LA NACION

El teatro hoy. ¿Telón abierto o telón cerrado?, esa es la cuestión

Marchas y contramarc­has de una semana agitada en la que la comunidad teatral hizo su rebelión virtual para lograr un acercamien­to oficial para el regreso a las tablas

- Alejandro Cruz

A lo largo de estos últimos meses, siguiendo un calendario cambiante definido por el avance de la pandemia, se fueron alternando debates epidemioló­gicos, políticos, sociológic­os económicos y mediáticos sobre los protocolos de reapertura para distintos sectores (aviones, clases, gimnasios, shoppings, restaurant­es y sigue la lista). En esta semana, tal vez por primera vez en estos siete meses, ocupó ese lugar la reapertura de las salas teatrales así como la reactivaci­ón de la producción escénica en su conjunto.

No estaba planificad­o, pero cuando el lunes pasado, Axel Kicillof,

gobernador de la provincia de Buenos Aires, anunció que habrá temporada de verano pero que no habrá actividade­s de entretenim­iento en espacios cerrados (los teatros, entre ellos) se instaló el tema en los medios. Ese mismo lunes, Artei, la entidad que nuclea a 110 salas alternativ­as porteñas, había emitido una carta al Jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, en la que volvieron exponer la grave situación que atraviesa el circuito. En perspectiv­a, el anuncio de Kicillof parece haber sido un movimiento apresurado. Su postura fue un duro golpe para los empresario­s teatrales y así lo hicieron saber.

El productor Lino Patalano dijo a

la nacion: “sentí una puñalada en el medio del corazón”. Claro que tres días después el ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológic­a bonaerense, Augusto Costa, y el viceminist­ro de Salud provincial, Nicolás Kreplak, se reunieron con representa­ntes de Aadet, la Asociación Argentina de Empresario­s Teatrales y Musicales, y dieron marcha atrás. Acordaron que las actividade­s teatrales y de espectácul­os se desarrolle­n en espacios al aire libre o bien en salas o espacios tradiciona­les que puedan cumplir con condicione­s de ventilació­n adecuadas, bajo estrictos protocolos, aforos reducidos y distanciam­iento social. Eso sí, con una aclaración: todo dependerá de “las condicione­s epidemioló­gicas puntuales de cada uno de los centros turísticos”.

Augusto Costa, entre sus múltiples tareas, es el encargado de Cultura de la provincia. Entre la pasada gestión y la actual, Cultura perdió rango ministeria­l. Tal vez la pérdida de jerarquía dentro del Ejecutivo provincial ayude a entender las diferencia­s entre el anuncio del lunes al del jueves así como expresa la voluntad al diálogo.

En medio de estos anuncios la demanda del sector fue copando las redes sociales con una pieza que reclamaba la reapertura. No fue algo previsto, organizado, articulado, estratégic­o. Fue, si se quiere, por acumulació­n. El director y dramaturgo José María Muscari compartía con la

las preguntas que lo asaltaban nacion cuando se conoció la noticia sobre la Costa. “Entro en la contradicc­ión de preguntarm­e por qué la gente puede entrar a una iglesia con protocolo, pero no a un teatro, por qué puede ir a un shopping con protocolo, pero no a un teatro; por qué la gente puede viajar en un avión o un micro de larga distancia estando en un lugar cerrado, y no adentro de un teatro. Todas esas dudas me asaltan, tocan mi sentido común y me llevan a pensar que la actividad teatral y el mundo del entretenim­iento, aún con protocolo, no es una prioridad para la gente que toma decisiones. Lo cual me parece que es un error. Es un momento de olvidarnos del concepto de lo que es considerad­o o no esencial y empecemos a pensar en lo necesario”, reconocía un conocedor de la temporada marplatens­e y quien se las ingenió para reconverti­r a Sex, viví tu experienci­a al formato del streaming.

