Podría haber otra alza de precios de las naftas
Está pendiente un ajuste de un impuesto a los combustibles
Si no sucede nada, el jueves próximo subirían de nuevo los precios de las naftas y el gasoil, lo que significaría el tercer aumento en dos meses. Pero esta vez no sería una actualización para mejorar los ingresos de las estaciones de servicio, sino que se aplicaría el aumento de los impuestos a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), que quedó estipulado en el decreto 488, de mayo pasado.
Según la norma, los impuestos deberían actualizarse sobre la base de la inflación acumulada en el primer y el segundo trimestre del año, que fue de 13,6%. Esta suba, a su vez, se traduciría en un alza en surtidor de 3,3% para las naftas y de 2,3% para el gasoil sobre los precios de la ciudad de Buenos Aires, según un informe de la consultora Energy Consilium.
¿Cómo se podría evitar el aumento? La primera opción sería que, mediante una resolución, la Secretaría de Energía lo posponga o aplique un aumento parcial, algo que ya sucedió varias veces. Si se lleva adelante la suba total, el Estado recaudaría $2300 millones más por mes, según los cálculos de Energy Consilium.
La segunda opción, que desataría el enojo de las refinerías –YPF, Axion, Raízen (a cargo de las estaciones Shell) y Puma Energy– sería que la actualización de los impuestos sea absorbidas por ellas, lo que implica un aumento de sus costos. Esta medida se haría efectiva a través de YPF: si la empresa que tiene la mayor participación de mercado (55%), y que es controlada por el Estado, no traslada la suba de impuestos al surtidor, el resto no lo haría, porque la diferencia de precios sería muy grande en un sector tan competitivo.
De hecho, de avanzar con esa opción perderían ingresos por casi la mitad del aumento de 5% que aplicaron las refinerías la semana pasada, lo que retrasaría aun más la recomposición de precios.