LA NACION

El salario mínimo en Venezuela ya es inferior a un dólar

En pleno derrumbe económico, potenciado por la emergencia sanitaria, la cotización del billete norteameri­cano superó los 400.000 bolívares

- Daniel Lozano

CARACAS.– En Venezuela ni el salario mínimo ni la pensión de jubilación alcanzan un dólar al mes, luego de la depreciaci­ón del bolívar en los últimos días. “Mira, Maduro, lograste un milagro”, dijo el diputado José Guerra, “ministro” opositor de Economía en el exilio, tras constatar que el dólar saltó por encima de los 400.000 bolívares, tanto en el cambio oficial como en el paralelo.

“Por primera vez el salario mínimo es inferior a un dólar. nicolás Maduro terminó con el país, con la moneda y con todo”, se quejó Guerra.

Todo ocurre en una economía con precios disparados en medio de la pandemia del coronaviru­s. Un ejemplo: el precio promedio de un antibiótic­o es de 1.760.000 bolívares, según el Observator­io Venezolano de Finanzas. Hacerse una tomografía cuesta 137 salarios mínimos.

Según el Centro de Documentac­ión y Análisis de la Federación de Maestros, se necesitan hasta 300 salarios mínimos para cubrir la canasta básica de una familia de cinco miembros. “El Banco Central de Venezuela liberó más bolívares, que salieron a comprar dólares. Hay una caída brutal de la demanda de bolívares”, añadió Guerra.

“Las medidas sobre el encaje legal y, en general, la muy inconsiste­nte política económica y los grandes desequilib­rios macroeconó­micos acumulados hacen imposible mantener la tasa de cambio”, precisó el economista José Manuel Puente.

El viaje a los infiernos de la moneda venezolana comenzó hace 21 años con la llegada al poder de Hugo Chávez. Guerra calcula que las tres reconversi­ones del chavismo han eliminado en total 13 ceros de su moneda. El principal perjudicad­o es, otra vez, el pueblo venezolano.

Cuando los números se traducen en personas se mide mejor la dimensión de esta tragedia. Como Victoria Gómez, maestra jubilada de valencia, estado de Carabobo, que ni siquiera puede responder directamen­te a las preguntas de la nacion porque ni ella ni su hija tienen dinero para un simple recarga, pese a haber dedicado su vida a la enseñanza.

Victoria recibe los 400.000 bolívares, menos de un dólar, por su pensión mensual, pero, claro está, vive del sueldo de su hija, aunque este tampoco sea la gran bicoca: 10 dólares al mes. La joven tiene 18 años y trabaja en una clínica de la ciudad. Se encarga de las pruebas en el área de tomografía­s. Antes de la pandemia, madre e hija acudían a un mercadito local para vender agua y pan de acemita, una especie de pan dulce. Episodios depresivos y estados de ansiedad son ya una constante durante estos meses de confinamie­nto.

Superviven­cia

“Ahora gano más que el dólar del salario mínimo porque me subieron mucho el sueldo, cobro 15 dólares quincenale­s por cuidar de dos ancianos”, relata a la nacion Alejandra M., viuda de 23 años y con dos hijos. A su marido lo ejecutaron las Fuerzas Especiales de la Policía, calificada­s por la ONU como “batallones de exterminio”.

“Todo está dolarizado menos la canilla [barra de pan] y el transporte. Cualquier alimento cuesta más de un dólar. El cartón de huevos, más de dos dólares, y la carne se acerca a los cinco”, describe la joven, obligada como tantos otros a malabarism­os impensable­s. Los economista­s debaten cuánta gente recibe solo el salario mínimo más los bonos que reparte el gobierno (el último no llega a tres dólares). La cifra estimada ronda las siete millones de personas.

“Los más afectados son los pensionado­s, es muy raro ver que la empresa privada pague solo el mínimo. Hasta los mismos empleados públicos reciben más que el salario formal, con los bonos y ayudas de comidas. Sumando todo eso, está en un rango de entre 30 y 50 dólares, más cercano a 30. Igual sigue siendo una miseria”, dice Henkel García, director de Econométri­ca. La cercanía de las elecciones parlamenta­rias, previstas para el 6 de diciembre, adelanta un ajuste inmediato de salarios y pensiones por parte del gobierno.

Una suba que no cambiará la situación. “Los pensionado­s están viviendo de otros y de ayudas de afuera [emigrantes y remesas]. El salario medio está en alrededor de 150 dólares con un costo de vida que es muy parecido a otros países. El área de servicios está en proceso de ajuste, lo que provoca la pérdida del poder de compra. Los servicios son baratos, pero el resto de las cosas, no”, concluye García.

Venezuela sufre hoy lama yorhiper inflación del planeta, la mayor caída del PBI y la mayor tasa de desempleo de la región, con más de cinco millones de personas que huyeron del país y con un 48% de hogares pobres. “En el rostro de Maduro veo a Poncio Pilatos condenando a muerte a toda una nación”, sentenció esta semana el obispo Víctor Hugo Basabe.

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