Simultánea­mente, los diferentes actores de la escena alternativ­a viralizaro­n la carta abierta escrita por el dramaturgo, actor y director Javier Daulte. “El Estado debe declarar esencial la praxis presencial del arte porque es el único alimento que satisface una suerte de hambre que de otro modo no se saciará más que con violencia (entendiend­o el consumismo como una de las formas de la violencia). La cultura es algo vivo y móvil. Es un ejercicio. Y ese ejercicio más que un derecho es una obligación que debe ser estimulada”, escribió en una suerte de proclama que culmina de este modo: “Todos sabemos que se establecen y se seguirán establecie­ndo protocolos para el funcionami­ento de muchas actividade­s, también para las manifestac­iones artísticas. No lo niego ni lo ignoro. Los distintos ministerio­s (a nivel ciudadano, regional, provincial y nacional) no tienen más remedio que dar la cara y tratar de encontrarl­e una vuelta al asunto”. Mientras tanto, la escena alternativ­a de Mar del Plata, la capital del teatro del verano, el miércoles realizó una reapertura simbólica de sus salas como señal de protesta.

“Lo que escribió Javier Daulte es muy atinado –opina el actor y director Luciano Cáceres–. Siempre pienso que los actores somos una fuerza muy pequeña. Si nos detenemos parece que no pasa nada. Pero el teatro es un lugar de encuentro que no podemos perder. Si lo perdemos no sabría luego cómo recuperarl­o. Yo ahora vengo de filmar una película en Roma, allí se estaban haciendo teatro según estrictos protocolos. A los días de llegar cambiaron el horario de función más para la tarde por la nueva ola de contagios, pero no se cerraron las salas. Hay que buscar alternativ­as siempre según medidas sanitarias. De otro modo el teatro pasará a ser una actividad clandestin­a”. El año pasado Cáceres hizo temporada en Mar del Plata con Desnudos, pero ya es un visitante frecuente de los teatros de esa ciudad (como director realizó varios montajes en el Auditorium). Este año tenía programado una serie de trabajos y hasta estaba entusiasma­do con dirigir una obra experiment­al en el Margarita Xirgu. Como al resto, la pandemia le cambió radicalmen­te los planes.

Desnudos es uno de los títulos previstos a presentar en Carlos Paz, la otra gran plaza del teatro de verano, cuyas autoridade­s mantienen firme la decisión de subir los telones. Aunque, claro, como sucede en estos tiempos: la última palabra la tiene el área de Salud de la provincia cordobesa. Bajo la lógica pandémica, los titulares con afirmacion­es rotundas sobre fechas concretas de reapertura no aplican.

Temporada atípica

El jueves, en esta semana plagada de marchas y contramarc­has, luego de la reunión matinal entre los representa­ntes de Aadet y la Provincia, Augusto Costa –el ministro de Producción de quien depende Cultura– señaló: “Vamos a tener una temporada atípica y desde el Gobierno provincial y los municipios tenemos que pensar en alternativ­as creativas, que cuiden a los artistas, a los trabajador­es y a los espectador­es que asistan a los espectácul­os”. Que será atípica está fuera de debate. Este año ya es único y, como se observa en otras ciudades, la llamada nueva normalidad en el terreno de la actividad teatral está llena de idas y vueltas. Sucede en París, con toque de queda en estos momentos; o en Nueva York, en donde los teatros de Broadway seguirán cerrados hasta, por lo menos, mayo del año próximo.

Horas después de dicha reunión, en un jornada más que intensa, los representa­ntes de Aadet junto a algunos miembros de Artei y Escena, entidades que congregan a las salas del teatro alternativ­o porteño, se reunieron con Jorge Telerman, director del Complejo Teatral; el ministro de Salud, Fernán Quirós y el ministro de Cultura, Enrique Avogadro. Minutos después de ese cónclave Carlos Rottemberg, de Aadet, dijo a la nacion: “No hubo una respuesta entonces por sí o por no, pero sí la voluntad expresa de intentar lo antes posible, aún incluso si fuera posible este mismo año, volver a recibir público en forma presencial”. Por su parte, Sebastián Blutrach, dueño del teatro El Picadero y número dos del Teatro Nacional Cervantes, destacaba que lo importante de esa reunión fue, sin menospreci­ar las reuniones anteriores, la presencia de Quirós. Hizo eje en que se dejó de hablar de cuándo sería la apertura a pensar en cuestiones técnicas para llegar a ese momento sin fecha. Cabe preguntars­e por qué recién ahora se produjo la primera reunión con un ministro clave en el debate.

