Patoruzú, el máximo héroe nacional de la historieta argentina
De la inspiración y el trazo exquisito de la pluma de Dante Quinterno nació Patoruzú, el máximo héroe nacional surgido del humor gráfico y la historieta en la Argentina. Aquel indio de poncho, pluma y nariz imponente que apareció por primera vez en un cuadrito en 1928 fue estilizando sus rasgos y con el tiempo se convirtió en un modelo de conducta e integridad para varias generaciones. Quinterno, lo más parecido a Walt Disney que conoció nuestro país, veía a Patoruzú como la representación más precisa de una serie de virtudes: el valor, la caballerosidad, el deseo de justicia. Así lo describió: “Es el hombre perfecto dentro de la imperfección humana. Configura el ser ideal que todos quisiéramos ser. Es puro, simple y sencillo. Sobrio, estoico, buen creyente y, aunque seguro de sí mismo, sumamente modesto”. Rasgos que asoman en el personaje desde pequeño en su versión más ingenua y familiar, la de Patoruzito, cuyas historietas siempre fueron tan populares como las aventuras del personaje adulto. En aquellas “correrías” se fueron forjando las virtudes del futuro héroe aborigen, acompañado por el equivalente infantil del inefable Isidoro Cañones y otros personajes característicos como Upa, la Chacha y el capataz Ñancul. En 2004, un largometraje de animación hecho en nuestro país logró atrapar con la ayuda de la tecnología digital los rasgos más típicos del personaje en una aventura sencilla, con cuadros musicales y espíritu muy didáctico. Sin demasiada complejidad allí aparecen expuestos los principales valores representados por el personaje. Disponible en Flow