Fuera del fallo, De Vido espera en libertad que se revise su condena
Sentenciado por estafa hace casi dos años, aguarda a la Cámara de Casación
Julio De Vido, uno de los hombres más poderosos de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, era el jefe de Juan Pablo Schiavi, que desde ayer tiene condena firme por la tragedia de Once. Él también fue condenado –no por las muertes, sino por estafa–, pero está en libertad.
Su sentencia, dictada hace casi dos años, espera una revisión de la Cámara Federal de Casación antes de llegar a la Corte. Para poder decidir, la Casación debe realizar primero una audiencia, que viene demorada. Por la pandemia y por pedidos de las partes, se suspendió tres veces. Ahora está prevista para el 21 de octubre.
Pese a haber integrado el dispositivo original del kirchnerismo, sus años en la cárcel lo alejaron del núcleo que encabeza Cristina Kirchner. Hoy, De Vido acusa a sus viejos compañeros de haberlo traicionado, sigue reivindicando a Néstor Kirchner y ataca por Twitter a Alberto Fernández –con quien nunca se llevó bien cuando compartían gabinete–. Sus aliados públicos son antiguos compañeros de militancia alejados del poder, como Gabriel Mariotto y Guillermo Moreno.
De Vido fue desaforado y detenido, a mediados de octubre de 2017, por la causa Río Turbio, todavía en trámite. Estaba preso en su casa de Zárate cuando, en marzo de este año, recuperó la libertad. Desde entonces, intensificó su actividad política, pero la cuarentena lo obligó a moderar sus salidas.
En una de ellas, en un acto al que lo invitó Jorge Ferraresi, intendente de Avellaneda cercano a la vicepresidenta, dijo que no se sentía parte del Frente de Todos y que planeaba competir en las elecciones bonaerenses. No podrá hacerlo si antes se confirma su condena: su pena por Once incluye una inhabilitación para ejercer cargos públicos.
La pena que recibió en Once II (el segundo juicio vinculado a la tragedia) fue la primera contra De Vido. El 10 de octubre de 2018 fue condenado a cinco años y ocho meses de prisión por estafa.
Uno de los jueces que firmaron esa condena fue Pablo Bertuzzi, que poco después completó su trasladado a la estratégica Cámara Federal porteña. La semana pasada, un decreto de Fernández devolvió a Bertuzzi a su tribunal de origen. Se espera ahora una definición de la Corte.
La condena por la tragedia de Once dejó a De Vido en una situación mejor que la de sus exsecretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, que sí fueron considerados responsables del choque y sus consecuencias por la Casación.
Para el Tribunal Oral Federal Nº 4, De Vido, en cambio, no fue culpable de “estrago culposo”, delito que también le habían imputado la fiscalía y la Oficina Anticorrupción (OA), que pidieron penas de nueve y diez años contra él, respectivamente. El estrago culposo castiga a quien cause un “descarrilamiento, naufragio u otro accidente” por imprudencia, negligencia o inobservancia de los reglamentos u ordenanzas.
La condena de De Vido fue como “partícipe necesario” de una defraudación al Estado cuyos autores fueron empresarios del transporte a los que él, como ministro, debía controlar y no lo hizo.