LA NACION

Los hermanos Castagnola, de 17 y 19 años, son cada vez más protagonis­tas en el polo mundial; no sólo ganan juntos, sino que también se enfrentaro­n por primera vez en una final

Los adolescent­es asombran con lo logrado desde 2019; en el Abierto de Francia, cuya final Barto le ganó a Camilo, fueron rivales por primera vez en el exterior

- Xavier Prieto Astigarrag­a

“Es redifícil. No está bueno jugar contra un hermano. Pero sabemos que va a darse durante toda la vida, que vamos a enfrentarn­os”. La voz de Barto Castagnola llega aletargada desde Europa; es algo más que la medianoche allá, y como se dijo algunas veces en estas páginas, el muchacho es de buen dormir. Como Camilo, su inseparabl­e hermano. Bueno, no tan inseparabl­e: ambos compartier­on todos los viajes del año, pero al Abierto de Francia lo encararon divididos. ¿Pelea? Nada de eso.

Habían jugado juntos por Les Lions/great Oaks en Inglaterra, y vaya con qué éxito: fueron campeones de la Copa de la Reina y subcampeon­es del Abierto Británico. Pero para el torneo francés ya era imposible que estuvieran en un mismo equipo: suman 17 goles de handicap, y el límite por conjunto es de 16. Incluso para Camilo la oportunida­d de participar en Chantilly surgió sobre la hora, un día después de que soltara los caballos en Reino Unido. Hasta tenía más ganas de volver a la Argentina que de afrontar otras dos semanas de trabajo. Hoy está chocho de haberse quedado.

Por un lado, porque le fue muy bien: alcanzó la final del Abierto de Francia, en la que tuvo como adversario a... Barto, finalmente ganador por el 10-6 de Les Lions Panarea a Talandraca­s. Por otro, no tuvo que extrañar Cañuelas ni La Pampa: Chantilly 2020 fue una maravilla. “Me encantaron el lugar y las canchas. Y este año tocó un clima buenísimo. ¡Así que la pasamos bien! Hay bastantes programas para hacer, y hay polo bastante seguido. Está muy buenooo”, escribe para el la nacion chico al que, como a otros polistas profesiona­les, le resulta monótono estar tanto tiempo fuera de casa.

Pero más allá de cuánto disfrutó, para él y para Barto, las nuevas estrellas del polo mundial, el 20º Abierto de Francia resultó un mojón en sus meteóricas carreras. Por una parte, sumaron otra copa a la impresiona­nte serie de logros que a sus cortas edades encadenan desde mediados del año pasado, con éxitos en Inglaterra, Buenos Aires y Francia, e incluso desde 2016, cuando irrumpiero­n a lo grande en el radar del polo al conquistar la Copa República Argentina con su papá, Lolo. Por otra parte, ésta de Chantilly fue la primera vez en que se enfrentaro­n fuera del país; habían competido entre sí en el Abierto de San Jorge y en torneos informales en La Pampa. Y además, cruzaron el Canal de la Mancha sin su padre, que regresó a Buenos Aires para ir preparando a La Natividad con miras a la Triple Corona local (ver aparte).

Para los chicos Castagnola, cargados de trofeos a sus 19 y 17 años, es entonces el tiempo del comienzo de la emancipaci­ón. Mutuamente, como profesiona­les, y también respecto a Lolo, el factótum de lo que han logrado unidos hasta el momento. Que es un montón: Copa República 2016, Intercoleg­ial 2016 y 2017, Juvenil 2018 y

2019, Abierto Británico 2019, Xtreme Polo League 2019, Copa de la Reina

2020. Y vienen de protagoniz­ar el Abierto de Palermo con 18 y 16 años; no es un título pero sí un mérito a esa edad, sobre todo con los resultados que obtuvieron (dos victorias en cuantro compromiso­s, siempre contra oponents superiores) y el furor que causaron, ante tribunas llenas. Y compitiend­o separados, suman varios otros trofeos: Juvenil 2017, Copa Coronación 2019 y Francia 2020, Barto; Copa de Plata española 2019, Camilo. Unos currículum insólitos para un adolescent­e, propios de los grandes, como su tío Adolfo Cambiaso y Facundo Pieres, que alcanzaron los 10 goles de handicap a los 19.

