El Papa y los méritos
Respecto de la reflexión del papa Francisco en el Angelus sobre los méritos, considero importante mencionar que los Evangelios dan importancia a aquellos, en especial en la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30), como también cuando refiere “por sus obras los conoceréis” (Mateo 7:15-20). Los cristianos consideramos que somos salvados por la gracia de Dios, pero no significa que no debamos hacer mérito para conseguirlo; no es “lo mismo el que labura” que el que “afana en su ambición”. De ser así, la Iglesia en vez del Evangelio debería predicar el “Cambalache” de Discépolo. Por otra parte, el buen ladrón no “robó” el paraíso; la razón por la cual al buen ladrón se le prometió el cielo fue no por ser ladrón, sino por reconocer a Jesús, reconocer su delito, saberse merecedor del castigo y pedir misericordia, lo que es muy distinto, ya que efectivamente el otro ladrón que estaba al lado de Jesús no llegó a los cielos. El Papa dice que Dios “no se fija en el tiempo y en los resultados, sino en la disponibilidad, en la generosidad con la que nos ponemos
a su servicio”, lo cual es indudablemente un mérito. Por ese motivo, sobre la base de la educación, los salesianos, con una profunda dedicación en nuestro país a la docencia, consiguieron que muchas personas humildes, debido al estudio y al esfuerzo, que indudablemente son méritos, lograran mejorar en nuestra sociedad y también mejorar a la sociedad, al igual que la mayoría de los inmigrantes que vinieron a este país. Debido a su esfuerzo y su mérito pudieron prosperar en la Argentina, lo que llevó a que, en épocas en las que la justicia era un valor republicano y se valoraban el mérito y el esfuerzo casi no existiera pobreza.
Javier Reigada
DNI 13.416.795