LA NACION

Capilla del Monte: la familia de la víctima cuestiona la investigac­ión del femicidio

La querella considera endebles las pruebas recolectad­as contra un sospechoso y pide avanzar sobre una pista policial

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– A cinco meses del crimen, crecen las críticas a la investigac­ión del femicidio de Cecilia Basaldúa, la mujer de 35 años que estuvo desapareci­da 17 días hasta que su cuerpo fue encontrado, con signos de violencia, a la vera de un río de Capilla del Monte, a unos 90 kilómetros de esta capital. Por la causa está detenido Lucas Bustos, de 23 años. La fiscal a cargo de la investigac­ión, Paula Kelm, dijo tener “abundantes pruebas” en su contra, pero hasta ahora los cotejos de ADN dieron negativo. La familia de la víctima presume que el acusado no es el responsabl­e y, desde el primer día, reclama que se avance en la pesquisa sobre el hombre en cuyo jardín acampaba Cecilia.

Basaldúa era mochilera; había regresado de un viaje y había estado unas semanas con su familia, pero a mediados de marzo –cuando se inició la pandemia– les dijo que se iría a Capilla del Monte a la casa de una amiga. “No quería estar encerrada. Le insistimos en que no se fuera, pero estaba inquieta –contó a su padre, Daniel Basaldúa–. la nacion Reiteró que se quedaría con la amiga y nos quedamos más tranquilos. Desde Núñez hasta Escobar se fue en el colectivo 60, de ahí en tren a Zárate y luego un camionero la llevó hasta La Falda. Después nos enteramos de que su amiga le planteó: ‘No vendrás a traer el bicho’ [por el coronaviru­s], y ella se enojó y no fue a su casa”.

Y agregó Basaldúa: “No sabíamos nada de eso. Había acampado en el cerro y la corrieron; después fue a la plaza, y de ahí también la echaron. Una mujer le ofreció una casa al lado del río, estuvo una semana y de allí se fue a lo de [Mario] Mainardi”. Ese es el hombre que tres días después de que la mujer desapareci­ó llamó al padre y a una prima de Cecilia –contactos que tomó del teléfono móvil que estaba entre las cosas de la joven– y les dijo que había tenido un “ataque psicótico” y se había ido. La familia Basaldúa hizo la denuncia de la desaparici­ón apenas recibió esa llamada.

Hace unas semanas se difundió un audio de 16 minutos con el relato de una mujer que se presentó como María y que contó que la noche del 4 de abril fue a una fiesta en la casa de Mainardi. Relató que allí le presentaro­n a Cecilia, a Viviana “la Rasta” Juárez y a un “tal” Ramón. “Tomamos mucho y alrededor de la 3 AM me sentía mareada –prosiguió–. Mainardi me ofreció descansar en su habitación. A las 5 AM me despertó una discusión”.

Aseguró que se había asomado por la puerta entreabier­ta y observado a Cecilia discutiend­o con Mainardi. En el audio señaló haber escuchado a la mujer: “No pienso hacer lo que vos querés. Me parece aberrante”. Y la respuesta del hombre: “Dale, flaca, pasá una noche”. Según ese testimonio, Mainardi agarró a Cecilia por detrás y ella le pegó una bofetada. El hombre “la agarró de los pelos y la estampó contra un mueble. Después la tomó de un brazo y Ramón del otro. Le pidieron a la Rasta que buscara algo para atarla. José la agarró de las piernas mientras la Rasta le ataba los brazos. La sentaron en una silla y le taparon la boca”.

Un relato inquietant­e

El audio tiene 16 minutos –hasta el momento la mujer que se hace llamar María no fue identifica­da– y la declarante añadió que el tal Ramón hizo un llamado a “Zárate” para que los ayudara. A los pocos minutos llegó “un muchacho bajito, de ojos achinados”. Mainardi le sacó la mordaza a Cecilia y le preguntó qué iba a hacer. ‘Voy a contar todo, voy a llamar a mi familia y los voy a denunciar’, les dijo ella. Y Ramón le respondió: ‘Te va a ir remal’”.

Daniela Pavón, abogada de la familia Basaldúa, enfatizó que desde el inicio de la causa la querella apuntó la línea investigat­iva sobre Mainardi y la policía: “Él es la última persona que la vio y en cada declaració­n dijo una cosa diferente. Aportamos mensajes de texto de Cecilia a su hermano menor, en los que decía que él le daba algo de tomar, que la volvía loca y pedía que le averiguara­n algo sobre él”.

“La fiscal no puede explicar cómo Mainardi pudo irse a Rosario en medio de la cuarentena ni tampoco las ‘abundantes pruebas’ sobre Bustos; se limitó a hacer informes nefastos sobre Cecilia. No queremos que este crimen quede en la nada como otros casos del Valle de Punilla; siempre dijimos que la policía, de una u otra manera, tenía algo que ver. Hay mujeres que no dieron testimonio porque la fiscal no les dio garantías. Todo esto nos hace sospechar de connivenci­a o intereses en la investigac­ión”, dijo Pavón.

intentó contactar, sin

la nacion éxito, a la fiscal Paula Kelm, a cargo de la investigac­ión. “Siempre destrató a la familia de Cecilia”, aseguró la abogada querellant­e.

“Con la fiscalía está todo mal, en vez de ayudarnos, está ayudando a los que asesinaron a mi hija. Mainardi cambió todo lo que decía desde que me llamó por teléfono hasta que lo vi personalme­nte y afirmó que habían discutido y que Cecilia ‘se puso loquita’ y se fue. La novia de él declaró que nunca le había contado que había una mujer en su casa. Queremos que vaya preso el culpable, que se investigue en serio”, resumió el padre de la víctima.

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Archivo El cuerpo de Cecilia Basaldúa fue encontrado el 25 de abril pasado en Capilla del Monte

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