Dos retiros y una ovación en la política uruguaya
Compartieron salmón rosado con Hugo Yasky y Eduardo Valdés
MONTEVIDEO (De nuestro corresponsal).– Los expresidentes de Uruguay José Mujica y Julio María Sanguinetti abandonaron ayer sus bancas en el Senado en una emotiva última sesión en la que pusieron punto final a sus dilatadas trayectorias en la función pública. Ambos exmandatarios, de 85 y 84 años, respectivamente, hicieron coincidir su retiro de la Cámara alta y recibieron la ovación de ese cuerpo legislativo.
Horas después de que la fórmula del Movimiento al Socialismo (MAS) se impusiera en las elecciones de Bolivia, Alberto Fernández contactó al diputado oficialista Eduardo Valdés y le encomendó que organizara una cena con Evo Morales, que está asilado en Buenos Aires desde fines del año pasado. Anteanoche, finalmente, el Presidente recibió durante dos horas y media al exmandatario boliviano en la quinta de Olivos. Intercambiaron anécdotas y elogios, y celebraron el resultado de los comicios.
En un apoyo sin matices, Fernández le dijo a Morales que intentará escoltarlo en su salida de la Argentina, probablemente vía Jujuy. De la comida, además de Valdés, también participó el líder de una de las vertientes de la CTA, Hugo Yasky, que mantiene una vieja amistad con Morales. Comieron salmón rosado con vino, se tomaron una foto y no utilizaron barbijos.
A diferencia de lo que ocurrió con Venezuela, en el caso de Bolivia hay un posicionamiento homogéneo en el oficialismo. Con bajo perfil, un grupo de dirigentes del kirchnerismo conformó junto con referentes de Paraguay, Chile, Uruguay, Brasil y Ecuador un “grupo de hermandad latinoamericana” que no tiene una entidad formal, pero que se viene encontrando todos los domingos vía Zoom para apoyar a los líderes de izquierda de la región.
Según informaron los voceros del MAS en un comunicado, en Olivos Morales le agradeció a Fernández “el apoyo del Estado y el pueblo de la Argentina”, a la vez que “evocó a Néstor Kirchner por su amistad y respaldo al proceso de cambio en Bolivia” y “expresó su afecto y gratitud a Cristina Kirchner”.
Además, de acuerdo con el comunicado, “Morales agradeció a través de Yasky a todas las organizaciones sindicales y movimientos sociales, por su solidaridad con el pueblo boliviano en el camino de la construcción de una Patria Grande”. Morales y el líder de la CTA tienen una vieja amistad, al punto de que en la comida recordaron un viaje que hicieron años atrás a Jujuy para que el expresidente se reencontrara con una maestra de la primaria.
Según reconstruyó la nacion, Morales le describió a Fernández cómo construyó su estabilidad y sus alianzas en el poder. “Relató cómo fue su relación con Álvaro García Linera, que luego sería su compañero de fórmula y lo acompañaría en el gobierno. También contó cómo conoció a Luis Arce y David Choquehuanca, que con un perfil muy distinto al de Evo fueron sus ministros de Finanzas y canciller, respectivamente, y hoy integraron la fórmula que ganó en Bolivia”, dijo un testigo del encuentro.
El triunfo del MAS pavimenta el camino para que Morales pueda regresar a su país en las próximas semanas. Días antes de asumir la presidencia en diciembre pasado, Fernández había intervenido para que Morales pudiera salir de Bolivia y viajar a México, el primer lugar en el que se asiló tras su salida del poder. El expresidente aterrizó en Ezeiza un día después de la asunción del Frente de Todos e inmediatamente obtuvo los trámites para ser reconocido como refugiado político.