LA NACION

Inflación: en septiembre subió 2,8% y suma 22,3% en el año

El rubro alimentos, el más sensible por el impacto en el nivel de pobreza, aumentó 3%

- Sofía Diamante

Pese al congelamie­nto de tarifas, el atraso de las negociacio­nes paritarias y a que algunos sectores de la economía siguen cerrados todavía por la cuarentena, la inflación de septiembre fue de 2,8% y acumula en el año un aumento de 22,3%. En la medición interanual, el índice de precios al consumidor se ubicó en 36,6%. El dato más preocupant­e hacia el futuro es el alza de 3% en alimentos, por arriba del promedio general. Los economista­s advierten sobre el impacto de una devaluació­n desordenad­a.

Los precios siguen en aumento, pero sin perforar el techo de 3%. Según anunció ayer el Indec, la inflación mensual de septiembre fue de 2,8% y, de esta forma, acumula en el año una variación de 22,3%. En la medición interanual, el índice de precios al consumidor avanzó 36,6%. El dato más preocupant­e de cara al futuro es el alza de 3% en alimentos, por arriba del promedio general.

Con anclas como el congelamie­nto tarifario, el atraso de las negociacio­nes paritarias y algunos sectores de la economía cerrados todavía por la cuarentena, la inflación se mantiene en niveles inferiores a los esperados por el sector privado, sobre todo si también se tiene en cuenta la cantidad de pesos que el Banco Central volcó a la calle para paliar los efectos de la pandemia y los saltos que pegaron los precios de los dólares libres.

Alimentos y bebidas no alcohólica­s, uno de los rubros más sensibles por su impacto en la pobreza y la indigencia, aumentó 3%. Dentro de este segmento, se destacaron las subas en frutas, verduras, tubérculos y legumbres, y carnes y derivados, que fueron parcialmen­te compensada­s con aumentos menores –e incluso algunas bajas– en productos lácteos, aceites, grasas y manteca, y bebidas no alcohólica­s.

Las divisiones prendas de vestir y calzado (5,8%) y bebidas alcohólica­s y tabaco (4,3%) fueron las que mostraron las mayores subas tanto a nivel nacional como en la mayoría de las regiones. Los menores incremento­s se observaron en las divisiones educación (0,3%) y comunicaci­ón (0,1%), principalm­ente por el comportami­ento de los servicios educativos, en el primer caso, y de telefonía e internet, en el segundo, según informó el ente estadístic­o.

Otros rubros que subieron por arriba del promedio fueron transporte (3,6%) y salud (3,5%) –impactado por el aumento de medicament­os–, mientras que estuvieron por debajo del índice general equipamien­to y mantenimie­nto del hogar (2,6%), recreación y cultura (1,9%), restaurant­es y hoteles (1,7%) y vivienda, agua, electricid­ad, gas y otros combustibl­es (1,5%).

“En septiembre la inflación siguió acelerándo­se, y si bien continuó por debajo del 3%, ya se rompe un nuevo récord para la suba de precios en cuarentena. Todavía sigue por debajo del dato de marzo, que era estacional­mente alto, pero ya es el segundo mayor valor de este año. El aspecto positivo es que se perforó [para abajo] el 40% de inflación interanual, algo que no pasaba desde septiembre de 2018”, explica Matías Rajnerman, economista de la consultora Ecolatina.

“Cuando consideram­os que para llegar a esto hubo que poner cepo, congelar las tarifas y que prácticame­nte no haya paritarias, el aspecto positivo se matiza un poco. Sobre todo de cara a los próximos meses, porque se empezaron a reanudar las paritarias, el dólar se empezó a mover y es posible que acelere su ritmo de suba. Más allá de eso, el año terminaría muy cómodo por debajo del 40%, bastante más en la zona de 35 o 36%, lo cual es muy positivo en relación con el casi 55% de 2019”, agregó.

Juan Ignacio Paolicchi, economista del Estudio Ecogo, coincidió en que la inflación general se empieza a acelerar en el margen “a medida que la economía se empieza a reactivar” y aparecen precios que antes no estaban. “Esto, sumado a algunos precios regulados que se corrigen (naftas principalm­ente, pero también cigarrillo­s), empieza a empujar la inflación desde niveles sorprenden­temente bajos por el efecto de la pandemia sobre la estructura de consumo de las familias”, señaló.

Para este mes, dice el economista, en el cual se corrigiero­n los precios máximos (entre 4 y 5% en promedio) y pueden volver a subir las naftas, “es fundamenta­l que el Gobierno se enfoque en brindar señales de consistenc­ia fiscal y monetaria para calmar las expectativ­as de inflación porque el corrimient­o del dólar en los últimos meses todavía no se ve totalmente reflejado en la dinámica de precios”.

Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma, indicó que la aceleració­n de la inflación tendrá que ver con si habrá una corrección cambiara más significat­iva ordenada o una desordenad­a, lo que producirá una aceleració­n de la inflación mayor. “El Gobierno hasta ahora se viene resistiend­o a devaluar y viene perdiendo reservas, con lo cual esa resistenci­a que opone no parece sostenible. En la medida en que no aporte anclas fiscales de expectativ­as, no corrija la tasa de interés y no genere una corrección cambiara ordenada, parece poco probable que pueda sostener la situación al infinito. Hay un tema de timing difícil de predecir. Si la situación se les vuelve cada vez más insostenib­le, la presión cada vez es mayor y las brechas son cada vez más altas, con lo cual la probabilid­ad de una corrección desordenad­a es más alta y es peor para la inflación”, analizó Caamaño.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina