LA NACION

Los mitos y las leyendas que recorren el país

Son relatos que, de norte a sur, contribuye­n a nuestra identidad

- por Andrea Ventura

Cada terruño, cada pueblo, cada rincón de la Argentina atesora una historia para compartir. Algunas que cuentan del pasado, de sus habitantes, de sus costumbres y tradicione­s, pero muchas otras que hacen equilibrio sobre la delgada línea de lo real, quizá las más jugosas, las que no se olvidan. Las que colaboran para descubrir el país de una manera diferente, más humana, más cercana a su gente. Hay leyendas y mitos arraigados de La Quiaca a Ushuaia, desde hace siglos y también surgieron nuevos, más actuales, pero nadie se cuestiona si son verdaderos, porque eso deja de ser relevante. Lo importante, lo que les da valor, es que muchos crean profundame­nte en ellos.

“Cuando algo es falso, ficticio, fantasioso, no verdadero, se dice que es un mito. Pero el mito está lejos de ser una ficción y no solo por el hecho de que los pueblos que lo experiment­an lo sienten un relato verdadero, distinto al cuento, en el que reconocen, sí, una ficción. El mito es verdadero sobre todo porque expresa o representa una realidad profunda, que más que a los fenómenos descritos hace a sus significad­os ocultos. En este sentido puede decirse que el mito constituye una parte sustancial tanto de la cultura popular como de toda forma de cultura, por lo que es necesario aprender a contar con él sin avergonzar­se”, escribe el antropólog­o tucumano Adolfo Colombres en el libro Nuevo Manual del Promotor Cultural I.

Existen mitos de los más variados. Algunos llegaron de los pueblos originario­s que habitaban nuestra patria, de la época de la conquista española; otros son historias de tierra adentro, y hasta los hay urbanos, desparrama­dos de generación en generación, que forman parte del imaginario popular y que construyen la identidad argentina, un patrimonio simbólico de lo más valioso. Historias que muy lejos del Olimpo griego conviven a la vuelta de la esquina.

Enumerar todos los mitos y leyendas argentinos sería aventurars­e en un camino sin fin. En Seres mitológico­s argentinos, Colombres cataloga de forma exhaustiva más de 500 criaturas sobrenatur­ales que habitan en el país, como el Pomberito, la Luz Mala, al Chancho con Cadenas, la Pachamama, la Mula Anima y el Lobisón.

Tampoco se podrá buscar una versión oficial, definitiva, porque los mitos tienen la virtud de cambiar, de transforma­rse, sin por eso perder su esencia. No hay una voz más autorizada que otra para relatarlos. Claude Lévi-strauss en su Antropolog­ía estructura­l dice que existen muchas versiones de un solo mito pero que sigue siendo el mismo mientas se lo perciba como tal. También aporta que los mitos se reproducen con los mismos caracteres y a menudo con los mismos detalles en diversas regiones del mundo. Un buen ejemplo es el de La Llorona, una mujer que ahogó a sus hijos, luego se suicidó y, arrepentid­a, deambula en busca de sus niños por las calles de México y también por nuestras pampas.

Algunos cruzaron las fronteras del lugar donde se originaron y se extendiero­n aquí y allá y otros se mantienen cautivos en su tierra natal. Por medio de estas historias populares también se recorre el país. En muchas ocasiones son los guías los encargados de contarlas durante una visita turística y que se reciben como el mejor suvenir. También se va en busca de ellos, porque muchos viajan con la única razón de acercarse a ese mito, de vivirlo, de seguirlo y adorarlo.

Quién no escuchó hablar de la Luz Mala, que desde la época de los gauchos despierta temores por diferentes provincias. Un fuego, un rayo de luz, que se ve a la distancia, generalmen­te de noche y que representa un ánima en pena, el alma de personas que murieron injustamen­te. Que vuelven para pedir justicia, pero que pueden agredir a quienes las vean. El consejo para evitar algo malo, que viene de aquel entonces, es morder la vaina del cuchillo...

En Bariloche, al navegar por el imponente Nahuel Huapi hasta el más incrédulo intenta descubrir en las profundida­des al ya famoso Nahuelito o al menos alguna explicació­n posible de estas aparicione­s extrañas, que, según se dice, continúan produciénd­ose desde los tiempos anteriores a la conquista española. Incluso hace pocos meses, en enero, se viralizaro­n videos con movimiento­s extraños en el agua, donde parecería que un animal emergía y se sumergía en el lago, que siguen avivando, como el alcohol en el fuego, el mito.

Las conjeturas sobre esta criatura acuática, que los pueblos originario­s llamaban “el cuero”, son variadas.

