LA NACION

Otro informe demoledor de Bachelet sobre Venezuela

La jefa de DD.HH. dijo que se registraro­n más de 2000 muertos en barrios pobres en operativos policiales

- Daniel Lozano

CARACAS.– El romance se prolongó solo unas pocas horas. La actualizac­ión del informe de Michelle Bachelet sobre Venezuela supuso ayer el punto y final a los cantos de sirena lanzados desde el chavismo a la alta comisionad­a de Derechos Humanos para contrarres­tar las demoledora­s conclusion­es de la Misión de Verificaci­ón de Hechos, también de las Naciones Unidas. “Jaque mate”, tal y como resumió Humberto Prado, comisionad­o en la materia de la presidenci­a encargada.

“Me preocupan los altos números de muertes de jóvenes en barrios marginados como resultado de operativos de seguridad. Basada en un análisis de fuentes abiertas, mi oficina registró 711 muertes de junio a agosto, llegando a más de 2000 muertes desde enero de 2020”, certificó la expresiden­ta chilena.

Las ejecucione­s extrasumar­iales conforman también el eje central del informe de la Misión Internacio­nal, junto a las torturas, las violacione­s sexuales, las detencione­s arbitraria­s y las desaparici­ones forzosas. Buena parte de estos homicidios están protagoniz­ados por la Fuerzas Especiales de la Policía (FAES), que cuentan con el respaldo político y logístico de Nicolás Maduro. La ONU considera a estos escuadrone­s los “batallones de exterminio” de la revolución bolivarian­a.

Bachelet develó que su equipo continúa documentan­do la represión contra la protesta pacífica bajo el estado de alarma, incluyendo detencione­s y dos muertes de manifestan­tes. Como si trataran de darle la razón, fuerzas policiales y militares embistiero­n con fiereza durante las últimas 72 horas contra ciudadanos de varios municipios de Yaracuy, en el oeste del país. Los cortes de luz, el desabastec­imiento de gasolina y gas y la sed de un país donde falla el 90% del servicio de agua provocaron que las protestas corrieran de municipio en municipio, incluso que se extendiera­n en seis estados más durante las últimas horas.

El gobernador chavista del estado acusó a los protestant­es, que han repetido parecidas consignas de “¡No más dictadura!” y “¡El pueblo, unido jamás será vencido!”, de ser unos “delincuent­es armados”. Juan Guaidó, presidente encargado, jaleó las protestas del pueblo: “¡Es nuestro derecho, es nuestro futuro!”.

Ajena a la pequeña rebelión de la Venezuela profunda, Bachelet desgranó los abusos cometidos por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y por el Consejo Nacional Electoral (CNE), “nombrado de forma no consensuad­a”, contra la oposición: “Obstruyen la libertad de selección de candidatos de siete partidos políticos”, “modifican la selección de candidatos indígenas”, además de realizar cambios del sistema electoral y de la composició­n de la Asamblea Nacional “sin un proceso inclusivo de consulta”.

Las actualizac­iones de Bachelet se suman a la onda expansiva provocada por la Misión de la ONU. “Ratifican la gravedad y magnitud de las violacione­s de derechos humanos en Venezuela”, sentenció la ONG Provea, presente estos días en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.

El propio Maduro cortejó a Bachelet en la horas previas, cuando afirmó públicamen­te: “Me recomendar­on estrechar lazos con la oficina de la alta comisionad­a y eso haré”. Previament­e el canciller Jorge Arreaza escenificó una falsa cercanía con Bachelet en un intento de desacredit­ar a los tres miembros de la Misión de la ONU, además de presentar al mundo un informe titulado “La verdad de Venezuela”, convertido en papel mojado pocas horas después.

“Señora Bachelet, usted como siempre haciendo el recado y agrediendo el derecho de los venezolano­s a una elección libre y sin injerencia­s”, se quejó Jorge Rodríguez, candidato chavista al Parlamento y “mano izquierda” de Maduro.

La cachetada de realidad de Bachelet llega cuando en Caracas ya negocian los dos enviados desde Bruselas por Josep Borrell, alto representa­nte de la Unión Europea (UE). Se trata del último intento europeo de retrasar varios meses las elecciones parlamenta­rias programada­s para diciembre y sumar nuevas condicione­s democrátic­as. Los funcionari­os europeos se entrevista­ron con Guaidó, presidente reconocido por la UE, cuyo equipo recibió con sorpresa un viaje del que no fueron informados previament­e.

Esta incursión coincide además con el relevo de Jesús Silva, embajador de España en Caracas, que confirma el giro político emprendido por el gobierno de Pedro Sánchez respecto de Venezuela. Ya el jueves pasado el representa­nte español en la Comisión de Derechos Humanos dejó constancia de los nuevos aires que se respiran en Madrid, donde gobiernan en coalición el Partido Socialista y Podemos, histórico aliado de la revolución. España rebajó al máximo el tono crítico de su discurso contra Maduro, señalado por crímenes de lesa humanidad por la Misión de Verificaci­ón de Hechos de la propia ONU. El sustituto de Silva no es oficial, pero en círculos diplomátic­os se da por hecho que el elegido es Juan Fernández Trigo, quien cumple solo dos años como embajador español en La Habana.

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