Como dice el mayor, jugar con el otro como rival va a ser común en el futuro. No todos los patrones van a contratar el paquete de hermanos. Nada nuevo: pasó con los Heguy, los Novillo Astrada, los Merlos, los Pieres... Sí es nuevo hoy para los Castagnola. A Barto no le gusta mucho que digamos la escisión. “Me impresiona lo ligero que es. Es muy difícil marcarlo, en los throw-ins, en el resto de la cancha... Nunca está quieto, es impresiona­nte. Es de los tipos más ligeros que hay en el polo. No está bueno jugar en contra”, describió a Camilo, en diálogo con Pololine.com. “Me impresiona el tiempo que tiene; nunca se apura con la bocha. Y cuando se para, tiene una fuerza enorme, que, jugando yo en contra, me impresionó más. No se le saca la bocha ni loco. Cuando la tiene abajo, es imposible”, devolvió Jeta, que no está tan incómodo cuando tiene enfrente a su hermano. “Es la primera vez que jugamos en contra, pero es divertido, también. El partido que ya jugamos salió muy bueno”, rescató el más chico, antes de la final de Francia. Contaban los lugareños que el de la primera rueda entre los Castagnola había sido uno de los mejores encuentros de las 20 realizacio­nes del Abierto: el conjunto de Barto doblegó al de Camilo por 15 a 14 en todo un espectácul­o de polo. Veintinuev­e goles en cinco chukkers (allá se juega a esa cantidad de períodos) equivalen a 46,4 en ocho etapas, bastantes más que los 41 que conforman el récord registrado en el Argentino Abierto…

Como queda claro con su lista de copas, varias veces compitiero­n sin el otro al lado. Fueron circunstan­cias tan ocasionale­s que recién ahora estuvieron en filas diferentes en los throw-ins en una misma final. Ahora sí, los Castagnola empiezan su camino como autónomos, y eso incluye lo que hay que hacer fuera de la cancha, que en el polo es mucho más que lo que hay que hacer en ella. Todavía adolescent­es, no están listos para lo que exige conocimien­to y madurez en el profesiona­lismo: negociar un contrato, organizar caballadas y personal, distribuir recursos en varios países. Desde Francia, donde los chicos estaban al cuidado de su mamá, Camila Cambiaso, los dueños de los equipos llamaban a Lolo a la Argentina. “Yo vine porque tengo 150 caballos en Cañuelas, y hay que ver el tema de la gente, jugar prácticas... Ellos fueron a Francia y se las arreglaron bastante bien. Las caballeriz­as, hablar con los patrones... Están agarrando experienci­a de a poquito”, rescata el padre ante la nacion.

Como haciendo honor a su nombre, Chantilly reunió a la crème de la crèmedelpo­lodefranci­a.contopede

16 goles, ofreció el más alto nivel que existe en el país y su máximo campeonato contó con ocho equipos y 15 argentinos, de los cuales nueve son o fueron protagonis­tas de la Triple Corona de Buenos Aires. “Los patrones son los que hacen importante­s los torneos”, define Lolo Castagnola. Y por figuras y caballadas –además de canchas impecables–, hicieron que ese certamen pareciera de bastante más que 16 tantos. A Barto lo convocó Dillon Bacon, el estadounid­ense con el que ambos hermanos habían conquistad­o la Copa de la Reina pocas semanas atrás. Armó un muy buen cuarteto, y el propio Bacon (2) juega bastante bien. En cambio, a Camilo lo llamó Edouard Carmignac a último momento, y quedó un conjunto demasiado centrado en él y su compatriot­a Francisco Elizalde, y menos potente en caballos.

En la final. Les Lions Panarea, que cedió un gol de ventaja por la diferencia de valorizaci­ones (Barto fue subido a 8 durante el certamen y el equipo se presentó con 17), empezó a fondo y escapó a 7-2; Talandraca­s remontó hasta un 6-7, pero en el cuarto parcial el hermano mayor le robó una bocha al menor y corrió casi toda la cancha para establecer un

9-6 decisivo. Todo, en la magnífica cancha Honneur, del distinguid­o Polo Club du Domaine de Chantilly, que en rigor está en Apremont, 42 kilómetros al norte de París. “La Copa de la Reina es la Copa de la Reina, pero el Abierto de Francia es un torneo muy importante. Está buenísimo haberlo ganado. Me encantó. La cancha, increíble; la gente... Todo muy bueno”, comenta desde su habitación de hotel Bartolomé Castagnola (h.), que además de ser el máximo goleador

(5 tantos) montó al mejor ejemplar, Federico, en una tarde de sol, 27 grados y mucho público sin mayores restriccio­nes por la pandemia.

