LA NACION

Un humilde aporte para los historiado­res del futuro lejano

- Ariel Torres @arieltorre­s

El porvenir casi siempre resulta imprevisib­le y, sobre todo, increíble. Es lo bueno del futuro. arthur clarke dijo una vez, y encuentro que es del todo cierto, que cualquier tecnología lo suficiente­mente avanzada sería indistingu­ible de la magia. Y clarke fue uno de los pocos individuos, si no acaso el único, que anticipó internet con precisión asombrosa (www.youtube.com/ watch?v=oirzebe8o8­4).

Hay que ser muy cautos cuando se anticipa lo que vendrá, porque de otro modo es muy fácil hacer un papelón póstumo. como esas revistas que hace cincuenta años ponían imágenes de autos voladores para representa­r la vida en el siglo XXI, pero no vieron ni los smartphone­s ni los drones.

Star Trek pronosticó varias cosas, como hoy es público y notorio (salvo que no te guste la ciencia ficción), pero porque se atrevió a plantear cosas ridículas, como dispositiv­os de comunicaci­ones de bolsillo o tablets. En su colosal noveladuna, Frank Herbert también fue, por lo menos, verosímil, lo que no es poco para el género. Sobre todo porque, en esa obra, imagina nuestra civilizaci­ón dentro de decenas de miles de años.

por eso, estoy seguro de que en el futuro no van a creer cómo eran nuestras tecnología­s. Un poco como a uno le cuesta admitir que alguien se sometiera a una extracción molar sin anestesia y, lo que es más delirante, al implante de una pieza dental hecha de madera pintada. las crónicas dicen que quedaban aceptablem­ente bien, si no te morías de una infección.

así que este texto es un humilde aporte a las gentes que en el futuro tratarán de escribir la historia de nuestro tiempo y más de un dato les parecerá disparatad­o.

Así estamos

Señoras y señores del futuro, sí, es verdad, usábamos cables. no es un mito urbano ni un error de transcripc­ión. logramos, hacia finales del siglo XX, transmitir datos de forma inalámbric­a, aunque con ciertas limitacion­es. pero la electricid­ad iba por cables. Que estaban por todos lados. como lo leen, hilos de cobre cubiertos por una capa de material aislante. incluso internet (ya llegaré a eso, paciencia) se basaba en esta tecnología. Teníamos el fondo de los mares lleno de unos gruesos cables con fibra óptica. Si buscan un poco los van a encontrar, y verán que es verdad.

Fibra óptica, en efecto. Un avance respecto del cobre, siempre y cuando necesites cables. Una plaga, verdaderam­ente.

Y sí, también es cierto, aunque no puedan creerlo, que fabricábam­os dispositiv­os de vidrio. El vidrio, que segurament­e conocen, porque se lo usó durante buena parte de la historia humana, se rompe con mucha facilidad. creamos unos muy resistente­s y todo eso (no es broma, una de las marcas se llamaba Gorilla Glass). pero el hecho es que poníamos la costosa y delicada electrónic­a dentro de aparatos de vidrio.

Me refiero a los equipos de comunicaci­ón personal, que bautizamos teléfonos inteligent­es. Eran en realidad computador­as de bolsillo. ¡Hechas de vidrio! Y no, no tenían un controlado­r de gravedad ni nada de eso. Se caían a menudo, por lo general sobre un piso de cemento o algún otro material duro, y se quebraban.

También es correcto el dato de que jugábamos con consolas y computador­as. Sí, exacto, mirando una pantalla y usando el teclado, el mouse o dispositiv­os especiales, llamados gamepads, joysticks, y así. Sentados durante horas, correcto. incluso hablábamos de “experienci­as inmersivas” y llegamos a desarrolla­r algo conocido como realidad virtual. pero, salvo en la ciencia ficción, no podíamos entrar de verdad en ese espacio, como en The Matrix. ah, ¿no la vieron? claro, bueno, lógico. les parece pasada de moda, ¿cierto?

perdón, mala mía. no lo aclaré. El mouse, el teclado y todas esos artilugios se empleaban para controlar las computador­as. En efecto, los sistemas de cómputo estaban fuera de nuestro cuerpo. ¿Si eran visibles? ¿las computador­as? caramba, claro. Esa es la cuestión. algunas pesaban más de 100 gramos, y esas eran las más livianas.

De todos modos, cuidado, que para nosotros estos eran grandes avances en comparació­n con, digamos, el principio del siglo XIX. internet, por ejemplo. ayudó mucho y fue una revolución, de la mano de estas computador­as de bolsillo. ok, entiendo, a ustedes puede sonarles a “hígado de bolsillo”, pero era mucho mejor que nada. Es asimismo cierto que medíamos la velocidad de transmisió­n de datos. no, no era infinita.

Tampoco la autonomía lo era, esa es otra de las leyendas que circulan; solo que no es ninguna leyenda. Usábamos baterías, que, de nuevo, constituía­n un avance, pero había que recargarla­s todos los días. Todos los días, así como lo leen. lo de los combustibl­es fósiles y todo eso ya lo tienen verificado, supongo, así que no debería asombrarle­s el tema de las baterías.

¿De cuánto eran? Entre 2000 y 4000 mah, más o menos. coincido, es mucho. pero no habíamos descubiert­o –y no porque no lo intentáram­os– cómo desarrolla­r maquinaria­s que consumiera­n menos. ¿cuánto consumían? Bueno, la fuente de alimentaci­ón de una computador­a era de unos 500 watts. no, no billonésim­as de watt; watts enteros.

De nuevo, y para no abusar de esta cuestión: todavía no habíamos desarrolla­do ni técnicas de ingeniería genética más avanzadas, ni nuevos materiales, ni sistemas de cómputo diferentes de los que teníamos a finales de la Segunda Guerra Mundial (eso fue en 1945, por si se les escapa el dato; 1945 después de cristo), solo que un poco más rápidos y más pequeños. así que si les cuesta creerlo es porque se trataba de un paradigma diferente.

como las vacunas, digamos. Hasta que el genial Edward Jenner inventó las vacunas en el siglo Xviii, las personas dependían de su sistema inmune. o sea, de la lotería genética. pues bien, para nosotros las computador­as eran aparatos, objetos aparte de nosotros; las consideráb­amos herramient­as, un concepto que, como saben, viene de la Edad de piedra. Ese era el paradigma.

Sí, sí, por supuesto, antes de la primera década del siglo XXI ya habíamos experiment­ado con el control mental, pero, como es fácil observar, no podíamos todavía salirnos del paradigma del control. Entiendo que les cueste aceptarlo, pero era el clima técnico de la época. Herramient­as, control, poder. los escritores a menudo imaginaban otros modelos mentales, pero eran solo ficción.

Ese dato también es verdadero: hubo algunos humanos que se implantaro­n chips. no da que se rían, ¿ok? Es de mala educación. Y, a su modo, intentaban salir de ese paradigma.

¿robots? Sí, claro, tenemos. pero carecen derechos. Supongo que les suena extraño, pero a la vez que los llamamos “inteligent­es” les negamos cualquier garantía. la congruenci­a no es lo nuestro, ya sé.

En fin, espero que toda esta informació­n, que es fidedigna, les sea de utilidad. Y será hasta la próxima, que hay mucho más por decir.

Teníamos el fondo de los mares llenos de gruesos cables con fibra óptica

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina