Cambio de rumbo
Cada día que pasa, lamentablemente, tenemos más pobres e indigentes. En parte por los efectos de la cuarentena, pero también porque después de nueve meses de gestión no hay un programa integral que haga posible generar confianza y expectativas favorables para impulsar el crecimiento. No es necesario ser economista para saber que, para combatir la pobreza, es necesario crear empleos, y para ello es imprescindible que haya inversión. Y esta es hija del ahorro, de los bajos impuestos y de la seguridad jurídica. Cuando el Estado se convierte en enemigo de los que trabajan al generar una presión impositiva insostenible, con regulaciones inspiradas en ideologías que fomentaron la pobreza y la corrupción, lo que se consigue es la huida de capitales y la desaparición de posibilidades de generar empleo formal. No es fácil entender por qué se sigue insistiendo con las mismas medidas que siempre fracasaron, en vez de incorporar las que han generado crecimiento sostenido en otros países.
Todavía es posible cambiar el rumbo, para lo cual es imprescindible actuar con humildad, realismo y sin ideologías, para convocar a todos los argentinos y promover un programa basado en una economía de mercado que permita reducir el gasto del Estado, estabilizar la moneda y a través de la iniciativa privada poder reemplazar los planes sociales –que degradan la dignidad y eternizan la pobreza– por trabajo digno y formal.
Ricardo Enrique Frías
DNI 4.362.046