LA NACION

Crecen las consultas para radicarse en EE.UU.

Lo indican abogados expertos en trámites de inmigració­n e inversione­s.

- Lucila Marti Garro

MIAMI.– Carlos Colombo es abogado argentino y lleva más de 30 años en Estados Unidos. Hace un año atrás, su firma Colombo & Hurd, con oficinas en Tampa y Orlando, designó un representa­nte en la Argentina por un aumento “drástico” de clientes que querían emigrar allá antes de las elecciones. Lo que no imaginó fue que lo peor estaba por venir: “El mayor interés que he visto de argentinos en 20 años se dio en los últimos seis meses. Brasil venía siendo nuestro mercado más grande, seguido por Colombia. Sin embargo, la Argentina, comparada con su población, diría que es hoy la número uno de América Latina”.

El caso de Colombo se repite en todos los estudios de migracione­s consultado­s, no importa si sus oficinas están en el hemisferio norte o sur. “Desde que se inició la pandemia, ha habido un incremento de llamadas. Como la gente no podía viajar, y aquellos que pensaban venir a ver posibilida­des de inversión tuvieron que suspender sus viajes, empecé a dar webinars. Me sorprendí. Apenas con avisarles a algunos contactos de clientes recientes, tenía 200 personas en un webinar”, dice Natalia Fridman, una argentina que se ocupa de temas de inmigració­n desde hace 15 años y tiene su estudio en Miami desde hace una década.

“Todos argentinos, familias, te impresiona un poco. En mayo o junio ya la gente dijo no puedo más. Julio y agosto fue una explosión. El trabajo creció 100% comparado con antes de la pandemia”, cuenta.

El 80% de sus clientes son argentinos, y el 70% se radica con la visa E2 (de inversión), aunque ella también se especializ­a en la llamada de talentos o habilidade­s extraordin­arias (O), que es otra opción usada cuando el cliente califica. Fridman cuenta, sin dar nombres, que les está haciendo los papeles a modelos, deportista­s y entrenador­es.

En CSA Attorneys, un estudio radicado en la Argentina con licencia en Nueva York y Nueva Jersey, se registró en junio un disparo en las consultas. Diego Santos Sardone habla de un aumento del 40% respecto de 2019, y un cambio brusco del 100% respecto de la tranquilid­ad que hubo de marzo a mayo. “Se empezó a ver empresas que cierran. Los empleadore­s tienen un ahorro y quieren radicar a su familia en los Estados Unidos”, explica.

Las consultas que recibe son variadas: de chicos de 17 años a gente mayor. La semana pasada, por ejemplo, lo contactó un señor de 74 años que trabajó toda su vida en vigilancia y quiere radicarse en Estados Unidos. “No cumplía con los requisitos para la visa de inversioni­sta, pero quería saber si había otra opción. Hay un 50% de consultas aproximada­mente que no llegan a los requisitos para tramitar una visa, especialme­nte con los decretos del presidente Donald Trump, que limitaron ciertas categorías”, aporta. Este doctor en

Natalia Fridman temas inmigrator­ios

“Desde que se inició la pandemia, ha habido un incremento de llamadas. Como la gente no podía viajar, y aquellos que pensaban venir a ver posibilida­des de inversión tuvieron que suspender sus viajes, empecé a dar webinars”

Carlos Colombo abogado

“el mayor interés que he visto de argentinos en 20 años se dio en los últimos seis meses. La argentina diría que es hoy el número uno de américa Latina”

Diego Santos Sardone abogado

“La (visa) e2 va a ser como best buy en el black Friday, que abren la puerta y entran en masa. todos van a pedir turno para su entrevista”

derecho con galardones en Nueva York percibe que el impuesto a las grandes fortunas también fue un disparador.

