La Unión Europea aprueba nuevas medidas para la circulación en el bloque
Se realizará un monitoreo de los países miembros con cuatro colores en función del nivel de riesgo; realizarán hisopados y se impondrán cuarentenas
PARÍS.– Sometida a una inquietante progresión del Covid-19, la Unión Europea (UE) adoptó ayer criterios comunes para los viajes dentro del bloque, con el objetivo de poner fin a la cacofonía provocada por la pandemia. Las recomendaciones, que no son obligatorias, crean una cartografía común para definir zonas de riesgo.
El texto, aprobado por los cancilleres de los 27 países reunidos en Luxemburgo, prevé que el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDE) publique cada semana un gráfico sobre la situación de conjunto de los países de la UE con un código de colores en función del nivel de riesgo de una zona determinada: verde, naranja y rojo.
Esas zonas estarán definidas teniendo en cuenta el número de casos notificados por 100.000 habitantes en los últimos 14 días y la tasa de positividad de los tests practicados. Un cuarto color (gris) fue previsto para aquellas zonas donde no existan datos suficientes o cuando la cantidad de hisopados por 100.000 habitantes sea considerada demasiado débil. Según la recomendación, los viajeros que provengan de una zona naranja, roja o gris pueden ser sometidos a un test o a una cuarentena. No así los que lleguen de una zona verde.
En principio, los Estados miembros del bloque no pueden negar la entrada a los viajeros provenientes de otro país de la UE. Sin embargo, en la actualidad hay excepciones. Hungría, por ejemplo. Aunque no aplique la medida a los ciudadanos checos, polacos y eslovacos.
El texto prevé que los resultados de los hisopados deben ser reconocidos mutuamente por los 27 países miembros, establece excepciones de cuarentena para viajeros que ejerzan funciones esenciales y la creación de un formulario europeo único para todos los viajeros.
Asimismo, cuando un país prevea aplicar medidas restrictivas para ciudadanos provenientes de una zona de riesgo, tendrá la obligación de informar al Estado miembro concernido, si es posible, 48 horas antes de su entrada en vigor. El público, por su parte, deberá ser informado con 24 horas de anticipación.
Acogido con entusiasmo por la mayoría, el texto no recibió el apoyo de muchos países miembros, que se abstuvieron de adherir. Fue el caso de Luxemburgo, cuyo representante, Jean Asselborn, estimó que el documento debía ser “completado y profundizado”, agregando, por ejemplo, el número de tests, los resultados, la tasa de mortalidad, la situación en los hospitales y el número de camas en terapia intensiva.
Por el contrario, el secretario de Asuntos Europeos de Francia, Clément Beaune, se congratuló de la iniciativa, calificándola de “avance esencial en un terreno que fue frecuentemente librado a iniciativas nacionales aisladas y no cooperativas”. En efecto, desde que comenzó la pandemia, cada país del bloque aplicó sus propias restricciones y libertades de circulación, muchas veces sin siquiera prevenir a sus vecinos, provocando desorientación, desorden y hasta frecuentes incidentes diplomáticos.
La UE registró más de 6,5 millones de casos de Covid-19 y más de 240.000 muertos. Con la llegada de los primeros fríos, el bloque es escenario de una reactivación de la pandemia que todos los países intentan frenar endureciendo las medidas de restricción: limitación de contactos, cierre de bares y restaurantes, toque de queda y confinamientos locales.