LA NACION

Yasky propuso bajar la jornada laboral, pero en el Gobierno tomaron distancia

El diputado oficialist­a y jefe de la CTA impulsa una reducción de 48 a 40 horas semanales; dice que ayudará a crear empleo

- Nicolás Balinotti

Hugo Yasky es uno de los 12 diputados nacionales de origen sindical que habita la Cámara baja. A partir de ayer busca apoyo en el Frente de Todos para cristaliza­r un proyecto de ley propio, que impulsa la reducción de la jornada laboral legal de 48 a 40 horas semanales. Apuesta así a que se formalicen miles de empleos y surge como una reacción a que la desocupaci­ón trepó al 13,1 por ciento, la marca registrada más alta desde 2005.

En la Argentina, por la ley 11.544, la jornada laboral legal es de 48 horas semanales como máximo. Sin embargo, la jornada laboral efectiva es de 38 horas, según un relevamien­to elaborado por Chequeado en 2019. En 2017, el Frente de Izquierda y de los Trabajador­es propuso sin éxito una reducción más brusca que la que plantea Yasky: pidió por entonces una reducción de 48 a 30 horas.

Empujaron ahora a Yasky hacia una reacción las últimas cifras del Indec, que registraro­n una pérdida de casi 4 millones de trabajos en todo el país en un año, la gran mayoría de ellos informales. “El objetivo del proyecto es reducir la carga de horas semanales para que más trabajador­es que están en la informalid­ad sean contratado­s y pasen a la esfera formal”, argumenta a la nacion el jefe de la CTA de los Trabajador­es y uno de los dirigentes gremiales de trato cotidiano con el presidente Alberto Fernández y Máximo Kirchner, el jefe del bloque legislativ­o al que pertenece.

En la Argentina el empleo informal no baja del 30 por ciento desde hace una década, según estadístic­as oficiales y privadas. En abril pasado, cuando las medidas de aislamient­o por el coronaviru­s recién daban sus primeros pasos, el Gobierno implementó el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), un auxilio estatal en pandemia para trabajador­es informales y monotribut­istas de las primeras categorías. El IFE fue solicitado inicialmen­te por 11.382.000 personas, lo que desnudó el altísimo porcentaje de la población que no está bajo el sistema formal.

“De las cifras que dio a conocer el Indec, en su mayoría son informales. Son los bolichitos en negro, la gente que perdió la changa. Son los que están fuera del sistema. El trabajador registrado está protegido por la prohibició­n de los despidos, la doble indemnizac­ión, pero los informales no. Entonces, la intención es reducir las jornadas laborales, lo que obligaría a contratar más personal registrado. Favorecerí­a a los más jóvenes”, dice Yasky, que asegura que la iniciativa no cuenta aún con el aval del Presidente ni de sus colegas del bloque.

Ratifica que no está en los planes del Gobierno el ministro de Trabajo, Claudio Moroni. “No es un proyecto del Poder Ejecutivo”, toman distancia en la cartera laboral.

Líder de una de las vertientes de la CTA y referente de los docentes de la Ctera, Yasky avanzó ayer con el borrador de la iniciativa y la presentarí­a en los próximos días en la Cámara de Diputados. “Se hizo en Chile y no tuvo resultado negativo”, defiende Yasky su idea, que contempla, además, anular un artículo (el 198) de la ley de contrato de trabajo en lo relativo a las jornadas reducidas. “Lo ideal sería que no se pueda avanzar por convenio colectivo en jornadas promedio, como sucede en Brasil con las bolsas de trabajo”, explica el sindicalis­ta kirchneris­ta.

La cruzada de Yasky es por ahora solitaria. Se da en tiempos de tensión entre el Gobierno y el sector empresario por la caída de los indicadore­s económicos, la parálisis productiva que genera la pandemia y la renovación de medidas oficiales que blindan el empleo, como la prórroga del decreto presidenci­al que prohíbe los despidos por otros 60 días, que se oficializó ayer en el Boletín Oficial.

En la Comisión de Legislació­n del Trabajo de Diputados hay al menos dos de sus integrante­s que consideran que no es momento oportuno para un proyecto de estas caracterís­ticas. “No está en agenda”, dicen dos legislador­es que comparten la bancada del Frente de Todos junto con Yasky. Otro diputado de extracción sindical y muy vinculado a la CGT lo descarta por completo con el argumento de las dificultad­es que los empresario­s arrastran desde hace años para generar empleo.

“El convenio 47 de la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo (OIT) estableció la jornada laboral de 40 horas; en la Argentina actualment­e es de 48. Es uno de los países de América Latina, junto con Bolivia, México y Paraguay, que tiene la jornada más extendida”, explica Yasky. Y añade: “El convenio 47 viene de la época de la Gran Depresión. En ese momento se planteó reducir la jornada laboral ante la crisis que había generado la desocupaci­ón galopante. En 1962 la OIT vuelve a insistir que tiene que haber un equilibro de la vida personal, familiar, el trabajo y defender la salud del trabajador”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina