estados Unidos, donde Trump era arduo defensor de la cloroquina, el medicamento fue discontinuado para ese fin (cloroquina)”, dijo el TCU en la presentación, en la que también criticó la ineficiencia administrativa.
Para Bolsonaro, construir el relato de la cloroquina como “amuleto mágico” –cree Mauricio Santoro, profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro– ha sido un intento de imponer su agenda y principal preocupación: relajar más rápidamente las medidas de cuarentena y reactivar la economía.
“Por ignorancia científica o desesperación, el presidente ha conseguido mantener adhesión de una porción considerable de los electores, a quienes presenta la cloroquina como alternativa”, dijo Santoro a la nacion. “Para quien tiene fe en el presidente, la cloroquina funciona como una protección especial”, explicó.
Brasil, el segundo de los países más afectados por el coronavirus en números absolutos, registró ayer 44.571 nuevos contagios y alcanzó un total de 1.713.160 infectados. Además, llegó a los 67.964 fallecidos por la enfermedad, según el balance del Ministerio de Salud.
En las horas posteriores a la confirmación, el derechista insistió en la defensa de cómo su gobierno ha enfrentado la pandemia, ampliamente criticado por haberse alejado de las recomendaciones científicas y haber cambiado dos veces la conducción del Ministerio de Salud, ahora en manos de un general sin experiencia sanitaria.
“Ningún país del mundo hizo como Brasil. Preservamos vidas y trabajos sin propagar pánico, que también lleva a depresión y muertes. Siempre dije que el combate del virus no podría tener un efecto colateral peor que el del propio virus”, dijo Bolsonaro.
Las imprudencias del presidente anteayer, cuando presentó a periodistas el resultado de su test, llegarán a la Justicia (ver aparte).