EL AMOR VENCE AL ODIO
Más allá de estar de acuerdo o no con su forma de desarrollarse dentro de la escena nacional, el legado de Arturo Jauretche (pensador, escritor y político argentino, 1901-1974) es tan actual que asusta. Cuando en 1957 editó “Los Profetas del Odio y la Yapa” jamás hubiéramos imaginado que repasar sus páginas hoy en día sería como leer las noticias del presente.
La enardecida oleada de malas noticias y el sostenido tesón con el que se manipula la información mantiene en vilo a una sociedad atrapada entre las paredes de la desesperanza.
En aquellas páginas, el inventor de la frase “el medio pelo en la sociedad argentina” pone en evidencia los factores culturales que se oponen a nuestro pleno desarrollo como nación, a la prosperidad nacional y al bienestar de nuestro pueblo, y los instrumentos que preparan las condiciones intelectuales de indefensión del país. Así se define esa publicación nacida hace 63 años.
Hoy, en 2020 ver cómo se dilapidan los recursos en discusiones estériles, se toman medidas inéditas, se busca desnaturalizar el mérito y ganan los titulares las peleas internas hace reverdecer el argumento central de ese legado. Con la economía, el ánimo, la sociedad y la esperanza diezmada por la Pandemia pero también por muchas de las medidas tomadas, el grueso de la ciudadanía pide que prime la cordura, el bien común y se ilumine el camino del progreso.
¿Es una cándida ilusión? A pesar del contexto y del oscuro panorama hay una gran porción de la sociedad que quiere que se dejen de lado las chicanas, la dilapidación de recursos y el fogoneo constante de la división. La grieta sigue viva porque el odio es un sentimiento que se debe alimentar constantemente para que tenga efecto. Y, lamentablemente, prende cuando las carencias afloran.
Seamos más inteligentes. En estos tiempos aciagos, tomarse un segundo para responder, para saludar o para preguntarle al otro cómo está tiene un valor incalculable. Aprovechemos ese recurso vital y apliquémoslo. La realidad la podemos cambiar entre todos.