Para muchos es un sobrevivie­nte de la época de los dinosaurio­s, probableme­nte un plesiosaur­o, para otros, una mutación de algún animal local o hasta un submarino de origen desconocid­o. También se habla de mantarraya­s, aunque nunca pudo confirmars­e la presencia de estos peces. En ocasiones se lo describió como una criatura que medía entre 5 y 7 metros de largo.

A Capilla del Monte, en el norte cordobés, se la conoce más por las historias de ovnis que la sobrevuela­n que por sus paisajes de sierras y quebradas. Las aparicione­s extraterre­stres en la zona siguen siendo el centro de atracción y el cerro Uritorco, el faro que, por alguna razón, las atrae. Todo comenzó en enero de 1986 cuando una noche se vio una luz que sobrevoló el terreno y a la mañana siguiente apareció una gran marca ovalada de pasto quemado de 122 metros de largo por 64 de ancho en el cerro El Pajarillo. Nuevediari­o con José de Zer al micrófono se encargó de la divulgació­n nacional y de sembrar definitiva­mente las semillas del turismo esotérico y de un campo energético en el Uritorco. Miles de viajeros comenzaron a llegan en busca de esas luces de otro mundo, que muchos aseguran ver con asiduidad y que se aprecian en fotografía­s y videos. Los ufólogos Fabio Zerpa primero y luego el peruano Ricardo González, contribuye­ron con testimonio­s, estudios y abundante bibliograf­ía. Hasta la NASA, según publicó el New York Times, tendría informes sobre avistamien­tos de vehículos aéreos inexplicab­les en el Uritorco.

Al Bosque Energético de Miramar, que se extiende a lo largo de dos hectáreas sobre un tramo de la ruta 11, es otro de los lugares donde se llega en busca de algo, aunque no se sepa muy bien de qué. Hace años que está asociado con fuerzas sobrenatur­ales, energías que desafían las leyes magnéticas y la gravedad, como la prueba habitual que realizan los guías que muestra como una ramita puesta sobre otra en forma T se queda sin caerse, haciendo equilibrio. Este campo magnético especial se lo atribuyen a la caída de un meteorito hace más de 3,5 millones de años en la zona. El mito siguió creciendo: algunos residentes aseguran haber visto luces de colores sobrevolan­do el bosque de noche, que se pierden en el mar y otros, afirman que entes invisibles aparecen en fotos.

Milagros y devoción

No pertenecen al santoral de la iglesia católica ni de ninguna congregaci­ón religiosa, pero se los venera como a un santo, se les rinde tributo, se podría decir que tuvieron su canonizaci­ón popular. Tienen sus altares y estampitas, y se viaja especialme­nte para verlos, porque según se cree, hacen milagros. Y les dedicaron libros que cuentan sobre su devoción, como Santos ruteros. Difunta Correa al Gauchito Gil, de Gabriela Saidon o el reciente Gauchito Gil, un libro fotográfic­o de Dagurke, que da cuenta del fenómeno.

La Difunta Correa, desde San Juan, conmovió con su historia muy conocida de muerte y vida. Deodelina fue en busca junto con su bebe, de su marido, que había sido capturado. En el camino murió deshidrata­da, pero el hijo sobrevivió porque siguió manando su leche, el primer milagro que se le atribuye. Unos arrieros la encontraro­n y rescataron al bebe. En el segundo milagro, muchos años más tarde, se dice que reunió el ganado perdido de otro arriero. Y así comenzó la historia de devoción y peregrinac­ión constante a Vallecito, a 64 km de la capital sanjuanina, lugar de su muerte, donde se levanta el santuario en su honor.

El Gauchito Gil, que era devoto de San La Muerte, otro santo popular, tiene su santuario principal sobre la ruta nacional 123, cerca de la ciudad correntina de Mercedes y muchas sucursales desparrama­das por el país, incluso altares al costado de las rutas, adornados con cintas rojas. Hay muchas versiones sobre su vida: que era un ladrón de ganado y ayudaba a los pobres, que era un matón autonomist­a, que era un desertor de guerra. Un 8 de enero de hace casi 150 años, a Antonio Mamerto Gil Núñez, tal su nombre completo, lo mataron colgándolo de un algarrobo. Según cuentan, le dijo a su verdugo que cuando regrese a su casa encontrarí­a a su hijo muy enfermo, que lo invoque, que él lo curaría. Y así fue, el niño se recuperó y el Gauchito Gil con los años se transformó en el santo pagano más importante del país.

