Parque de diversiones. La desesperación de un sector sin horizonte de rebote
Las empresas del rubro enfrentan la peor crisis de la historia y no ven por ahora ninguna perspectiva de recuperación en una nueva normalidad en la que el distanciamiento social será la regla
La desesperación no es por no poder volver a abrir, sino por no tener un horizonte. Por el coronavirus, los referentes del sector de los parques de atracciones y de los centros de entretenimiento están en la peor crisis de su historia y no ven la luz al final del túnel. En ninguna de las provincias en las que operan pueden abrir hace más de 100 días. Las perspectivas para el futuro cercano son oscuras para una industria que emplea a miles de personas. Basta con ver lo que sucedió en países en los que se volvió a la actividad: se alcanzó solamente un 20% de la facturación previa.
Los parques de diversiones y los centros de entretenimiento son parte de los sectores en los que el rebote no va llegar apenas se pase de fase. Entre ellos también se contabilizan los cines y los teatros, por ejemplo. En esos espacios, donde el distanciamiento social es más difícil y que dependen de una afluencia masiva de personas para mantener sus estructuras, la recuperación se ve más opaca que para el resto de las actividades.
“En muchas provincias, la situación es casi de vuelta a la normalidad, pero nosotros estamos muy lejos de abrir”, aclara Daniel Catzman, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Parques y Atracciones (AAPA). En lugares como Corrientes, donde ya hay mucho avance con respecto a la apertura, uno de los asociados logró reabrir su establecimiento por apenas 10 horas, tras las que lo volvieron a clausurar.
Los tickets no se venden, pero los costos siguen corriendo. Hay centros endeudados por maquinaria que importaron. Hay otros que no pueden posponer gastos de mantenimiento para no perder los equipos que ya tienen. Hay parques, como Temaikén y Mundo Marino, que tienen animales que necesitan atención veterinaria y comida.
Si bien la mayoría de los asociados recibió ayuda estatal para pagar salarios y la gran mayoría de las empresas pudo arreglar un esquema de suspensiones, es un sector de mano de obra intensiva que emplea a más de 15.000 personas, según estimaciones de la AAPA. En diálogo con la nacion, representantes del sector dijeron estar una encrucijada. Mientras sigan cerrados, seguirán recibiendo los beneficios, pero temen por el peor escenario: estar abiertos, con facturaciones mínimas y teniendo que afrontar todos los gastos al 100%.
Citan lo que sucedió en países como Australia, Nueva Zelanda y Holanda, donde los parques que volvieron a abrir, con protocolos de desinfección y medidas de distanciamiento, llegaron a facturar apenas el 20% de lo que facturaban anteriormente.
Cambio de hábitos
“Si volvemos a abrir, no sabemos si la gente va a volver a concurrir.
En los países en los que volvió la actividad se alcanzó solo el 20% de la facturación
La situación económica es mala y va a haber miedo”, advierte Catzman. Mientras tanto, el sector preparó un protocolo basado en tres pilares, explicó Diego Kuss, gerente regional de pperaciones de los centros de entretenimiento Playland: medidas estrictas de higiene, distanciamiento social y el uso de barreras físicas. “De aquí en adelante, para abrir vamos a incurrir en gastos, pero entendemos que es la mejor manera”, dice el ejecutivo de la firma, que emplea a 350 personas.
En el “mientras tanto”, el escenario es complejo. La regla para todos es “cero ingresos”: es una actividad muy difícil de llevar al mundo digital, ya que depende de la interacción física con las actividades de entretenimiento que propone. Es, además, una actividad que generalmente se hace en compañía de otros, como familiares o amigos. Algunos centros y parques activaron mecanismos de “compra futura”, es decir, vouchers de tickets para cuando puedan reabrir, pero como la fecha es incierta, no tuvieron demasiado éxito.
Los asociados recurrieron a todo tipo de estrategias para subsistir. Por ejemplo, Le Park, un centro de entretenimiento con siete locales en calles peatonales y comerciales, comenzó a vender por Mercado Libre los peluches y juguetes que daba a cambio de puntos en sus locales, pensando en lograr, de alguna manera, que los ingresos no sean cero. Aun así, la firma que emplea a 75 personas tuvo que cerrar uno de sus establecimientos, en Lanús.
“Para nosotros, los ingresos son cero, así que a partir de ese punto cualquier gasto es representativo. Los egresos más grandes que tenemos son el personal, donde la prioridad es mantener las fuentes de trabajo, los alquileres y los costos de mantenimiento, porque la seguridad será prioridad número uno a la hora de volver a abrir”, explica Sebastián Reynoso, su director comercial.
Los operadores del sector calculan que entre agosto y septiembre comenzarán a abrir, aunque no saben con certeza. Los parques y los centros ya perdieron una de sus principales fuentes de ingresos: las vacaciones de invierno, que representan entre el 15% y el 20% de la venta anual, señala Pol Mochkovsky, socio de Sacoa. Asegura que ya no sabe qué decirles a sus 83 empleados que trabajan desde hace al menos 10 años en la compañía. “Para ellos es muy angustiante porque tampoco ven la luz al final del túnel y los informes que nos llegan de otros lados del mundo no son alentadores”, cierra.
Orlando de regreso
La crisis que enfrentan los parques de diversiones no distingue de fronteras y aún los jugadores más exitosos a nivel mundial enfrentan una tormenta perfecta. En Florida, Estados Unidos, Universal Orlando se convirtió hace unas semanas en el primero de los grandes parques del estado en reabrir, permitiendo el regreso de aquellos con pases anuales.
La nueva normalidad incluye medidas como la toma de temperatura a todos los visitantes, el uso de barbijos, distanciamiento social y reservas previas. Además, al menos por ahora no habrá despliegues de fuegos artificiales, desfiles ni sesiones de encuentros con personajes para evitar conglomeraciones de público.
Para fin de mes además está prevista la vuelta de la NBA a Orlando. Serán 22 equipos los que acudan al ESPN World Wide of Sports, propiedad de la compañía de Mickey y situado dentro de Walt Disney World en Orlando, para disputar ocho partidos más de la liga regular y, posteriormente, los playoffs con las series habituales a siete partidos.