Cómo prepararse para la entrega de alimentos
Un grupo de expertos analizó las nuevas disposiciones.
CORDOBA.- Un comercio internacional administrado; la profundización de las exigencias de trazabilidad e inocuidad de los alimentos y nuevos y más altos estándares de exigencia son los puntos destacados que los analistas proyectan en el intercambio mundial posterior a la pandemia del Covid-19. “Habrá más presión sobre la trazabilidad que se convertirá en un valor comercial y económico; habrá países y empresas confiables y no confiables. Hay que prepararse para ese desafío”, describió Martín Piñeiro, director del Grupo de Países Productores del Sur (GPS).
En un encuentro organizado por el GPS, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y con el apoyo de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, se abordaron distintos aspectos que hacen al comercio mundial de alimentos “seguros” frente a un escenario de “profundización de barreras no arancelarias”.
Los participantes coincidieron en que hay una “aceleración” de la agenda de temas que ya estaban instalados y que se debe trabajar de manera “integrada” y “cooperativa” para no caer en “sobre regulaciones”. Manuel Otero, director general del IICA, planteó que de esta crisis emergerá “una agricultura con más peso relativo en su dimensión social y ambiental” y advirtió que Latinoamérica –con un market share del 14% en las exportaciones mundiales de alimentos- debe mantener un rol “más proactivo e impedir que las exigencias de los mercados se conviertan en barreras pararancelarias, en requisitos no basados en la ciencia y la técnica”.
Juan Usandivaras, presidente de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, repasó la caída de las exportaciones argentinas en los últimos diez años: en 2008 los alimentos no forrajeros enviados por el país al mundo pasaron de representar 2,8% a 2,3%, mientras que en el global de las exportaciones locales, equivalen al 43%.
“Hay cambios que se dieron durante esta pandemia –como la mayor incidencia de las tecnologías digitales y el comercio electrónico- que llegaron para quedarse. Hay más preocupación por la inocuidad y la calidad de los agroalimentos, lo que obliga a fortalecer nuestra respuesta. También hay nuevas demandas; por ejemplo, la producción ambientalmente responsable hay que demostrarla. La Argentina está preparada; su sector agroalimentario es uno de los más competitivos del mundo, se adapta rápidamente a los cambios de los mercados y creemos que será clave en el despegue pos pandemia”.
Desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad por sus siglas en inglés), la economista Denise Penello Rial describió que la pandemia provocó disrupciones en las cadenas productivas y de insumos; que hubo un aumento de costos de logísticos por los cierres de fronteras y discontinuación de vuelos. De todos modos, enfatizó, las empresas se flexibilizaron “rápido” y el impacto en el comercio agroalimentario tuvo “consecuencias limitadas, sin una fuerte
volatilidad de precios”. Advirtió sí que es más difícil revertir la pérdida de empleos y la baja de ingresos que en el mediano plazo tendrán efecto sobre la demanda.
Reacciones comerciales
Respecto de las medidas arancelarias instrumentadas por distintos países, apuntó que la mayoría fueron “urgentes y temporales” como por ejemplo Rumania, que por una semana prohibió el ingreso de cereales. “También se fijaron cuotas de mercado y nuevas licencias, pero todas son temporarias sino no serían aceptadas. Penello Rial proyectó que países con “cero riesgo” pueden requerir certificaciones
y nuevos estándares de seguridad y planteó que si no son discutidos internacionalmente en el marco del Codex, por ejemplo, representan un riesgo potencial de dificultad de acceso a mercados para países en desarrollo.
Indicó que el sector privado tiene un rol clave. “Cuanto más pequeños los países y las empresas exportadoras es más difícil poder adaptarse a las exigencias –continuó-. Las medidas en países desarrollados pueden ser un elemento distorsionador para el comercio internacional. Por caso, si la Unión Europea autoriza el stock de alimentos se podrían alterar los precios globales, al igual que los subsidios o el priorizar cadenas locales”.
En esa línea la economista dijo que se debe avanzar en “políticas de nivelación del campo de juego”: establecer para todos las mismas exigencias.
Jorge de Saja, director de las cámaras españolas de la Industria de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac) y de los Mostradores y Refinadores de Oleaginosas (Afoex) aportó una mirada más optimista. Según su criterio, el consumidor no percibió esta pandemia como un problema de seguridad alimentaria, sí de crisis sanitaria y de un desajuste a nivel general. “Desde el inicio se vio que la cadena de alimentos no era un vector de transmisión a la altura de otros; esto no significa que no habrá cambios en los modos de la demanda pero todavíase está gestionando la crisis, no hay una visión tan clara de cómo se modificarán los modos de hacer las cosas”.
Aquellos países que llevan seis meses “adelantados” al resto, como China, están instrumentando exigencias a los productos que importan. “El grado de cumplimiento que puedan dar esos productores nos dará una pista de cuánto se podrá exigir a los suministradores. Por ahora es una fase muy inicial”, resumió Saja, quien sí admitió que el consumidor final tiene una hipersensibilidad a determinado s orígenes mundiales, como el sudeste asiático y más a los productos ganaderos que a otros. Frente a ese contexto, entiende que se puede acentuar el localismo (cadenas cortas, productos de última línea) pero “sin provocar un cambio sustancial” ya que la capacidad de generar nueva normativa en la Unión Europea “requiere un esfuerzo superior al beneficio que daría”. Sí espera una aplicación más intensa de normativas ya existentes.
Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y del Centro Exportador de Cereales (CEC), también dio cuenta de la suba de costos de logística por las mayores limitaciones y subrayó la preocupación por los “nuevos requisitos” que aparecieron, en especial en China donde las empresas exigen “embarques Covid free” que son “injustificados desde lo sanitario”. Ratificó que son pedidos de los privados y no de los gobiernos.