Fuerte rechazo de la SIP al intento del Gobierno de regular a la prensa
Dijo que el Observatorio tiene “un oscuro propósito” y se “entromete en los contenidos”
Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) rechazó la creación de un observatorio de medios gubernamental en la Argentina y dijo que la iniciativa tiene el “oscuro propósito de un gobierno para regular a los medios y entrometerse en los contenidos”. Transmitió su sorpresa, además, porque un tema tan relevante para la sociedad y la democracia “no haya tenido el necesario debate público”.
El organismo cuestionó la creación del Observatorio de la Des informacióny la violencia simbólica en Medios y Plataformas Digitales (Nodio), anunciado por la defensora del público, Miriam Lewin, en un panel integrado por funcionarios nacionales, con el objetivo de crear espacios para “reflexionar” sobre “prácticas responsables en busca de un periodismo de alta calidad” y debatir “sobre los aspectos éticos del ejercicio de la libertad de expresión en internet”.
El propio presidente de la SIP, Christopher Barnes, respondió a la polémica iniciativa. “Lamentamos que, una vez más, un gobierno argentino, como en épocas anteriores, busque juzgar la conducta y los criterios editoriales de los medios, decidiendo qué es bueno o malo para la sociedad”.
Además, el titular de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Robert Rock, expresó que “los observatorios creados para monitorear y discutir temas de libertad de expresión han terminado por ser el primer paso con el oscuro propósito de un gobierno para regular a los medios y entrometerse en los contenidos”.
Y añadió: “Sin dudas, pronto emdo pezaremos a ver cómo el Gobierno tratará de justificar nuevas regulaciones que coartarán la libertad de prensa y expresión”.
La SIP se sumó a las críticas de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), que advirtió que “monitorear el pensamiento no favorece la libertad de expresión”.
“Como ha señalado ADEPA respecto de proyectos similares que tuvieron lugar en la década pasada, la instauración de este tipo de órganos de vigilancia desde el Estado conlleva un riesgo cierto de que sean utilizados como un método sutil de disciplinamiento o represalia por motivaciones ajenas a los principios que dicen promover”, señaló el organismo, al recordar otras iniciativas de gobiernos anteriores, como el intento de imponer códigos de ética obligatorios en los medios.