Kicillof no accede al pedido de los intendentes opositores, pero deja una puerta abierta
Mantiene la decisión de no permitir todavía la apertura de las clases, pero no cierra el diálogo ante reclamos en el conurbano
LA PLATA.– El gobierno de la provincia de Buenos Aires no se moverá de la prohibición de dictar clases presenciales, dispuesta desde el inicio de la pandemia por el coronavirus, en marzo último.
El gobernador Axel Kicillof no hará lugar a los pedidos que reiteran los intendentes opositores del Gran Buenos Aires para regularizar la escolaridad de pequeños grupos de escolares en espacios abiertos.
“La respuesta es el decreto de necesidad y urgencia del gobierno nacional de Alberto Fernández y los decretos del gobernador que prohíben explícitamente las clases”, se informó ayer en la Casa de Gobierno de la provincia, ante una consulta de la nacion.
Horas más tarde, voceros del gobierno bonaerense dejaron trascender: “En la provincia de Buenos Aires siempre estamos abiertos a recibir las propuestas de los intendentes, porque entendemos que responden a las inquietudes y particularidades de los distritos. Pero en este caso, todavía no recibimos ninguna propuesta”.
Afirmaron, además: “Hoy lo que prima es la situación epidemiológica. Mientras seguimos trabajando con todos los protocolos y lo que necesitamos preparar para que la vuelta a la presencialidad sea en el marco del cuidado de la salud de todos y todas”.
Los jefes comunales de Tres de
Febrero, Diego Valenzuela; de San Miguel, Jaime Méndez, y de La Plata, Julio Garro, elevaron ayer distintas propuestas para que los alumnos más vulnerables regresen a clases en la provincia, en el último tramo de un año atípico para 3,5 millones de alumnos.
La nueva pulseada entre intendentes opositores y el gobierno provincial levanta temperatura, mientras Kicillof intenta descomprimir la tensión que generó el traspaso de recursos coparticipables desde la ciudad de Buenos Aires a la provincia, hace quince días.
Fondos a municipios
Kicillof citó ayer a 42 intendentes para anunciar el traspaso de recursos destinados al Fondo de Infraestructura Municipal (FIM), que busca responder a los pedidos para que se repartan los nuevos recursos coparticipables que anunció el presidente Alberto Fernández.
Los fondos coparticipables representan $10.000 millones para el resto de este año. Y $50.000 millones para el año que viene. Pero no forman parte del esquema formal de coparticipación, según el gobierno bonaerense.
Estuvieron presentes en el encuentro con el gobernador algunos de los jefes comunales que se muestran más opositores y pujan tanto por el reparto de esos fondos como por el regreso a clases, como Valenzuela y Garro.
Los intendentes de Juntos por el Cambio respaldan al jefe de Gobierno
de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, en la pulseada con el gobierno nacional por el regreso a clases de unos 6500 alumnos que perdieron regularidad en sus estudios desde el inicio de la pandemia.
Chicos sin conexión
El intendente de La Plata, Julio Garro, propuso llevar a alumnos con clases suspendidas por falta de acceso a Internet a estudiar a la República de los Niños. En el centro recreativo se había dispuesto un hospital de campaña en abril último, pero finalmente no se ocupó.
Garro pedirá a la Dirección General de Cultura y Educación conocer el número total de alumnos que quedaron fuera de la regularidad educativa en el distrito por falta de conexión a Internet. Propondrá, así, trasladar a los alumnos a la República de los Niños.
El jefe comunal Garro busca reinsertar a alumnos de establecimientos públicos y privados que no hayan continuado con su escolaridad a lo largo del año. “No son clases presenciales. Lo que proponemos es darle Internet a los chicos que no pudieron conectarse”, precisó el intendente platense a la nacion. Su pedido no prosperará, al menos por el momento.
La provincia de Buenos Aires tiene el sistema educativo más grande del país: casi dos millones de alumnos de los distintos niveles de enseñanza están a la expectativa de la regularidad de sus estudios.