¿Virtud o defecto? Los goles sobre la hora, un sello de Beccacece
Racing convirtió en los primeros tiempos cuatro tantos sobre 17; 7, en los 10 minutos finales
Si Racing concretara todo lo que insinúa, el ciclo de Sebastián Beccacece tendría otro impacto o, al menos, terminaría los partidos con mucha más soltura. Pero, por ahora, los suyo son los goles sobre la hora. A esta alturas, con 12 partidos en el ciclo, parece ser una característica de la Academia, que apenas convirtió cuatro de sus 17 tantos en el primer tiempo, ninguno en el primer cuarto de hora del partido. En cambio, siete de esos 17 fueron en los diez minutos finales de juego.
“No tengo una respuesta, no puedo decir por qué se da eso. Pero puedo decir que este equipo juega al fútbol, tiene situaciones y busca hasta el final. Para mí, eso es un motivo de orgullo”, dijo Beccacece, luego del triunfo ante Alianza Lima, en Perú, por 2-0.
La parte llena del vaso marca que Racing muestra una identidad definida, que repite más allá de los nombres y del rival. Los goles, entonces, llegan más por decantación que por contundencia. Ese parece ser el sello de su entrenador, que dos años atrás hizo sufrir a los hinchas académicos con la misma fórmula cuando dirigía a Defensa y Justicia. Aquel equipo que peleó hasta el final el título de la Superliga 18/19 con el de Racing de Eduardo Coudet logró sus puntos en los últimos diez minutos de juego en 12 de las 25 fechas.
Aunque el técnico no pueda explicar el por qué en una conferencia de prensa, hay una línea de continuidad en los goles agónicos que acaso se pueda interpretar desde cómo trabaja y planifica este cuerpo técnico. “Venimos desarrollando un juego muy lindo, lo que se ve es lo que venimos trabajando en los entrenamientos. Tanto el cuerpo técnico como este grupo estamos muy convencidos de la idea, de que esta es la manera. Por eso sabíamos que tarde o temprano el triunfo iba a llegar”, dijo Leonardo Sigali.
“Lo importante en el fútbol es definir un estilo y tener las situaciones. Creo que eso este equipo lo tiene. Cuando pudimos hacer el gol, enseguida hicimos el segundo”, agrega Beccacece. Esos festejos alocados, como en el tanto de Tiago Banega ante Alianza, o de Carlos Alcaraz ante Aldosivi, antes del receso por el coronavirus, también fueron uno de los sellos del rosarino cuando dirigió a Defensa y Justicia.
Los cuatro N° 9
La mitad vacía es que los gritos sobre la hora evidencian una clara falta de contundencia en los primeros ochenta minutos, en los cuales las situaciones aparecen, pero no los festejos. Ante Nacional, de Uruguay, la semana última, habían acumulado 12 remates desde dentro del área, aunque nunca pudo mover el cero del arco uruguayo. Y en esa falencia mucho tienen que ver que los delanteros: de los 17 gritos, sólo tres fueron de los cuatro N° 9 que Beccacece tiene en el plantel: dos de Nicolás Reniero, uno de Jonatan Cristaldo y ninguno de Lisandro López ni de Darío Cvitanich.
Hasta ahora, el entrenador no apostó especialmente por ninguno de los cuatro. La demostración estuvo en Lima. Con Licha López y Cristaldo lesionados, después de la mala actuación de Cvitanich ante Nacional, apostó por Reniero. El exsan Lorenzo, que había errado un penal, salió reemplazado en el entretiempo. En el cuerpo técnico explicaron que estaba amonestado y no querían repetir lo que ocurrió con la expulsión de Augusto Solari ante Nacional. Y que el cambio no fue pieza por pieza para hacerle lugar a Benjamín Garré por la derecha , y, además, que no comparta el perfil cambiado con el también zurdo Lorenzo Melgarejo, que debió jugar como referencia.
En la maquinaria de Beccacece, en la que no hay nombres fijos, pero sí funciones y roles, la del 9 aún parece ser la única pieza que no encaja. Y no se trata sólo de nombres ni de confianza. Con el pase a los octavos de final casi asegurado, más allá de buscar el primer puesto en el Grupo F que pelea con Nacional, esa será la tarea de Racing de acá a finales de noviembre, cuando comenzarán las llaves eliminatorias.