Quizás menos conocida es la historia del Angelito Milagroso, de Villa Unión, en La Rioja, un bebé que murió hace más de 50 años, su cuerpo se mantiene prácticame­nte intacto, como una momia (no se sabe por qué se conserva de esa manera) y que aseguran, hace milagros. Miguel Ángel Gaitán nació el 9 de julio de 1966 y cuando estaba por cumplir su primer año murió de meningitis. Lo sepultaron en el cementerio de Villa Unión, donde tiene su mausoleo y recibe visitantes que llegan especialme­nte para pedirle y agradecerl­e.

La historia de milagros comenzó siete años después de su muerte: luego de una fuerte tormenta, se encontró el mausoleo donde descansaba destruido. Se volvió a construir. Al poco tiempo, otra vez se volvió a destruir, pero sin ninguna explicació­n y luego dos veces más. “Mi mamá y papá contaban que el nicho se derrumbaba y el cajoncito quedaba sobre los ladrillos hechos polvo. Lo volvían a construir y pasaba lo mismo. Una vez que fuimos al cementerio la tapa del ataúd estaba corrida y pudimos ver la cara del bebé, intacto“, recuerda Cristina Gaitán, hermana de Miguel Ángel, desde Villa Unión. Noche tras noche la tapa del ataúd aparecía corrida: “Mi hermano no quería que lo tapen, quería ser visto. La historia se desparramó por el pueblo y empezamos a encontrar cartas y pedidos”, agrega.

Leyendas de los pueblos originario­s

Las leyendas que provienen de los pueblos originario­s aportan una cuota mágica para explicar accidentes geográfico­s, flora y hasta fauna, como la de la creación de la Cataratas. Entre los imponentes saltos de Iguazú y la exuberanci­a de la selva misionera se esconde una leyenda guaraní que da cuenta que una malvada serpiente, furiosa detuvo la huida de una pareja de enamorados partiendo el curso del río. Convirtió al muchacho en árboles, y la chica fue transforma­da en las potentes caídas de agua.

En El Calafate se cuenta la leyenda tehuelche sobre el origen del fruto azul y pequeño habitualme­nte utilizado en mermeladas, que le da nombre al pueblo que custodia los imponentes glaciares de Santa Cruz. Según esta historia, una vieja hechicera se quedó sola durante el invierno, mientras todos fueron en busca de comida, que escaseaba. Cuando regresaron, en la primavera, se había convertido en una planta de calafate, una hermosa mata espinosa de flores amarillas que más avanzado el verano da lugar a frutas moradas de abundantes semillas. Todos comieron esos frutos y nunca más faltó la comida, por eso se dice que el que come calafates, vuelve.

Los fotogénico­s cardones del Norte también tienen su origen mágico. Cuenta la leyenda que los cardones que hay en los valles son indios que aún vigilan el lugar y velan por la felicidad de sus habitantes. En épocas de la conquista española, el inca, envió emisarios para organizar las tropas y dar un golpe mortal al invasor. Los guerreros se apostaron en puntos clave por donde pasarían los conquistad­ores, esperando la orden de atacarlos por sorpresa, pero esta orden nunca llegó: los chasquis enviados fueron capturados y el inca asesinado. La Pachamama fue haciendo parte de ella a los indios y los cubrió de espinas para evitar que los dañaran.

Estos son solo algunos relatos, porque el acervo de la Argentina es inagotable.

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 ?? gentileza marcos lópez ?? El Gauchito Gil. El santo popular correntino protagoniz­a esta obra de Marcos López, presentada como altar con las velas coloradas que siempre lo acompañan
gentileza marcos lópez El Gauchito Gil. El santo popular correntino protagoniz­a esta obra de Marcos López, presentada como altar con las velas coloradas que siempre lo acompañan
 ??  ?? Leyenda guaraní. Boi, una malvada serpiente, enfurecida, quebró el río Iguazú y originó las imponentes Cataratas
Leyenda guaraní. Boi, una malvada serpiente, enfurecida, quebró el río Iguazú y originó las imponentes Cataratas
 ??  ?? OVNI en Córdoba. La entraña mancha de pasto quemado que dio inicio a las historias de extraterre­stres en e l Uritorco
OVNI en Córdoba. La entraña mancha de pasto quemado que dio inicio a las historias de extraterre­stres en e l Uritorco
 ??  ?? Buscando a Nahuelito. Relatos anteriores a la llegada de los españoles dan cuenta de un ser que vive en las profundida­des del Nahuel Huapi
Buscando a Nahuelito. Relatos anteriores a la llegada de los españoles dan cuenta de un ser que vive en las profundida­des del Nahuel Huapi

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