El BCRA vendió US$3100 millones desde el canje sin frenar la incertidumbre
Es el saldo obtenido en las 45 ruedas posteriores al anuncio hasta el martes 6 de octubre; en 40 de ellas debió vender
El Banco Central (BCRA) sacrificó unos US$3100 millones de sus reservas en intervenciones sobre el mercado cambiario desde el pasado 4 de agosto, cuando el Gobierno informó que había logrado un acuerdo con los bonistas externos que le permitió lograr un exitoso canje de deuda en moneda extranjera emitida en el exterior (y en el país un mes después).
La cifra surge del saldo obtenido en las 45 ruedas posteriores a ese anuncio, considerando que los datos oficiales están actualizados hasta el martes 6 de octubre: en 40 de ellas debió vender (hasta US$241 millones, como el primer día hábil de septiembre), mientras dos las cerró con saldo neutro y en apenas tres obtuvo un balance positivo, aunque magro, ya que, en total, solo alcanzó los US$50 millones.
El anuncio del acuerdo por la deuda, que le descongestiona notablemente los compromisos de pago a la Argentina por varios años, era la principal apuesta oficial por conseguir un anclaje de las expectativas económicas que ayudara a descomprimir las tensiones de mercado.
Pero esa apuesta fue fallida, tal como lo admitió ahora el presidente Alberto Fernández en la entrevista con El Cohete a la Luna, el portal que dirige Horacio Verbitsky. “Traté de poner un ancla para que dejen de salir dólares, pero no fui muy exitoso”, admitió el mandatario, que consideró que el mercado cambiario “está muy desordenado y debemos ordenarlo” y dijo que la última palabra al respecto la tendrá el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Fernández habló de la necesidad de “ordenar” el mercado y planteó la posibilidad de hacerlo “en un programa con el FMI” por su repercusión en la “cuestión fiscal”. Pero ese paso no sería inmediato.
El equipo del FMI que pasó la semana pasada por Buenos Aires dejó en claro que los encuentros seguirán “a mediados de noviembre para iniciar discusiones sobre un nuevo programa”. Ese plazo puede ser demasiado, dada la endeble posición neta de reservas del BCRA si el plan oficial que buscaba acercar oferta privada de dólares (con una baja temporal de las retenciones) sigue sin lograr respuesta.
En especial, porque la crisis de reservas se retroalimenta al impactar sobre la brecha cambiaria, la tasa de riesgo país (cerca de 1400 puntos y sube 38% tras la renegociación de la deuda) y acelerar el retiro de depósitos en dólares de los bancos, un stock que se contrajo 10% (cayó en más de US$1700 millones) desde mediados de septiembre.
“Para encontrar niveles similares de la brecha cambiaria en relación con el dólar blue hay que remontarse hasta junio de 1989, cuando la Argentina sufrió la última hiperinflación. Como antecedente no es grato”, explicó el economista y consultor Fernando Marrulmarrul observó que hay un dato que se repite en las últimas décadas: “Los picos en la brecha cambiaria se dieron cuando había control de capitales y el déficit fiscal ese año era muy grande”, señalando condiciones que se verifican en la actualidad.
La consultora GMA Capital recordó que la señal que el Gobierno quiso dar con la emisión de un bono en pesos ajustable por la variación del dólar, para aprovechar la “gran demanda por productos de cobertura”, tampoco trajo resultados.
“El nuevo bono dollar-linked demostró rápidamente que puede convertirse en un instrumento de referencia para el mercado, ya que en las primeras ruedas mostró gran volumen y se movió al alza. Pero esa emisión trajo consigo también una promesa implícita de no devaluar el peso, ya que el Tesoro sería la principal víctima en caso de una disparada del dólar. Pero la señal no llevó confianza a los inversores”, apuntó.
Las miradas del mercado están puestas ahora en la reunión que el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) mantendrá mañana por primera vez con el ministro Guzmán como principal interlocutor. Labregando por lograr una ley que dé previsibilidad al sector agroindustrial, que se comprometería a aumentar sustancialmente su producción si en paralelo el Gobierno acepta una baja gradual en los derechos de exportación.