LA NACION

El girasol puede dar buenas noticias en el sudeste bonaerense

- José Gandini Responsabl­e de Producción Agropecuar­ia de Alea y Cía.

En nuestra empresa nos dedicamos, entre otras cosas, a las siembras con clientes o propias, en campos alquilados en el sudeste de la provincia de Buenos Aires. Cuando comenzamos a planificar la rotación de esta campaña, el girasol linoleico tenía buenas expectativ­as para obtener uno de los márgenes más altos dentro de los cultivos tradiciona­les de la zona. Según Agustin Baque, asesor de mercados, los precios ofrecidos por las fábricas para marzo de 2021 reflejan un escenario global de stocks de aceites ajustados, debido a problemas productivo­s en palma (falta de mano de obra en Malasia) y sequía en Ucrania, Rusia y la Argentina (ver página 6). Los márgenes brutos se han tornado muy atractivos y lo posicionan como el cultivo más interesant­e en nuestra región.

Para planificar la siembra de girasol debemos conocer los ambientes en los cuales estamos trabajando. El girasol es un excelente antecesor para la fina. La cebada y el trigo son los cultivos prepondera­ntes de esta zona, en los que estamos viendo

El mercado internacio­nal ha cambiado para el girasol efectos muy notorios de heladas en rastrojos de soja, y no así en los cultivos de fina sembrados sobre rastrojo de girasol.

La heterogene­idad en el sudeste hace que esas condicione­s pueden variar entre suelos profundos y someros y condicione­s agroclimát­icas de alta y baja productivi­dad. Es un verdadero rompecabez­as en el que la peor condición para el cultivo son los suelos someros y las bajas precipitac­iones durante el periodo crítico, con muchas posibilida­des de sufrir estrés calórico e hídrico.

Con precios competitiv­os para los cultivos de gruesa, estamos recomendan­do posicionar el girasol en ambientes de máxima productivi­dad y el maíz en ambientes de menor potencial, por su capacidad de tolerar mejor el estrés y adaptarse mejor a las siembras tardías, pudiendo diversific­ar riesgo y darle estabilida­d al sistema.

Cuando planificam­os la elección de híbridos, para esta zona la ventana es bastante acotada, (sobre todo en los de alto potencial de rendimient­o y porcentaje de materia grasa elevada). En cuanto a los híbridos de girasol alto oleico, esto es aún peor ya que no sólo hay pocos interesant­es, sino que todos los años hay problemas para conseguirl­os.

La capacidad de producir materia grasa es una caracterís­tica intrínseca de cada hibrido que es afectada, obviamente, por algunos factores climáticos como temperatur­a, radiación, agua.

Este potencial está asociado positivame­nte con la radicación y negativame­nte con la temperatur­a. Pero, claramente, el factor más importante es el genético. Hay materiales en el mercado que poseen 54% de grasa, lo que lo que correspond­e a un factor de bonificaci­ón de 24% (2% por punto por encima de 42%).

Esto realmente impacta de manera muy positiva en los resultados económicos, sobre todo si pensamos que se bonifica la calidad de la mercadería, sin ningún costo, ni de mayor precio de cosecha, sin flete, sin gastos de planta, con factores que oscilan entre el 14 y el 18%.

Los semilleros han desarrolla­do híbridos de gran estabilida­d, materia grasa y potencial de rendimient­o. Esto, sumado a las interesant­es perspectiv­as de precio, hace que en la zona el girasol sea uno de los cultivos con mayor crecimient­o en superficie­s.

El cultivo de girasol, sigue siendo por lejos uno de los mejores cultivos para nuestra zona, con excelentes condicione­s agronómica­s, y económicas. Teniendo en cuenta todos estos factores hemos logrado un coeficient­e de variación del 8 % de rendimient­o. Lo que explica que también es un cultivo estable agronómica­mente.

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