La programación la definimos nosotros
La pandemia trastocó los tiempos: no salimos a trabajar, no terminamos a un horario definido, tenemos clases salteadas. Estamos todo el día en casa. Manejamos nuestros tiempos, dentro de lo posible, y en eso el podcast es la opción ideal. Es audio como en la radio, y la ventaja sobre los libros y las pantallas es que nos permite hacer otra cosa mientras alguien nos habla al oído. A diferencia de la radio tradicional, aquí todo se hace a nuestro ritmo: escuchamos cuando queremos. La programación la definimos nosotros.
Esto es un poco lo que pensamos cuando hace dos años comenzamos a publicar podcasts en la nacion: el de los podcasts era un fenómeno que tenía quince años de vida, pero que en 2014, con Serial, había trascendido el nicho de “los que sabían” para emprender su largo camino y transformarse en un fenómeno de masas. Todo a partir del relato, tipo folletín, de una investigación periodística sobre un antiguo crimen mal resuelto.
En el caso de la nacion, lo que se hizo fue, literalmente, prestar atención a lo que escuchaba nuestro público. ir a ofrecerle el tipo de contenido que estaba necesitando: otra forma de enterarse las noticias, de entretenerse y de aprender.
Desde entonces publicamos una veintena de podcasts, que suman más de 4 millones de escuchas; incluye la creación de un podcast diario de noticias junto a Spotify (El primer café), y otro resumen diario de tres minutos, que se publica dos veces por día, y que también puede verse en Twitter (Lo que hay que saber).
Pero también buscamos ofrecer otro tipo de contenido, más reflexivo, no tan atado a la noticia: así nacieron Cómo fabricar tiempo y Carreras extraordinarias para gente común, nuestro podcast de productividad y manejo del tiempo personal; La banda presidencial y Hay que pasar el invierno, las propuestas para revisar la historia argentina de los últimos dos siglos; o A pedido del público, el primer podcast que publicamos y que dos años después sigue recomendando las mejores series para ver en la tele. ●