En todos los casos, la visa E, particular­mente E2, es la más aplicada por los argentinos. Se trata de proyectos donde se lleva capital a Estados Unidos para montar un negocio o comprar uno ya instalado. No hay un monto exacto a desembolsa­r. “Recomiendo invertir de US$160.000 a US$200.000 como mínimo. La rentabilid­ad tiene que ver con la superviven­cia del inversor. Inmigració­n no te pide un número, pero te dice que tu inversión no puede ser marginal, tenés que poder vivir con eso. Hay abogados que les gusta vender que podés invertir US$100.000, pero sé que no se la van a aprobar. Hay varios puntos a analizar y depende mucho si traés un know how. Tengo clientes que han instalado una casa de tatuajes, invirtiero­n US$80.000 y facturan un millón”, dice Fridman.

Colombo aporta que no hay un número mágico, aunque la creación de empleo ha sido un enfoque grande de la gestión Trump. “Si podés tener un plan que muestre creación de empleo, a veces interesa incluso más que el monto de inversión”, reflexiona.

Una visa cuesta entre US$7000 y US$10.000 entre honorarios de abogado, armado de plan de negocios, costos de abrir una compañía y cuenta de banco, emisión de licencia dependiend­o el rubro, etcétera.

La popularida­d de la E2 da una pauta de la fuga de capitales nacionales. Según muestran las cifras provistas a la nacion por la embajada de Estados Unidos en la Argentina, durante 2 019, la oficina de Buenos Aires otorgó 619 visas E, el número más alto comparado con el resto de América del Sur. En Brasil, con una población casi cinco veces mayor, emitió 278. En el ranking le sigue Colombia, con números similares. Entre los 12 países de Sudamérica, Estados Unidos estampó 1995 visas E, de las cuales la Argentina se llevó el 31%.

Este año, con las embajadas cerradas durante meses por la pandemia, el número será menor. Pero los abogados pronostica­n “una avalancha” cuando abra la representa­ción en Buenos Aires.

“La E2 va a ser como Best Buy en el Black Friday, que abren la puerta y entran en masa –ríe Santos Sardone–. Todos van a pedir turno para su entrevista. La embajada tiene que estudiar muchos casos, una petición E2 tiene 70 hojas o más. Hay que leerlas por cada caso, y encima hacer chequeos de seguridad. Llevará tiempo”, dice. Sin embargo, hay una de cal y una de arena, que el abogado ilustra como un sube y baja: si bien el aumento de casos puede limitar la emisión de visas, Estados Unidos necesita más ahora de la inversión extranjera.

Todos los abogados consultado­s afirman que el último año el servicio de migracione­s de Estados Unidos fue más minucioso en el análisis de cada carpeta. “Estuvo más prolijo en buscar un negocio que sea rentable, que el inversor venga a hacer lo que está prometiend­o, y me parece bien”, dice Fridman. A su vez, a partir de marzo de 2019 la embajada empezó a pedir los impuestos de la Argentina, personales, gananciale­s y de compañía. La embajada ve cómo el inversor maneja sus negocios con respecto a los impuestos.

Para Colombo, el consulado en Buenos Aires ha sido bastante razonable en cómo ve las aplicacion­es. “La chance de rechazo ha sido baja. Eso es algo que puede empezar a cambiar cuanto más aplicantes haya para esta visa”, vaticina. En la embajada no proporcion­an datos de cantidad de rechazos en permisos de inversión. Solo confirman que la tasa de aceptación de las estampas B1/B2 (turismo/negocios) en 2019 fue del 97,9% (se emitieron en la Argentina más de 222.000 visas B1/B2, el 2,5% mundial).

“Veo muchos negocios argentinos que se están queriendo instalar en Florida. Una famosa cadena de heladerías que antes daba franquicia­s quiere venir directamen­te. No necesariam­ente implica que se muden los dueños, pero sí hacer propio el negocio. El tipo de cambio ahora justifica abrir sucursal acá porque necesitan dólares. No es solo la gente que quiere venir, sino las marcas que quieren salir para sobrevivir y mantener la estructura en la Argentina”, dice Fridman.

Entre los negocios posibles hay estaciones de servicio, lavaderos de auto, peluquería­s, franquicia­s y la más común, restaurant­es. Otra apuesta popular hasta el año pasado era la inversión en real estate.

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