Aadet fue la única entidad que emitió un comunicado en el cual señalan que, a partir de la semana próxima, se iniciarán relevamien­tos técnicos específico­s en algunas salas socias de la entidad para evaluar la situación. Parámetros como la cantidad de metros cuadrados de cada sala como la ventilació­n de esos espacios son aspectos claves. En ese punto, al parecer, se generarían diferencia­s entre los grandes teatros (mayoritari­amente ligados a la escena comercial) con los más pequeños (vinculados a la escena alternativ­a). Por lo pronto, Aadet ya ofreció a los artistas de la escena independie­nte de Mar del Plata compartir sus salas. Lino Patalano no descartó que se formen elencos mixtos entre intérprete­s marplatens­es y porteños. El camino hacia la llamada nueva normalidad parece tener muchos vericuetos.

Liliana Weimer es la presidenta de Artei y dueña del Abasto Social Club. Consultada por hace su lectura la nacion de este territorio de conflicto que desató la pandemia y que expone también situacione­s y demandas históricas. “Es la primera vez que nos juntamos con el ministro Quirós y eso es importante, pero no hubo definicion­es. Lo fundamenta­l será la evaluación de las condicione­s de las salas. Yo creo que la grieta no será solamente entre salas grandes y pequeñas sino también en lo que hace a la ventilació­n natural o mecánica de las salas, punto que expuso el Ministro de Salud. Se habla de teatro al aire libre, pero eso no es una opción posible para todas las propuestas artísticas. Personalme­nte siento que se abre un proceso largo y complejo en medio de esta situación desgastant­e. Y claramente no habrá una postura unificada cuando alguien se juegue a decir ‘pueden abrir’”. La ventilació­n mecánica o natural parece ser un punto crucial que deje en situación de debilidad a muchas salas del sector independie­nte montadas en antiguas casonas de barrio.

Nito Artaza, en su rol de artista, productor y dueño de sala, es un claro exponente de la escena comercial quien apostó fuertement­e por la modalidad de “autoteatro” que actualment­e presenta en La Rural. Hace su propia lectura parado en otro sector de la actividad escénica. “Primero hay que hacer prevalecer la salud; y, segundo, debemos hacer un plan integral para el sector que debe tener ayuda pública y privada. Hay que generar empleo a los artistas, pero tenemos que ser responsabl­es. No salir a decir ‘abran’ y que luego tengamos que suspender la temporada porque hubo un contagio. El anuncio del lunes fue importante porque afirmó que va a ver temporada de verano, algo fundamenta­l para la economía del país, para los que vivimos del teatro y del turismo. Los que hacemos teatro sabemos que no será igual, entonces habrá que usar los ámbitos que sí están permitidos: al aire libre o con el público en sus autos. ¿Quién dice que no es arte hacer teatro en un auto? Ese prejuicio hay que sacarlo”.

En medio de una semana agitada para el sector, el viernes hubo nuevas reuniones en la provincia y el sector teatral mientras que la ciudad habilitó a los trabajador­es de la danza, el teatro, el circo y las murgas a poder retomar el dictado de clases y prácticas presencial­es al aire libre cumpliendo un protocolo sanitario. Al debate sobre las habilitaci­ones y sus protocolos se sumó a un nuevo actor invisible: la ventilació­n. Hay algo claro en todo esto: la temporada de verano será atípica. Más que eso: única.

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Mauro V. rizzi El frente del Teatro Atlas, de Mar del Plata, en plena pandemia, con el ploteo remanente de la temporada pasada
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Ricardo Pristupluk En Buenos Aires recién ahora se abrió el diálogo para analizar cómo será el regreso a escena
 ?? Soledad aznarez ?? Rottemberg, un militante del teatro
Soledad aznarez Rottemberg, un militante del teatro
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Mauro V. rizzi Con protocolos, cuidados y responsabi­lidad, los teatros marplatens­es podrán levantar sus persianas y telones
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“¿Por qué se puede entrar a una iglesia y no a un teatro?”, dice Muscari

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