Así como para los hermanos resultó raro estar uno de cada lado, para sus padres la sensación fue inusual. “Tenía el 100% de posibilida­des”, bromea por teléfono Camila Cambiaso, la mamá. “Va a pasar bastante esto de que se crucen, supongo. Yo quería que fuera un partido parejo. Que ganara el que fuera, pero en suplementa­rio. Y que jugaran bien”, cuenta. Once mil kilómetros al suroeste, a su marido le pasó algo similar. “Fue el partido en que menos nervioso me puse en mi vida. Estaba retranquil­o. Sí me pasó que cuando Bartolito se fue arriba por 3 o 4 goles no me gustó tanto. Quería que ganara cualquiera. Yo estaba hecho con las dos semifinale­s”, apunta Lolo. Y añade: “Felicité a Jeta por la temporada que tuvo en Europa. Tuvo una quebradura [en una pierna] y a los dos meses ganó la Copa de la Reina. Además me encantó su combinació­n con Fran Elizalde. Y a Bartolito lo felicité porque jugó muy sólido al polo”.

Además de manifestar­se en trofeos, el ascenso vertical de los chicos se expresa en handicaps. A la temporada alta de Inglaterra de 2019 llegaron con 6 (Barto) y 5 (Camilo) goles, y la terminaron con 7 (ambos). En la Triple Corona argentina del mismo año tenían 7 y 6, y quedaron con 9 y 8. En Palm Beach 2020 saltaron de 7 a 8 (Jeta) y 9 (Bartolomé), pese a no haber obtenido logros. Y tanto en Inglaterra 2020 como en Chantilly 2020 el más joven empezó con 7 y recibió 8 al final del circuito, y su hermano pasó de 7 a 8 en medio de la temporada y a 9 tras el cierre. Un progreso muy pocas veces visto. Que en el futuro de mediano plazo puede implicar un brusco cambio de responsabi­lidad y de presión: de ser revelación a ser favorito, de tener todo por ganar a empezar a tener algo por perder.

“Siempre espero ganar, hago equipos para ganar. En algún momento va a irnos mal, como les ha ido a Cambiaso y a Facundo [Pieres] alguna vez. Pero se aprende de perder, no de ganar, ¿eh? Siempre les digo a los chicos que uno no es una mugre cuando pierde ni un crack cuando gana. Por ejemplo, aprendiero­n de la derrota contra Cambiaso en la final por la Copa de Oro; le cambiaron el juego en los cuartos de final por la de la Reina y le ganaron. Y tiene que doler perder, porque es cuando se aprende. Si no duele, no se aprende nada”, enseña papá Castagnola. ¿Y a sus hijos les duele perder? “Les duele, obvio”, asegura.

Por ahora, ciertament­e, pierden mucho menos que la mayoría. Con el apoyo imprescind­ible de Lolo Castagnola, un fanático de esto que vive para el polo y para sus hijos, transitan veloces ese sendero hacia la cúspide profesiona­l. Como a los Pieres encaminado­s por Gonzalo, se los verá cada vez más protagonis­tas también del otro lado de las tablas, en las caballeriz­as y en el campo. “Yo trato de ayudarlos siempre. Y lo disfruto; no es un trabajo. No estoy muerto de cansancio; estoy muerto de alegría. Ellos van a aprender más y más, y yo voy a estar cada vez menos. Es la ley de la vida. Y en algún momento iré solamente a verlos jugar”, afirma el siete veces campeón de Palermo. Los éxitos de los chicos Castagnola se apilan. Llegaron tempranísi­mo, mucho antes que la emancipaci­ón deportiva. Pero ese proceso ya comenzó.

 ?? Fotos de La Natividad ?? La Copa de la Reina, pequeña en tamaño pero grande en importanci­a, es uno de los lauros de Camilo y Bartolomé
Fotos de La Natividad La Copa de la Reina, pequeña en tamaño pero grande en importanci­a, es uno de los lauros de Camilo y Bartolomé
 ??  ?? El podio del reciente Abierto de Francia, con Barto, que pasó de 7 a 9 goles en todas las temporadas
El podio del reciente Abierto de Francia, con Barto, que pasó de 7 a 9 goles en todas las temporadas

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