El Gobierno calificó la marcha de “irracional” y descartó los reclamos de los manifestantes
Hubo críticas oficiales a las consignas de la protesta y se defendió la gestión de la pandemia; “fomenta la grieta”, dijo Alberto Fernández
El Gobierno calificó a la movilización opositora de ayer de “irracional”, cargó la responsabilidad sobre los sectores duros de Juntos por el Cambio y descartó de plano todos los reclamos, que tuvieron como principales banderas “la defensa de la Justicia”, “contra la impunidad” y para terminar con “la cuarentena eterna”.
Si bien en la Casa Rosada reconocieron que fue una protesta “importante”, también intentaron relativizarla. Según los números que relevó la Policía Federal, en el Obelisco, la caravana de automóviles que se congregó fue de unos 7000 vehículos. “En total no eran más de 30.000 personas”, describieron fuentes oficiales. Otro de los rasgos que tuvo, según uno de los principales asesores del Presidente, es que fue “más agresiva”.
“Hasta [Elisa] Carrió se despegó”, explicaron desde la Casa Rosada. Es que la exdiputada, una de las referentes de Juntos por el Cambio, sostuvo ayer que no convocaba a la marcha. “El que se radicalice está jugando en contra de la Argentina, ya sea por derecha o por izquierda”, manifestó.
En el Gobierno también llamaron la atención las demandas, como la polémica alrededor de la intención del oficialismo de trasladar a los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli o las quejas por la falta de libertades por la cuarentena. “Reclaman justicia cuando está actuando la Corte. La pandemia es un problema mundial, mirá lo que pasa en Francia o España. No vemos nada que planteen que sea serio”, sintetizaron fuentes oficiales.
Hubo también una cerrada defensa de la vicepresidenta Cristina Kirchner por la publicación de su domicilio, uno de los puntos de la convocatoria. “Fue más de lo mismo. Lo que fomentan es odio y locura”, dijo uno de los hombres de confianza del presidente Alberto Fernández, que pasó todo el día en la quinta presidencial de Olivos, otro de los focos más visibles de la protesta contra el Gobierno.
El primero en marcar la posición oficial fue el ministro de Defensa, Agustín Rossi. “Dejaron un país quebrado, endeudado, con alta inflación. Perdieron las elecciones. La primera vez que un presidente no es reelecto, ni siquiera pudo pasar a segunda vuelta. Sin embargo, hace seis meses que salen de caravana, insultan, agreden y no se hacen cargo de nada”, lanzó el funcionario contra la oposición.
Uno de los temas que generaron mucho malestar en el Gobierno fue la publicación de la dirección de la expresidenta. Por esto, Rossi acusó al expresidente Mauricio Macri; a la presidenta de Pro, Patricia Bullrich; a Clarín, y al diario la nacion. “Hoy, además, convocan frente a la casa de Cristina Kirchner. Cobardes y canallas. Son los que quieren socavar a nuestro gobierno. La derecha va a elecciones, pierde y quiere obtener el poder por otros medios”, acusó el ministro, cuya intervención en redes sociales también compartió el Presidente.
Un rato después, el jefe del Estado dejó asentada su posición. “Disentir con un gobierno es parte de la democracia. Movilizarse, aun con el riesgo que implica en una pandemia, también”, escribió en twitter Fernández. Y añadió: “Pero promover una convocatoria a una protesta en el domicilio de una persona solo fomenta la grieta y daña esa convivencia democrática”.
Siguieron con la misma lógica el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; los ministros Marcela Losardo (Justicia) y Gabriel Katopodis (Obras Públicas), y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello.