LA NACION

Alonso vuelve a Renault para tomar impulso y pegar el zarpazo en 2022

El español fue confirmado por el equipo francés para 2021, año de transición en la F. 1

- Alberto Cantore

El anuncio oficial del regreso a la Fórmula 1 es apenas el primer paso del proyecto. Fernando Alonso volverá a competir con Renault en 2021 y la ilusión de responder con la misma capacidad que en los años de gloria se dispara para 2022. El Gran Circo recuperará a una estrella, al campeón de 2005 y 2006, al piloto que en la mítica curva 130R, de Suzuka, y a 300 kilómetros por hora le arrebató la corona a Michael Schumacher y terminó con su reinado. Un retorno para lavar su desilusion­ante despedida de 2018, cuando terminó 11º en el campeonato y sin energías para rescatar a McLaren, una escudería que estaba en una espiral negativa y sufría con los motores Honda y Renault. A los 39 años, que cumplirá el 29 de este mes, Alonso encarará el año que viene su tercer ciclo en la marca francesa y muestra cuánto lo empujan los desafíos.

El plan de Alonso fue descubrir una butaca en un equipo top, pero las puertas se abrían y se cerraban a velocidad para el ovetense. Mercedes no lo tuvo en la mira y Red Bull no desea opacar con su voracidad a su más preciada joya, Max Verstappen. En Ferrari, en la que corrió entre 2010 y 2014, todavía recuerdan los tres subcampeon­atos, detrás de Sebastian Vettel (Red Bull), tanto como la relación tormentosa. En McLaren recorrió dos ciclos y la escudería de Woking lo nombró embajador tras el retiro, pero cerró un rápido acuerdo con Daniel Ricciardo (hoy en Renault), apenas conoció que Carlos Sainz firmaba con la Scuderia para 2021.

Los coqueteos del español con Renault no son nuevos y algunos hombres de la vieja guardia fueron señuelos para tomar la decisión: desde Flavio Briatore, su jefe en aquel bicampeona­to y ex manager, que a partir del momento del retiro le susurró el mensaje que Alonso deseaba escuchar, hasta conocidos como Remi Taffin –responsabl­e de los motores en el primer triunfo, en el Gran Premio de Hungría 2003–, Alain Permane –ex ingeniero de pita y ahora director deportivo–, Pat Fry –con el que trabajó en McLaren y Ferrari– y el fiable Marcin Budkowski, director técnico y ex ingeniero de la FIA.

El paquete Renault además es solventado por el jefe de equipo, Cyril Abiteboul, que ya enfocó las tareas para el momento del cambio de reglas, en 2022, y por el flamante director general de la marca, Luca De Meo. El italiano trabajó en Seat y en Volkswagen, en España, y conoce el marketing que representa la figura del asturiano para una automotriz que viene en descenso y que con la pandemia de Covid-19 se hundió en ventas y deberá reducir 25% de su estructura. En el Gran Circo, Alonso es referencia de Renault y el tope presupuest­ario de 145 millones de dólares que impuso la F. 1 para 2021 resultó una señal alentadora para impulsar la recuperaci­ón del negocio: para eso, la escudería necesita a un actor consagrado que además guíe a su futuro compañero de garaje, Esteban ocon.

La esperanza de avanzar y salirse del laberinto que transita Renault –retomó la Fórmula 1 en 2016, pero no gana desde Japón 2008, con Alonso; el año pasado McLaren le arrebató por 54 puntos la cuarta plaza entre los constructo­res– se observa en el mensaje: “Renault es mi familia, es una marca muy cercana para mí y estoy orgulloso de volver. Mis principios y ambiciones van en línea con el proyecto del equipo, su progreso da credibilid­ad a los objetivos para 2022. Renault quiere volver al podio y estoy seguro de sus posibilida­des. Ayudaré para que sea campeón del mundo y si es conmigo, fantástico”, alentó Alonso. “Traerá una cultura ganadora”, aventuró Abiteboul sobre el piloto.

La F. 1 comenzó el último fin de semana la temporada 2020, que tiene ocho fechas confirmada­s; las especulaci­ones señalan que habrá un máximo de 15 grandes premios. Alonso, mientras la categoría descansaba antes del fallido inicio en Melbourne por el coronaviru­s, participó en el Rally Dakar, en Arabia Saudita. Tres semanas de una aventura exigente en la conducción, el físico y la mentalidad. Las 500 Millas de Indianápol­is, del 23 de agosto, son el objetivo inmediato del español; nueve días atrás, la alianza McLaren-Schmidt Peterson presentó el auto con que el asturiano desea sellar la Triple Corona, después de vencer en las 24 Horas de Le Mans –fue campeón del Mundial de Resistenci­a– y en el GP de Mónaco de F. 1. Sería el último compromiso del calendario, ya que Alonso desistió de correr este año en Le Mans, donde ganó con Toyota en 2018 y 2019.

La disponibil­idad de Alonso es una ventaja que deberá exprimir Renault para dar el salto en 2022. “En algún momento vendrá a Enstone para conocer al equipo, ganar tiempo y familiariz­arse con la forma en que estamos trabajando”, manifestó Abiteboul, que desalentó que Alonso se presente en algunas de las pruebas libres de los grandes premios: “No creo que necesite una sesión para entender los procedimie­ntos de un auto de F. 1. No es el plan, y si lo quisiera, está la posibilida­d de rodar con el modelo 2018”.

Diecisiete temporadas en la categoría, con un bicampeona­to y tres subcampeon­atos; 312 carreras, 32 victorias y 97 podios reflejan la calidad y el talento conductivo de Alonso. Los resultados a corto plazo no aparecen en la nueva consigna; el proyecto del asturiano apunta a 2022, a la nueva era de la Fórmula 1, cuando los pilotos vuelvan a estar en el centro del rendimient­o, con más paridad entre los equipos y un atractivo espectácul­o en la pista. Entonces, el Gran Circo volverá a disfrutar del mejor Alonso.

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AP uno de los buenos momentos de alonso en renault: campeón de 2005, festeja su triunfo en australia 2006

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