Al joven profesional
En los últimos años, los jóvenes profesionales argentinos hemos vivido en carne propia las frustraciones y decepciones que reiteradas promesas rotas y expectativas fracasadas han marcado nuestras incipientes carreras. Pierde brillo y genera desesperanza esa promesa de país que nunca llega. Un sentimiento de profunda angustia nos atraviesa cuando observamos que semana tras semana nos hacemos más pequeños, más débiles, más pobres. Salimos de nuestras casas de estudios con intención de “comernos” el mundo, de tomar desafíos personales y profesionales, sin importar los sacrificios. Menciono solo uno de ellos: las innumerables horas que hemos desatendido a nuestras familias y amigos, horas que podrían haberse dedicado al ocio y se usan para cumplir con nuestras responsabilidades y para honrar los trabajos con los cuales nos hemos comprometido. Decisiones que forjan nuestra formación profesional y humana.
¿Y hoy? al final del camino, incertidumbre y desesperanza, una percepción poco nítida y confusa de lo que vendrá. Eso es lo que surge también de las conversaciones entre colegas. algunos tienen la idea de “largar todo”, de optar entre puestos en el país o en el exterior, más redituables pero que atentan y nada tienen que ver con los proyectos a los que hemos decido apostar oportunamente.
ante esta percepción de desesperanza y frustración, solo tengo una palabra: fortaleza. convoco a los jóvenes profesionales a no bajar los brazos, a seguir resistiendo. nosotros –y no aquellos que dicen saber– somos los que verdaderamente cambiaremos el rumbo. Superaremos esta crisis con templanza y prudencia, enfocándonos para sortear estos malos años. no nos robarán nuestro futuro, me niego a permitirlo. Es momento de apostar por esos estudios procrastinados, por esa experiencia laboral rezagada, por apretar los dientes y seguir, que de todo esto saldremos engrandecidos y más fuertes. Porque (y que no queden dudas al respecto) nos llegará la hora de tomar las riendas, y en ese entonces, encauzaremos a la argentina al lugar que una vez supo tener y del que nunca debió irse. F. Nicanor Berola
Dni 37.234.686