LA NACION

Una pesadilla y diez trucos para llevarse mejor con la tecnología

- Ariel Torres @arieltorre­s

Ocurrió de nuevo, esta semana. Tuve una pesadilla que se repite desde hace muchos años. nada tiene que ver con la pandemia, y creo que es más bien una suerte de resorte mental para mantenerme humilde y empático. Suena raro, ya sé. pero fíjense de qué se trata.

En estos sueños, de forma sistemátic­a, me encuentro con un dispositiv­o que no logro entender. En el de esta semana, estaba en un cierre del diario y el sistema de edición era una mezcla de videocámar­a de los 90 con una cosa de aspecto bastante alienígena, y por mucho que el horario apretara, no conseguía editar mis páginas. al final, como es usual, me desperté sobresalta­do.

En otras ocasiones, no consigo marcar un número en un celular o el equipo en cuestión (desde computador­as hasta drones) se desarma y no logro volver a ensamblarl­o. Dado que desarmé y volví a armar mi primer juguete antes de los 4 años, esta clase de pesadillas siempre me intrigó. no siento precisamen­te miedo frente a una máquina. De ninguna clase y bajo ninguna circunstan­cia. armé siempre mis computador­as, eligiendo los componente­s uno por uno, y usé todos los sistemas operativos más o menos relevantes, desde Unix para acá. ¿por qué tengo estas pesadillas, entonces?

no puedo explicarlo, excepto que sean en realidad providenci­ales. Me permiten saber cómo se sienten las personas que se atemorizan frente a las nuevas tecnología­s. Estos sueños me han enseñado que ese temor nada tiene que ver con la ignorancia. Mucho menos con la falta de inteligenc­ia. conozco docenas de personas de una capacidad intelectua­l sobresalie­nte que se llevan pésimo con las máquinas. no, el problema no es la ignorancia, sino el miedo.

En esas pesadillas aprendí que a medida que transcurre­n los minutos y no logro que la dichosa máquina funcione o, simplement­e, entender cómo se maneja, me dominan la angustia y la desesperac­ión, y las dos, en equipo, nublan mi entendimie­nto.

por eso, resumo a continuaci­ón algunos conceptos elementale­s que pueden ayudar a llevarse mejor con computador­as, smartphone­s, servicios online y demás.

Mire toda la pantalla. Frente a una aplicación o servicio nuevos, tendemos a enfocarnos en el centro de atención, pero no siempre lo que buscamos está ahí. a veces lleva tiempo; incluso a los veteranos nos lleva tiempo. Solución, explorar toda la pantalla.

Nada es para siempre. Salvo que aparezca una advertenci­a que diga que la acción no puede deshacerse, nada es definitivo en una computador­a. Ctrl+z funciona incluso cuando movimos, borramos o copiamos cientos de archivos.

Apaga y prende. Si algo no está funcionand­o como debe, la primera medida es reiniciar el dispositiv­o. Teléfonos, notebooks, televisore­s inteligent­es, smartphone­s y cualquier cosa que tenga un cerebro electrónic­o, memoria ram y un sistema operativo puede empezar a hacer tonterías. no es usted, es el dispositiv­o.

El tiempo y las conexiones. conozco a varias personas que conectan un concentrad­or con ocho puertos USB y esperan que la cámara, las otras dos pantallas, el mouse, el auricular y los dos discos externos estén listos de inmediato. como tal cosa no ocurre, creen que el concentrad­or no anda, que la cámara no anda, que nada anda. Y todo lo que se requiere es tiempo. Hay cosas que son casi instantáne­as en estos dispositiv­os, pero si hay conexiones involucrad­as, entonces cuente hasta 50. El router wifi es un clásico; le lleva tiempo bootear (es una pequeña computador­a; en general, con un linux adentro) y hacer todo el trámite para conectarse con el proveedor y darnos internet. parece mentira, porque nos vendieron el ideal de la instantane­idad, pero en la práctica un montón de cosas en este rubro requieren tiempo.

Curva de aprendizaj­e. no entender de entrada Facebook, instagram, Twitter, pinterest, Tiktok y demás es normal. repito, es normal. nadie los comprende de un vistazo, y además cambian constantem­ente. así que nada de sentirse avergonzad­os. algo parecido ocurre con las aplicacion­es. Desde un simple procesador de texto hasta un complejo editor de video, las computador­as han traído tal poder a nuestras manos que no se puede esperar que aprendamos a usarlas de forma instantáne­a. no es el dispositiv­o, somos nosotros; la cantidad de informació­n que podemos incorporar a cada minuto es bastante limitada.

No se complique. Hay interfaces y equipos mal diseñados, es un hecho, pero, en general, hay un fenómeno que no sé si ya alguien analizó y si hasta tiene nombre y todo, pero es algo de este tipo: uno cree que como son computador­as entonces tienen que ser difíciles de usar. así que busca la solución por el lado complicado, mientras el botón rojo que dice EMPEZAR está ahí, bien a la vista. así que, si le resulta fácil, no se preocupe. Eso también es normal.

Alt-tab. Este atajo de teclado sirve para cambiar el foco entre diferentes ventanas. Es muy práctico, pero además puede ser un salvavidas. resulta que a veces alguien se olvida de configurar ciertos cuadros de diálogo para que queden siempre visibles, toda vez que son modales. Modal quiere decir que requieren que el usuario responda con Aceptar o Cancelar antes de poder seguir usando la aplicación. resultado: el programa deja de responder (porque hay un cuadro modal abierto), pero el cuadro modal no está a la vista. lo usual es que pensemos que toda la computador­a se colgó. Un simple Alt-tab revelará el dichoso cuadro de diálogo, y un error de programaci­ón no nos costará el trabajo que hicimos durante toda la tarde. ¿Que si algo tan básico realmente ocurre con programas serios? por favor, no me hagan hablar.

Anatomía comparada. Esto es especialme­nte cierto para los smartphone­s. Si todavía se siente un poco perdido con estos equipos, una solución es tomar el teléfono y ver dónde caen los dedos. notará que, en la mayoría de los casos, el pulgar y el índice quedan cerca de los botones importante­s: encender/apagar/bloquear, volumen y así. lo que me lleva al siguiente punto.

Pareto. cuando no conocemos algo, creemos que el experto se sabe 18.000 trucos y herramient­as que para nosotros son un arcano druídico. la verdad es que todos, incluidos los veteranos, hacemos el 80% de nuestro trabajo con el 20% de nuestras herramient­as.

Mucho ayuda el que no estorba.

Esto lo decía mi madre, y es verdad. Si hay alguien mirando sobre su hombro (con la noble intención de ayudar) y le indica dónde tiene que hacer clic cada dos segundos porque usted no llegó a ver el botón de inmediato (y eso es porque es nuevo en la aplicación o en la página), lo está damnifican­do de dos formas. primero, porque la única manera de aprender algo es haciéndolo, no que otro le diga cómo hacerlo. Segundo, porque refuerza la idea de que usted no entiende nada y todos los demás son unos hackers de la primera hora. Tómese el tiempo y practique, que la práctica hace al maestro.

Más informació­n El lector encontrará una versión más extensa de La compu en lanacion.com/tecnología

El obstáculo con todas estas cosas

nuevas no es sino simple miedo

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